Que Sánchez caerá es seguro. Un mentiroso que sólo desea mantenerse en el poder a cualquier precio siempre termina cayendo, porque sólo se sostiene por el miedo que infunde y por el apoyo que le otorgan los enemigos internos de España, que efectivamente existen. La cuestión es cuánto tardará en irse y la gravedad de los daños que ocasione. Los costes para España van a ser altos, pero si uno de los efectos colaterales de su actuación es el hundimiento del PSOE quizá valga la pena todo el oprobio que estamos viviendo. Produce bochorno comprobar cómo un partido político se convierte en un rebaño al servicio de los caprichos de un narciso embustero.
La derrota del PSOE en Galicia debe interpretarse en clave nacional, porque Sánchez se implicó personalmente en la campaña. Su desmedida soberbia le llevó a creer que podía dar un mitin en Galicia y convencer a los gallegos de que Feijoó es un embustero y él no. Patético, pero muy revelador. Aunque no hay nada que revelar. Sánchez está retratado. No hay misterio ni mucho más que escribir sobre el personaje. Es una pena que le democracia española esté "produciendo" este tipo de políticos.
El resultado de las elecciones gallegas confirma lo que ya se vio en las autonómicas de mayo: los socialistas siguen perdiendo poder autonómico. Esto era previsible y una excelente noticia para España. Pero el hundimiento de Sumar, Podemos y Vox todavía hace que el resultado sea más positivo para lograr el gran objetivo: castigar la traición sin recurrir a políticas extremistas. A día de hoy no hay alternativa al PP. La tendencia a la descomposición del PSOE supongo que se acentuará y conforme esto se vaya viendo más claro algunos “abrazafarolas” y “lametraserillos” que se cobijan a la sombra del poder empezarán a ponerse nerviosos. Cuando caiga el tirano será el momento de que todos esos que le han ayudado o mirado para otro lado rindan cuentas.