miércoles, 12 de mayo de 2010

¡Menos mal que no éramos Grecia!

Un país que se respete a sí mismo no puede permanecer impasible y aguantar un día más a un sinvergüenza como Zapatero, quien es capaz de cambiar de parecer en poco más de una semana, y pasar de negar que se vayan a aplicar recortes sociales a recortar el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones y eliminar el cheque-bebé. A ello hay que añadir que nos sube el IVA, que todos pagamos por igual.

A los españoles nos dolería, pero podríamos entender la necesidad de hacer sacrificios importantes si desde el principio se nos hubiera dicho la verdad, en lugar de derrochar con el plan E de los cojones.

Alguien podría pensar que por fin Zapatero ha dicho la verdad. Pues no. Habrán leído o escuchado que según el gobierno estas medidas servirán para impulsar la recuperación y consolidar el crecimiento. ¿Cómo se puede decir semejante barbaridad? Estos recortes no pueden en modo alguno favorecer el crecimiento, pues es evidente que el consumo se a resentir; en realidad, se trata de evitar la suspensión de pagos, ni más ni menos. ¡Menos mal que no éramos Grecia!

El recorte

Ya ven que no sale gratis instalar a un incompetente en La Moncloa. Al final, después de tirar el dinero en rotondas, zanjas, carteles anunciadores de las zanjas, campos de césped artificial y demás chorradas que en total prácticamente supusieron lo que ahora hay que ahorrar, pagan el pato los de siempre. ¡Nada menos que un recorte de un 5% en el sueldo de los empleados públicos! ¡Pues menos mal que no estábamos tan mal, Dios mío! Y luego la supresión del cheque-bebé, en lugar de reformarlo y destinarlo sólo a españoles necesitados de esa ayuda. Los ministerios estúpidos siguen ahí, al igual que las subvenciones a la memoria histórica, al mapa del clítoris y a mil imbecilidades más. Veremos cómo reaccionan los votantes de este individuo…

sábado, 8 de mayo de 2010

La magia del oboe

Es difícil establecer jerarquías estéticas entre los instrumentos musicales. Todos ellos han protagonizado momentos musicales sublimes que conservamos en la memoria. Sin embargo, no se puede negar que el piano tiene un rango muy superior a un fagot o a una trompa. Una posición muy destacada ocupa también la guitarra, el violín y, quizá, también el arpa. Pero me parece que ninguno de ellos se puede comparar con el sonido mágico del oboe. Cuando el oboe suena, su sonido se eleva sobre el resto de los instrumentos como una amapola silvestre sobre la verdura del campo.

No había reparado en este instrumento hasta que en la película “Amadeus” Salieri (magistralmente interpretado por F.Murray Abraham), comentando una pieza de Mozart, describe la sorprendente y genial irrupción del sonido del oboe. Salieri se deleita en el recuerdo de ese sonido inolvidable. Hace poco compré cinco cds de música variada. Uno de ellos incluye el tema central de la película “La Misión”. Son poco más de dos minutos de una belleza cautivadora. Al escucharlo, sorprendido por la belleza del sonido, me preguntaba qué instrumento podía sonar así, y, en efecto, era el oboe. De hecho la pieza se titula “Gabriel´s oboe”. ¿No la conocen? Les pongo un par de enlaces para que recuerden.

http://www.youtube.com/watch?v=xBLbH6vRwk8