viernes, 19 de febrero de 2010

La "libertad digital" de Aznar

Hay que ver la matraca que están dando con el dedito de Aznar. No se preocupen, sólo una breve reflexión. Es posible que esos cafres que pululan por las universidades españolas no merezcan otra cosa que indiferencia, pero renunciando voluntariamente a la reelección tras su segundo mandato Aznar se ha ganado el derecho a poder reaccionar como cualquier ciudadano. Es un ciudadano libre que opina libremente y que reacciona como le da la gana.

Apunte sobre la constitucionalidad de la cadena perpetua

Me pide un amable lector que opine sobre la constitucionalidad de la cadena perpetua. Con mucho gusto. El primer inciso del artículo 25.2 de la Constitución nos proporciona la clave: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados”. A mi juicio, una pena de cadena perpetua que no tenga en cuenta la situación del reo respecto a cuestiones tales como su arrepentimiento y capacidad de reincidir y de reinserción sería inconstitucional. Entiendo, pues, que una pena de cadena perpetua que a partir de ciertos años examine estos extremos y no impida la puesta en libertad sería plenamente constitucional.

miércoles, 17 de febrero de 2010

A Rajoy le falla el estoque y acaba en la enfermería

La trayectoria opositora (de opositor, es decir, de aquel que prepara oposiciones a presidente del gobierno) de Rajoy es verdaderamente desesperante. En el debate de hoy ha vuelto a fallar con la espada, es decir, con la suerte suprema. ¿Cuál debería ser la conclusión lógica después de poner sobre la mesa todas las mentiras de Zetapé que le inhabilitan para gobernar? Exacto: pida su dimisión inmediata y la convocatoria urgente de elecciones, es decir, ¡váyase de una puñetera vez, señor Zetapé! Pues no. En la página 13 del discurso –antológica muestra de incompetencia estratégica-, Rajoy le dice que tiene ¡tres alternativas! El toro está a punto de recibir la estocada y le ofrece nada menos que tres alternativas, más que suficiente para sufrir una cogida.

La primera es increíble: le pide a Zapatero que rectifique para recuperar la confianza. Pero vamos a ver, Rajoy, ¡cómo puede recuperar la confianza alguien que, como acabas de mostrar, está absolutamente desacreditado! Pedirle a Zetapé que a estas alturas rectifique es absurdo e incoherente con tu crítica previa. Alguien que sistemáticamente ha errado en sus previsiones no tiene que rectificar, tiene que dimitir inmediatamente.

La segunda alternativa consiste en decirle que disuelva las cámaras, es decir, que convoque elecciones. Esa tenía que haber sido la única alternativa: “dimita y disuelva las cámaras. Si no lo hace, yo me comprometo a hablar con el resto de grupos con el fin de presentar una moción de censura que permita que España tenga el gobierno que necesita”. Ese era el final adecuado para el discurso. Sin embargo, Rajoy nos obsequia con una de sus rajoyescas y se apresura a decir esa mamarrachada de “no la veo muy factible”, todo un atentado a la retórica parlamentaria. Si se pide la dimisión, se tiene que pedir con energía, sin ambages ni medias tintas. ¿Qué es eso de “pido su dimisión, aunque no lo veo muy factible”? ¡Ay, señor, señor!

Pero es que la tercera alternativa es de traca: nada menos que Rajoy se dirige al grupo socialista para pedirle que depongan a Zapatero. ¡Qué torpeza! No me explico como se puede ser tan torpe. El resultado ya lo saben todos ustedes: Zetapé ha replicado lo que todo el mundo podía esperar: presente usted una moción de censura “si tiene coraje”. Supongo que a estas horas Rajoy estará en la enfermería diciéndole al doctor que la cornada tiene eso, tres alternativas, digo, tres trayectorias.

domingo, 14 de febrero de 2010

La madre

Hace diez años, paseando por el parque municipal de Elche, vimos que esa noche había un concierto de Víctor Manuel al aire libre. Sin necesidad de hacer cola, compramos tres entradas y nos sentamos dispuestos a pasar un buen rato musical entre palmeras y luna. El aforo de esa zona acotada para conciertos será aproximadamente de mil personas. Estaba casi lleno, pero sin agobios. Fue el mejor concierto que jamás he visto. Excelentes músicos y una potencia de sonido moderada que permitía disfrutar de la interpretación del cantante. Víctor Manuel estuvo excelente y nos obsequió con sus grandes éxitos. No recuerdo si entre ellos estaba “La madre”, una canción impresionante.

“La madre” narra la tragedia de una madre que se desvive por su hijo drogadicto. Se trata de una madre humilde, una limpiadora, y ello hace que la historia todavía sea más dura:

"Ella fregaba suelos, nunca se compró ropa, por darle un buen colegio multiplicó las sobras".

Imagino a esas madres solteras que se desviven por sus hijos para pagarles un buen colegio que los aleje de aquello que ellas han conocido, pero lamentablemente no siempre lo consiguen... De ahí esas preguntas que se repiten constantemente:

“Cuál sería el instante, quién le enseñó estas cosas, cuándo probó la muerte y amaneció entre sombras”.

¿Cuándo?, ¿quién?, ¿por qué?, esas son las preguntas de la desesperada madre. Pero ya no importa. Sólo sabe que su hijo sufre y ella no puede soportarlo:

"Qué te puedo dar, que no me sufras. Qué te puedo dar, que no te hundas. Que no vea en tus ojos reflejos de cristal, que me mata tu angustia, que me puede tu mal. Qué te puedo dar”.

Y así, en el momento supremo de amor y desesperación, Víctor Manuel nos presenta la tragedia con un párrafo hermoso y desgarrador:

“Con la prudencia que da la locura buscó los datos, aclaró sus dudas. En un último esfuerzo, le compró la más pura y al mirarle a los ojos se le borró entre bruma. Él creyó que soñaba en el fugaz instante en que acabó su tiempo abrazado a la madre”.

¡Qué maravilla de canción, amigo lector! Esta tarde mientras caminaba hacia el centro la he escuchado una vez más y me he dicho que debía comentarla en el blog.


http://www.youtube.com/results?search_query=la+madre+v%C3%ADctor+manuel&search_type=&aq=f

miércoles, 10 de febrero de 2010

La reunión Rajoy-Duran y el voto útil

La reunión que han mantenido hoy Rajoy y Duran i Lleida ha sido interpretada como un hito más en el proceso de aproximación de ambas formaciones políticas para lograr acuerdos de gobierno en la Generalitat de Catalunya y en el Gobierno de la nación en caso de que, como es previsible, ninguna de las dos obtenga la mayoría absoluta. La intención del PP de apoyarse en CiU para gobernar es clarísima. Pretende reeditar así los acuerdos de gobierno que Aznar tuvo que negociar después de ganar las elecciones de 1996 por un escaso margen. En ese momento Aznar cedió el 30% del IRPF y sacrificó la cabeza de Vidal Cuadras. El acuerdo funcionó bien y eso hace que Rajoy pierda la perspectiva, pues parece ignorar todo lo que ha sucedido desde 2000 a 2010: pacto del Tinell, compromiso ante notario de no pactar con el PP y Estatuto inconstitucional de Cataluña.

Pero podría pensarse que la política española fuerza ese entendimiento. ¿Con quién si no va a pactar Rajoy si quiere llegar a La Moncloa? En efecto, ahí radica el quid de la cuestión y la necesidad de abordar el asunto desde el punto de vista adecuado. Rajoy ve la cuestión así; pero yo soy un simple ciudadano que debo decidir a qué partido voto en las próximas elecciones. Soy consciente de que el bien común exige sacar a zetapé del gobierno, pero ¿qué puedo esperar de un gobierno del PP apoyado por CiU? Profundizar en el autogobierno es imposible cuando ya se ha desarrollado, e incluso sobrepasado, al máximo el Estado autonómico. Además, buena parte de CiU se ha manifestado a favor de la independencia. Mientras la clave de la gobernabilidad esté en manos de partidos nacionalistas no vamos a ninguna parte. Por consiguiente, ¿es más útil votar al PP o hacer fuerza para que UPyD logre el máximo número de diputados y tenga la llave de la gobernabilidad? Para mí la cosa está clara: lo más útil, lo prioritario, es quitarle esa llave –“tenim la clau”, “tenim la clau”, vociferaba Pere Esteve en 1996- a los nacionalistas.

sábado, 6 de febrero de 2010

Impresiones sobre la reforma laboral que (aparentemente) pretende Zapatero

Quienes esperaban que Zapatero pusiera sobre la mesa una reforma laboral con medidas claras es que todavía no conocen al personaje. Los analistas indagan por dónde irán los tiros y casi todos llegan a la conclusión de que la reforma zapateril consistirá básicamente en aumentar los supuestos que se podrán acoger al contrato de fomento del empleo, cuya indemnización en caso de despido es de 33 días por año trabajado, y en ampliar los casos de despido procedente por causas económicas, que tienen una indemnización de 20 días por año trabajado.

De las dos medidas apuntadas la verdaderamente importante es la segunda, porque es difícil extender mucho más los requisitos para acogerse al contrato de fomento del empleo (en la actualidad sirve para contratar a jóvenes entre 18 y 29 años, ambos inclusive, parados de larga duración que lleven al menos un año inscritos como demandantes de empleo, mayores de 45 años de edad y minusválidos). Sin duda se pueden introducir retoques, pero la repercusión práctica será escasa.

La segunda medida es Zapatero en estado puro. Zapatero no está dispuesto a presentarse ante la sociedad como un presidente que abarate el despido, así que parece que va a proponer que se amplíen los supuestos en los que se está ante un despido procedente por causas objetivas, lo cual se traduce lógicamente en abaratar el despido, ya que situaciones que antes se consideraban despido improcedente (indemnización de 45 días por año trabajado) ahora se considerarán despido procedente (indemnización de 20 días por año trabajado). ¿Qué les decía el otro día cuando hablada de la concepción que tiene Zapatero de los derechos de los trabajadores? Formalmente los conceptos siguen siendo los mismos aunque su aplicación varía, y ello le permite seguir afirmando que los trabajadores no pierden derechos. Lo cierto es que situaciones que ahora se considerarían despidos improcedentes en el futuro dejarían de interpretarse así. Sí, paciente lector, lo ha comprendido perfectamente: los trabajadores pierden derechos.

Pero no se vayan todavía porque aún hay más. ¿Quién determina en último término si un despido es procedente o improcedente? En efecto, los jueces. Esto significa que la ampliación de las causas de despido procedente sólo supone un menor coste para el empresario si luego un juez lo corrobora. Si se aprobara un contrato indefinido con un coste de despido de 20 días por año trabajado, el empresario sabría con certeza qué le costaría despedir a los trabajadores que contrate. En cambio, la medida a la que apunta el gobierno requiere la confirmación de un juez. Obviamente la redacción de la ley puede generar bastante certeza sobre cómo terminará el asunto, pero la distancia entre la ley y la sentencia siempre es mayor de lo que se piensa. Con esta reflexión quiero señalar dos cosas:

En primer lugar, si tienen hijos con edad de entrar en la Universidad, aconséjenles que estudien Derecho y que luego se especialicen en Derecho del Trabajo porque faena no les va a faltar. Una reforma de este estilo universalizará la judicialización de las relaciones laborales, lo cual incrementará los costes para los trabajadores, para las empresas y para el contribuyente.

En segundo lugar, una reforma de este estilo no ofrece al empresario certeza sobre el coste del despido, ya que será el juez el que en último término aprecie la existencia real de una causa objetiva. Esa incertidumbre puede desalentar la celebración de contratos indefinidos.

Finalizaré aclarando que no estoy en contra de una reforma laboral que prive de derechos a los trabajadores. Lo que no me parece de recibo es engañar, ser incapaz de decir las cosas con claridad. Sé que la política tiene miserias y servidumbres, pero la situación de España es lo suficientemente grave como para a estas alturas ir camuflando una reforma laboral y tener como único objetivo evitar el desgaste político.

jueves, 4 de febrero de 2010

La bolsa sentencia al gobierno

Hoy, mientras la bolsa se desplomaba, Zapatero endilgaba a los americanos una amasoneada ración de tolerancia acompañada de la correspondiente alianza de civilizaciones, y todo ello glaseado con una idílica visión de la historia España como ejemplo de convivencia entre diferentes culturas y religiones. Tratar de explicarle a este pobre hombre que España decidió combatir al islam y halla en esa lucha una de sus principales señas de identidad es pedirle peras al olmo.

El desplome de la bolsa evidencia que la desconfianza que genera este gobierno es absoluta. Rajoy puede seguir practicando su tancredil estilo de oposición y limitarse a disfrutar viendo que los socialistas bajan más que los populares en las encuestas (una buena noticia ver que los dos grandes partidos cada vez suman menos intención de voto). Pero aunque Rajoy no sea capaz de hacer un servicio a la nación y reclamar la convocatoria de elecciones anticipadas, es evidente que no queda otra salida ante la absoluta falta de credibilidad de este gobierno.