martes, 3 de agosto de 2021

La jauría humana

Ayer se publicaron algunos datos de la salvaje agresión que costó la vida a Samuel Luiz en La Coruña. Impresiona leer como se comportaron los agresores, una auténtica jauría humana movida por un impulso ciego de odio y carente de la más mínima compasión. El jefe de la investigación señala que se trata de una enfermedad social, y tiene razón. Sería largo realizar un diagnóstico detallado de esta enfermedad, pero si tuviera que destacar algún rasgo de la misma este sería el acusado individualismo hedonista que hace que los otros se nos presenten como obstáculos o directamente como amenazas, o bien como instrumentos útiles para nuestros fines. Es el caldo de cultivo perfecto para que surja la violencia, porque no se respeta al otro reconociendo su dignidad, sino que se lo cosifica y manipula en función de intereses egoístas.

Desgraciadamente, no veo fácil solución a este problema. La clave es la falta de educación. Los intereses económicos y las tecnologías que les sirven de ariete son obstáculos casi insalvables para educar. Los videojuegos, las series y las redes sociales impiden que se dedique tiempo a actividades creativas, especialmente a la lectura. Si a eso se une la desvalorización de la familia como célula social en la que se aprenden los valores esenciales y los patrones de buena conducta, no debemos sorprendernos de que se produzcan estos sucesos bárbaros que nos hielan la sangre. Solo se reaccionará cuando la gravedad de la situación sacuda las conciencias y muestre la necesidad de poner remedio. Ojalá cuando eso suceda, y sin duda sucederá, no sea demasiado tarde.

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