miércoles, 14 de abril de 2021

A lo mejor los británicos euroescépticos no estaban tan locos

Cuando los británicos decidieron salir de la Unión Europea hubo pronósticos muy sombríos respecto al impacto que esa decisión tendría en su economía y en muchos otros ámbitos de su modo de vida dentro y fuera de sus fronteras. Se creía que aquello obedecía a una pulsión nostálgica de los sectores más tradicionales de la sociedad británica que no deseaban aceptar que su país dejara de ser un actor protagonista en el mundo con voz propia. Por eso el brexit no triunfó en Londres y sí lo hizo en la Inglaterra profunda. También se comentaba que la decisión era una catástrofe para Gibraltar, porque se reforzaba la posición de España, dado que las decisiones que afectaran a la colonia debían recibir la autorización expresa de nuestro país.

Tras largas negociaciones sobre cómo se concretaría la salida del Reino Unido, finalmente esta se produjo. Parece que está habiendo ciertas tensiones en torno a la frontera irlandesa, que era el principal escollo, y que Escocia pretende realizar un nuevo referéndum de independencia. Ciertamente, el Reino Unido puede fragmentarse, pero ese riesgo es inherente a la propia configuración de este Estado y es muy destacable que los ingleses no hayan renunciado a sus deseos de abandonar la Unión Europea, pese a ser sabedores de que ello podría acontecer. Se verá si aumenta la tensión en el Ulster y si los escoceses tienen éxito en adelantar -esto es inevitable cuando ya se ha admitido que son una nación soberana- el segundo referéndum. Dejando esto al margen, que no es poco, el Reino Unido no se ha hundido y ha logrado el objetivo de recuperar su soberanía en todas aquellas materias cuyo control les parecía esencial. Además, se ha podido constatar que, aunque la pandemia ha causado estragos, su política de vacunación ha sido mucho más efectiva que la desarrollada por la Unión Europea. Y Gibraltar da gracias de seguir siendo británica. En definitiva, quienes machaconamente denostaron a los británicos euroescépticos deberían replantearse si estos no acertaron al querer recuperar las riendas de su país. 

1 comentario:

Tomás de Domingo dijo...

Óscar, me parece que muchas de esas ventajas son fácilmente refutables. Por ejemplo, todas las ventajas que se derivan de la legislación europea, dado que el Reino Unido puede elaborar leyes semejantes, sólo que ahora provendrán directamente de su propio Parlamento.