El sábado por la tarde fui con mi amigo Óscar a tomar un café en Valencia. Serían las 18.30 y el local estaba vacío. Él pidió una coca-cola cero y yo un poleo menta. Llegó el momento de pagar y por el poleo me pidieron 1.20 euros. Como empleado público cabreado por ser cada día más pobre, me he impuesto una espartana política de gastos personales, casi podría decirse que estoy en una permanente una huelga de consumo, así que no sé cuáles son los precios habituales. A mí me pareció que 1.20 por un poleo es un precio desorbitado, y mucho más en los tiempos que corren. No adelanten un sentimiento de vergüenza ajena prematuro: pagué religiosamente, pero, eso sí, protesté por el precio. Le dije a la empleada que estaba en la barra que me parecía carísimo. Y eso es lo que les quería sugerir con este post. Si algo les parece caro, no se callen, háganselo saber al vendedor y, si es posible, no vuelvan por ahí. Por otra parte, es una imprudencia no ajustar los precios. Ganar un cliente cuesta mucho, pero perderlo es cuestión de un momento.
lunes, 27 de febrero de 2012
sábado, 25 de febrero de 2012
¿Devaluación interna?
Parece ser que la reforma laboral, al permitir que se bajen los salarios, abre la puerta a una devaluación interna con el fin de mejorar nuestra competitividad y favorecer el crecimiento económico. Creo que las declaraciones de De Guindos en Estados Unidos van en esa línea: ya que no podemos devaluar moneda, las devaluaciones tienen que ser internas, tal como advirtió Paul Krugman en 2008, si mal no recuerdo. Lo clavó. Que los salarios han bajado –en el sector público es evidente- y pueden seguir bajando no admite duda. Otra cosa es en qué medida los precios bajarán en la misma proporción. Es indudable que con el consumo absolutamente congelado los precios deberían no sólo moderarse, sino incluso bajar; pero nos encontramos con un elevadísimo coste de la energía que a mi juicio dificulta enormemente este proceso. En la Comunidad Valenciana el litro de gasolina 95 este viernes estaba a 1.48 euros, y de electricidad, gas y agua para qué vamos a hablar. Simplemente escuchen de qué habla la gente. En resumen, creo que los salarios bajarán y que los precios se mantendrán y, en consecuencia, seremos mucho más pobres.
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miércoles, 15 de febrero de 2012
La reforma laboral
Ya estoy aquí de nuevo, y parece obligado decir algo sobre la reforma laboral, que esta sí lo es, no como la que puso en marcha el PSOE (véanse las entradas que dediqué a la misma). Como me recomienda un amigo profesor de Derecho del Trabajo, lo prudente es leerla con detenimiento antes de opinar. Tiene razón, pero alguna cosita sí se puede decir. La reforma pretende evitar la destrucción de tejido productivo, y para ello no sólo se permite al empresario renegociar muchas cosas, sino también despedir más barato y ampliando las razones de la procedencia del despido. El empresario puede plantearle más alternativas al trabajador antes de optar por el despido –esta es la razón por la que el PP señala que favorece el empleo-, pero también es cierto que el empresario puede despedir más barato con el fin de ahorrar costes en situaciones difíciles –esta es la razón por la que se critica que se están recortando derechos sociales, lo cual es cierto-.
En mi opinión, era fundamental lograr un modelo de relaciones laborales que fuera lo suficientemente flexible para preservar el tejido productivo, y en este sentido la reforma tiene muchas cosas positivas, pero al mismo tiempo pienso que la situación de los trabajadores se torna excesivamente precaria. Se dice que esta reforma sigue la estela de otros países europeos. Es cierto, pero no nos engañemos, la cultura empresarial española desgraciadamente nos muestra que hay infinidad de empresarios que hacen lo posible por chupar a sus trabajadores hasta la última gota de sangre. Si pueden, prefieren que trabajen en negro. Si no hacen más horas de las estipuladas les miran mal e incluso les marginan. Los salarios en las pequeñas y medianas empresas son bajos o muy bajos, y las ayudas sociales y las medidas para compatibilizar la vida laboral y familiar suelen brillar por su ausencia. Eso no sucede, por ejemplo, ni en Alemania, Holanda, Austria o Suecia. Por esta razón, creo que la reforma debía haber buscado un mayor equilibrio no abaratando tanto el despido, porque veinte días por año trabajado con un máximo de doce mensualidades en el caso de despido objetivo es una cantidad escasísima. Está claro que el gobierno ha allanado el camino para la puesta en marcha de ERES, sobre todo en empresas públicas, que van a suponer un aumento del paro.
Por último, hay que decir que las acusaciones de la oposición con relación a que el gobierno del PP ha mentido a los españoles son completamente ciertas. Yo mismo escuché a varios dirigentes del PP en la campaña electoral decir que la reforma que pensaba el PP tenía como objetivo favorecer la contratación, no abaratar el despido (se lo escuché a González Pons). No es de recibo ocultar algo así, máxime cuando una vez más pienso que los ciudadanos podrían haberlo comprendido. No hacía falta entrar en detalles, pero sí admitir que la reforma podría modificar el coste del despido, o sencillamente que se estaba abierto a todo.
Aquí está la prueba: http://www.20minutos.es/noticia/1308293/0/videoteca/evidencia-pp/abaratar-despido/
Aquí está la prueba: http://www.20minutos.es/noticia/1308293/0/videoteca/evidencia-pp/abaratar-despido/
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Actualidad política
viernes, 3 de febrero de 2012
Me tomo un descanso
Estimados lectores:
Voy a dejar de publicar. Espero que esta pausa sea lo más breve posible.
Un saludo,
Tomás
Voy a dejar de publicar. Espero que esta pausa sea lo más breve posible.
Un saludo,
Tomás
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