No quise escribirlo, pero me olía que el PP no alcanzaría la mayoría absoluta en Andalucía. No esperaba, sin embargo, que quedara tan lejos de lograrla. El PP ha evitado a toda costa dar a conocer explícitamente el hachazo que viene, y que en parte se hará público el próximo viernes, para ganar las elecciones andaluzas. En balde. Ni siquiera la corrupción socialista, todo un escándalo, ha servido al PP para gobernar. Los ciudadanos andaluces tienen miedo a unas reformas que saben que probablemente irían en la línea de Cataluña o de la Comunidad Valenciana, eso sin contar con el clientelismo político, que siempre desempeña un importante papel en estas elecciones. Se dice que las reformas son necesarias. Algunas, sin duda, lo son, porque hay que optimizar el uso de los recursos públicos; pero los ciudadanos probablemente están viendo que el PP está aplicando unas políticas merkelianas en las que pagan el pato los trabajadores, la clase media más humilde que cada vez tiene más difícil llegar a fin de mes y que, si tiene trabajo, puede perderlo cualquier día de estos con una posición mucho más débil debido a la reforma laboral. Y todo esto, por mucho que le digan a la gente que es necesario, le toca las pelotas, hablando pronto y claro. Y todavía se las toca más si se les toma por tontos y se las intentan ocultar hasta el día después de las elecciones. La solución a esta crisis no es fácil, pero quizá se podía haber optado por ensayar otras medidas que no fustigaran a los más débiles. Los andaluces no han querido decirle que OK al recorte que se oteaba en el horizonte y le han complicado el objetivo de cuadrar las cuentas a Montoro. Menudo lío si Andalucía no cumple con el 1,5% de déficit.
1 comentario:
Era previsible el resultado. También podía haber ganado el PP por mayoría absoluta. Lo que ha pasado en Andalucía es lo de siempre: se tiene miedo a reducir el gasto de la Administración. Existe una población de ciudadanos españoles que creen que el gasto público es la panacea de todos los problemas. El PSOE, IU -antiguos comunistas- y los sindicatos lo saben y juegan con eso. Mientras que un votante no perciba que el proyecto de gastar y dar "cosas" es una estafa, ahora y siempre, esta situación se repetirá una y otra vez. Cuando el Gobierno habla de recortes me parece oír la voz de la prudencia y el sentido común.
Yo no utilizaría unas tijeras para recortar sino una motosierra.
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