domingo, 22 de agosto de 2021

"Pa negre"

Hace un par de días vi con mi mujer “Pa negre” y a ambos nos impactó su dureza, porque prácticamente no hay ningún personaje que se salve de la podredumbre moral en esta historia de posguerra en la Cataluña profunda. El maestro, un borracho pederasta; el cura, descreído y miserable; los vencedores, arrogantes jugadores de ventaja; los ricos, aprovechados y preocupados por las apariencias; los pobres, intentando venderse bien sin escrúpulos; el republicano supuestamente idealista, un asesino por dinero. Repasamos a ver quién se salvaba y sólo la “tía Enriqueta” es el único personaje que se rebela y decide seguir soltera hasta encontrar un hombre que le guste de verdad y con el que pueda casarse. Se acuesta con el Guardia Civil que le gusta y curiosamente eso le reporta que a los ojos de la gente pase por una cualquiera. Una sociedad en la que hay silencios que esconden vergüenzas, rencores y ajustes de cuentas. La película, sin embargo, pese a que tiene ingredientes para ser un éxito, hay momentos en que aburre. No sé exactamente por qué, pero seguramente podía haberse contado mejor. De todas formas, muy recomendable.

domingo, 15 de agosto de 2021

Pobres afganos

La retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán debería ser celebrada por todos aquellos que critican el imperialismo yanki y corean el “No a la guerra”. "Que afganos e iraquíes resuelvan sus propios problemas", reclamaban muchos de ellos. Biden les ha hecho caso y los afganos van a vivir de nuevo bajo el yugo talibán. Quizá no existe otro camino, pero me entristece pensar en todas esas mujeres que van a vivir de nuevo esclavizadas y ocultas bajo el burka. ¿Cuál es la solución? Estados Unidos velaba por sus intereses y ahora parece que estos le llevan a una prudente retirada. La vida es así de dura. De repente te encuentras con que tu país enloquece y con suerte puedes huir y buscarte la vida en otro sitio. Siempre regresa el eterno dilema: luchar para cambiar las cosas arriesgando la propia vida o huir.  

domingo, 8 de agosto de 2021

¿A que Chimo Puig no se atreve con el País Vasco y Navarra?

Si Chimo Puig cree que es justo y necesario que se introduzca un nuevo impuesto para que Madrid retorne parte de los beneficios que le proporciona ser la capital de España me parece bien que lo proponga y se debata. El problema es que se le ve el plumero, porque si en España hay algunas regiones que tienen un trato fiscal privilegiado estas son el País Vasco y Navarra, hasta el punto de que se puede afirmar que están subvencionadas. Pero, claro, es más fácil apuntar a Madrid, al centralismo madrileño, y callar respecto al indignante privilegio del que gozan vascos y navarros no tanto por el cupo/concierto, sino por el cálculo de lo que tendrían que aportar para contribuir equitativamente a la financiación del Estado.

martes, 3 de agosto de 2021

La jauría humana

Ayer se publicaron algunos datos de la salvaje agresión que costó la vida a Samuel Luiz en La Coruña. Impresiona leer como se comportaron los agresores, una auténtica jauría humana movida por un impulso ciego de odio y carente de la más mínima compasión. El jefe de la investigación señala que se trata de una enfermedad social, y tiene razón. Sería largo realizar un diagnóstico detallado de esta enfermedad, pero si tuviera que destacar algún rasgo de la misma este sería el acusado individualismo hedonista que hace que los otros se nos presenten como obstáculos o directamente como amenazas, o bien como instrumentos útiles para nuestros fines. Es el caldo de cultivo perfecto para que surja la violencia, porque no se respeta al otro reconociendo su dignidad, sino que se lo cosifica y manipula en función de intereses egoístas.

Desgraciadamente, no veo fácil solución a este problema. La clave es la falta de educación. Los intereses económicos y las tecnologías que les sirven de ariete son obstáculos casi insalvables para educar. Los videojuegos, las series y las redes sociales impiden que se dedique tiempo a actividades creativas, especialmente a la lectura. Si a eso se une la desvalorización de la familia como célula social en la que se aprenden los valores esenciales y los patrones de buena conducta, no debemos sorprendernos de que se produzcan estos sucesos bárbaros que nos hielan la sangre. Solo se reaccionará cuando la gravedad de la situación sacuda las conciencias y muestre la necesidad de poner remedio. Ojalá cuando eso suceda, y sin duda sucederá, no sea demasiado tarde.