sábado, 14 de junio de 2014

Lo que el PSOE debe resolver

El proceso de elección de líder abierto en el PSOE puede tener gran repercusión en la respuesta a la crisis nacional que vive España y que hoy nadie niega. Madina apuesta por un partido más socialista, laico y de izquierda. Otro candidato, un tal Pérez Tapias, abiertamente aboga por una orientación republicana. Es lógico que los socialistas abran un debate ideológico, pero lo más importante, lo decisivo de cara a su futuro como partido de gobierno, es su posicionamiento con relación a la cuestión nacional. Y aquí existe la tentación de centrar el debate en si Monarquía o República, cuestión no exenta de importancia, pero secundaria. Lo decisivo es qué piensa el PSOE de España. Si no saben dar respuesta están pérdidos y se verán condenados a un papel más o menos relevante en una posible alianza de izquierdas.

martes, 3 de junio de 2014

República, monarquía y democracia

Aprovechando la coyuntura, como era de esperar, han comenzado a movilizarse los partidarios de acabar con la monarquía y dar paso a la III República o, cuando menos, de celebrar un referéndum en el que los españoles nos pronunciemos expresamente sobre la cuestión. Entre los argumentos que se esgrimen a favor de la República está el de que es más democrática que la monarquía dado que los ciudadanos eligen directamente al Jefe del Estado. 

La democracia es un régimen en el que en último término todo descansa en el libre consentimiento del pueblo. Gobernar de manera constante en contra del sentir popular es antidemocrático. Al pueblo hay que escucharle, pero para ello no es siempre necesario que se pronuncie a través de las urnas. Esto es lo que hay que comprender cuando se habla de la monarquía. Al margen de que la Constitución puede reformarse y España convertirse en una República, la monarquía se sustenta en el prestigio social traducido en el respaldo popular con el que cuenta en cada momento. Y es misión del monarca revestir su actuación de autoridad para reforzar dicho respaldo. El “positivismo democrático” considera que sólo se puede conocer la voluntad popular correctamente a través de las urnas, de tal forma que el pueblo debería ser consultado casi sobre todo periódicamente, lo cual parece exagerado y se traduce en falta de estabilidad y en una vida política sometida innecesariamente a fricciones.

El respaldo con el que cuenta la monarquía u otras instituciones democráticas se conoce sin necesidad de votar. Es precisamente esa falta de respaldo lo que ha motivado la abdicación del Rey, consciente de que es necesario dar un impulso a la institución para que recobre el aprecio popular. Y son los partidos políticos quienes deben ser sensibles al descontento popular y, en su caso, valorar la necesidad de convocar un referéndum. Personalmente, no tengo inconveniente en que se celebre un referéndum sobre la forma de Estado. En caso de que se produjera estoy convencido de que ganaría la opción monárquica de Felipe VI, ya que hay buenas razones para preferir la monarquía: entronca con la tradición española, asegura mejor el ejercicio independiente del papel moderador que corresponde al Jefe del Estado, es una institución que favorece los puentes de entendimiento con Hispanoamérica, y favorece la estabilidad política. Por otra parte, ya estamos viendo que quienes defienden la República parecen querer entroncar con la II República, aunque sólo sea por la bandera tricolor. Sería interesante que los actuales republicanos tuvieran la imaginación suficiente como para pensar en una III República respetuosa con los símbolos nacionales actuales e integradora de todas las corrientes políticas.

P.D. Un último apunte para los que creen imprescindible el referéndum. ¿Cuánto creen que duraría la monarquía si el Rey fuera continuamente abucheado en cualquier acto público?