miércoles, 13 de agosto de 2008

Los miserables

Anoche terminé de leer Los miserables, la extraordinaria novela de Victor Hugo. Emocionado, me fue imposible contener las lágrimas al concluir la lectura. Esta obra es de las que dejan en el espíritu una huella imborrable. La prosa de Hugo alcanza momentos de extraordinaria belleza, pero esta novela es mucho más que la obra de un gran escritor de cuya pluma surge la belleza sin embeleco. Hugo se refleja en esta novela como historiador, poeta, patriota, ciudadano sensible a la miseria y comprometido socialmente, y, sobre todo, como un gran conocedor del alma humana. Hugo narra fantásticamente la lucha interior que se desarrolla en la conciencia de ciertos individuos en la búsqueda del deber y de la acción correcta. En esta novela el personaje imprescindible y sobre el que gira toda la historia es Jean Valjean, el presidiario que es víctima de leyes injustas y, sobre todo, ciegas. Valjean es un hombre humilde con una conciencia que, quizá aletargada, es vívamente impresionada por la absoluta bondad que recibe de un hombre santo, un obispo que ejerce verdaderamente de discípulo de Cristo. El encuentro con el bien transforma el destino de Valjean no sin dificultad.

Los miserables, como declara Victor Hugo en la propia novela, es la lucha del bien por abrirse camino, el bien que busca el individuo, y el bien, presentado como progreso (un progreso, la ilustración, que Hugo hace compatible con la religión), que busca la nación protagonista de la novela, Francia. Quien quiera entender el fondo que nutre los motines e insurrecciones francesas desde finales del siglo XVIII hasta 1848, debe leer esta novela. Las digresiones de Hugo pueden cansar al lector poco formado y/o al que busca en la lectura un mero entretenimiento, pero una vez concluida la lectura las considero muy enriquecedoras. Hugo es el narrador omniscente que no solo quiere narrar una historia, sino hacerse sentir con sus opiniones. Algunos discursos puestos en boca de los personajes son bellísimos y tremendamente ricos en matices.

En definitiva, novela imprescindible. Les animo a leerla. Eso sí, son dos volúmenes que sumados superan las 1200 páginas.

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