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miércoles, 30 de abril de 2025

Mustang, Kelme y Álvaro Moreno

Apuntaba en entradas recientes que, ante los aranceles impuestos por Trump, los ciudadanos deberíamos boicotear los productos provenientes de los Estados Unidos. Personalmente, me tomo muy en serio mi comportamiento como consumidor y rechazo esa frivolidad consumista del “ir de compras”. Pienso en qué es lo que verdaderamente necesito sin sucumbir a caprichos estúpidos y luego examino -sin necesidad de hacer una tesis doctoral- los productos a adquirir teniendo en cuenta sus características y origen. Hace pocas semanas he hecho algunas compras de las que estoy muy satisfecho y voy a compartir con ustedes mis elecciones por si les resultan útiles.

Necesitaba unos zapatos deportivos negros, unas zapatillas de deporte y una cazadora larga de entretiempo. Estaba muy decepcionado con el resultado que me habían dado tanto los zapatos como las zapatillas, unas John Smith. Mi prioridad era que el calzado fuera cómodo, resistente, bonito y con un precio razonable. Los zapatos deportivos que elegí son de la marca española Mustang y no puedo estar más contento. Son comodísimos y su precio en la tienda Mustang del outlet de San Vicente del Raspeig me parece muy razonable, menos de cuarenta euros según creo recordar. 

En cuanto a las zapatillas de deporte, tenía muy claro que debía primar la calidad, porque caminar es la base de mi ejercicio físico. En la búsqueda di prioridad al producto español con marcas como Paredes, Joma, J’Haiber y Kelme. Empecé por Kelme y no me hizo falta seguir. No sabía si todavía existía esta marca, puesto que no la he visto anunciada y las tiendas de deporte suelen estar copadas por Nike y Adidas. Sin embargo, existe y tengo la suerte de que vivo cerca del outlet de Kelme en el parque empresarial de Elche. La dependienta me aconsejó un determinado modelo y puedo decir que son las zapatillas más cómodas que jamás he calzado, y que su calidad se percibe en cada detalle. El precio, inferior a 50 euros. Sencillamente, espectacular.  

La prenda de entretiempo para estos días ventosos de primavera debía sustituir a una McGregor que compré hace años y que me había dado un sensacional resultado. No lo tenía fácil. Igual se ríen de mi ignorancia, pero mi mujer y yo entramos en una tienda desconocida de la avenida Maisonave de Alicante llamada “Álvaro Moreno”. Enseguida encontré lo que estaba buscando: una cazadora larga (lo llaman “cortavientos”) perfecta para esta estación. No entraré en detalles, pero todo lo que vimos nos pareció de buena calidad y también a un precio razonable. Antes de decidirme a comprar quise indagar de dónde venía esta empresa. Resulta que se fundó en Osuna (Sevilla) y está en proceso de expansión. Fantástico, también producto español.

Ya saben, Mustang, Kelme y Álvaro Moreno, tres marcas españolas que recomiendo sin reservas. 

martes, 18 de octubre de 2022

Los taxistas de Elche no hacen facturas

Hace pocos días tuve que volar a otra ciudad por razones de trabajo y llamé a un taxi en Elche para que me trasladara al aeropuerto desde mi Universidad. Le pedí una factura al taxista y me dijo que no la podía hacer, que debía solicitarla por correo electrónico a info@radiotaxielche.es. Cuando volé de regreso sucedió otro tanto: taxi del aeropuerto a la Universidad y misma respuesta del taxista. Huelga decir que en la ciudad de destino los taxistas no tuvieron ningún problema en entregarme la factura solicitada de inmediato.

Siguiendo el cauce establecido por Radiotaxi Elche, escribí el mail y adjunté los tickets que me habían dado los taxistas junto al justificante de pago. Ha transcurrido un día entero y todavía no tengo las facturas. Telefoneo y me dicen que lo vuelva a enviar señalando que es “urgente”. Ante mi perplejidad, me dan el teléfono de sus propias oficinas para que sea yo el que les llame, advirtiéndome de que no están antes de las 9:30.

Es absolutamente demencial que un cliente tenga que estar dando estas vueltas para conseguir las facturas de dos servicios de taxi. Pero no hay que olvidar que se trata de Elche, una ciudad empresarial con una Universidad y con un aeropuerto internacional de los más importantes de España en el que operan los taxis de Elche, no los de Alicante. La impresión que se ofrece a cualquier persona que se desplace a Elche por motivos de trabajo y necesite acreditar sus gastos de taxi es penosa, impropia de una ciudad pujante. El Ayuntamiento debería tomar medidas para evitar esta situación. En lo que a mí respecta, la próxima vez intentaré contratar servicios de un VTC, que seguro que me hacen la pertinente factura.

P.D. Como la queja en el espacio sideral no surte efecto, he realizado la pertinente sugerencia por escrito al Ayuntamiento de Elche. Los ciudadanos debemos aprovechar la existencia de la sede electrónica para ayudar a mejorar el funcionamiento de los servicios públicos.

lunes, 5 de julio de 2021

Los pitidos de los electrodomésticos

Ayer mi mujer y yo compramos una tostadora horizontal. Ocupaba menos espacio que la que teníamos y disponía de tres tubos infrarrojos para tostar el pan. Tenía toda la pinta de una buena compra. La conectamos y la pusimos en marcha para comprobar que funcionaba y, en efecto, así era. La sorpresa llegó cuando nos avisó de que las imaginarias tostadas estaban listas. Un pitido agudo e intenso nos dejó boquiabiertos. “Se podrá regular este sonido, porque si no despertamos a todo el mundo de buena mañana” -nos dijimos-. Pero no, imposible, el ingenio no te avisa, más bien te acojona. No es un caso aislado. Tenemos una lavadora pelma que cuando acaba su programa insiste reiteradamente en que la paremos. Y si no acudes de inmediato sigue pitando rítmicamente cada pocos segundos. Por supuesto, la tostadora se vuelve por donde llegó. Es desagradable que los electrodomésticos te compliquen la vida.

domingo, 2 de octubre de 2011

"Generosa" oferta de Bancaja

Hoy he recibido un SMS que ha sido como echar gasolina a la hoguera de mi indignación por los rescates bancarios con dinero público. Transcribo el mensaje enviado por Bancaja (Bankia): “Cargado en cuenta el recibo mensual de su tarjeta Compras de 364, 29 euros. Si prefiere aplazarlo en 3 cuotas de 126,20 + una de 6,54 (TAE 26,08) responda CUOTA”. Generosa oferta, sí señor. Por el aplazamiento en tres “cómodas” cuotas sólo me cobrarían un interés de casi el 30%. Si esto no es usura, ya me dirán ustedes qué es. Afortunadamente no he tenido que recurrir nunca a este tipo de soluciones, pero si por esto cobran semejante interés, no quiero ni pensar en lo que nos roban ante un descubierto. Y para salvar a estas empresas usureras hemos tenido que poner dinero público. Esto no puede ser.

viernes, 29 de julio de 2011

El final del caso Marcos Motor

Después de la última llamada de Marcos Motor envié un email al director de ventas con copia al director gerente. Al día siguiente, tras una conversación con el director de ventas, recibí una llamada del jefe del servicio post venta en la que me pedía disculpas y me ofrecía el abono de toda la mano de obra de la factura. El detalle de llamar y pedir perdón me gustó y he aceptada sus disculpas, si bien le he recordado que en el taller no le están diciendo la verdad, porque el coche estaba sin frenos. Me ha dicho que va a revisar todas las cámaras de video del taller y si descubre que le han mentido a alguien le va a costar el puesto. En fin, así ha quedado el asunto.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los ruidos del frigorífico (II)

Estoy realmente impresionado por la cantidad de visitantes que han llegado al blog a través del post referido a los ruidos del frigorífico. No cabe duda de que estamos ante un problema que afecta a más gente de la que yo pensaba en un principio. Claro está que sabía perfectamente que los frigoríficos actuales hacen bastante ruido (¡cómo no lo iba a saber después de nuestra experiencia!), pero creía que la gente no le daba la misma importancia que yo. Y resulta que sí, que sorprenden y preocupan esos zumbidos y extraños ruidos que emite la nueva tecnología. Ante esta situación creo que debo poner a disposición de los lectores del blog algún dato más.

Finalmente el Liebherr 3213 respondió a las expectativas y es lo suficientemente silencioso como para que lo recomiende. Normalmente emite 39 db y hay veces que le he medido 38.6 db. Eso, créanme, está muy bien. Por otra parte, se conecta poco y su consumo es de los más bajos del mercado, 266 KW/año (es A+). El ruido proviene únicamente del zumbido del motor. Conserva magníficamente la temperatura desmintiendo a aquellos que piensan que sólo un no frost lo logra. Sin dudarlo, olvídense de los no frost, pues los alimentos están mucho más frescos y sabrosos. No pasa nada tener que descongelar una vez al año.

Llegar a este frigorífico nos ha costado muchos trastornos. Como sé que muchos de ustedes no estarán dispuestos a quedarse con un aparato que creían silencioso y que les amarga la vida, sepan que tienen derecho a devolverlo sin alegar causa alguna en los 15 primeros días. Lean las leyes de protección del consumidor y allí hallarán respuesta. Suerte.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Los ruidos del frigorífico (¡viva la tecnología!)

Quizá alguno piense que comprar un frigorífico es tarea sencilla. Efectivamente, lo es. Vas a la tienda, pagas y te lo llevan a casa. Otra cosa es qué sucede cuando el nuevo inquilino hace acto de presencia en el hogar. Algún optimista antropológico a lo zetapé pensará que la tecnología sigue evolucionando y los electrodomésticos cada vez mejoran sus prestaciones en todos los sentidos. ¡Mec! Grave error. Permítanme que les cuente. El sentido común nos lleva a pensar que uno de los datos más importantes a la hora de comprar un frigorífico son los decibelios que genera. Es de los pocos electrodomésticos que funciona sin interrupción, y cada vez es más frecuente que se ubiquen a un paso de los salones de las viviendas, debido a la moda de las cocinas americanas. Pues curiosamente el dato de los decibelios ha desaparecido sospechosamente de las especificaciones de la inmensa mayoría de los fabricantes. Semejante omisión debería ser compensada por la diligencia de un vendedor que conociera bien el producto y pudiera responder a las dudas del comprador. Sin embargo, normalmente el vendedor no menciona el detalle del ruido, y el confiado cliente ni siquiera imagina que semejante prodigio tecnológico pueda provocar molestia alguna. La tecnología nos ha jugado una mala pasada. La mayoría de los frigoríficos actuales son “no frost”. Resulta complicado encontrar uno de los tradicionales cíclicos que hay que descongelar manualmente. Estos “no frost” de última generación se entretienen distribuyendo el aire por todas partes para que llegue hasta la última hoja del cogollo de la lechuga. Eso se logra a través de potentes sistemas de ventilación que generan un considerable ruido. Y claro, el viento frío que llega a nuestros alimentos los reseca. Toma tecnología. Si quieres comer jamón serrano jugoso y sabroso, y no seco y salado, tienes que protegerlo de los fríos polares que le llegan impulsados por las tecnologías “multi air flow system” o como demonios se llame. En resumen, mucho frío uniforme, muchas pijaditas, pero más ruido y alimentos resecos. Aquí me tienen buscando un sencillo frigorífico de escarcha que no haga demasiado ruido, porque, ¡hay que joderse!, soy un bicho raro: me gusta estar en mi casa leyendo en silencio. Como explican los vendedores, a la gente normal no le preocupa el ruido del frigorífico porque cuenta con la inestimable ayuda de la tele enchufada, los gritos del vecino y el estruendo del tráfico para disimular el ruido del frigorífico. Reír por no llorar.