viernes, 23 de enero de 2009

Ante la crisis, liberalismo y comunitarismo

Ante esta gran crisis se produce un fenómeno curioso. Por una parte, en lugar de pensar que la solución es refundar el capitalismo, tesis que implícitamente parece querernos decir que el Estado debe recuperar un papel protagonista, es fundamental reformar estructuralmente nuestra sociedad para volver a beneficiarnos del liberalismo y de la economía de mercado. Pero mientras el individualismo liberal es el único sistema económico capaz de generar bienestar, las respuestas a las tragedias sociales que genera la crisis requiere una visión organicista o comunitarista de la sociedad en la que la compasión y la solidaridad orienten la acción de los poderes públicos y de los ciudadanos. Así, mientras acometemos esas reformas estructurales que apuntaba, es fundamental organizar tareas de apoyo mutuo para mitigar el sufrimiento de tanta gente que se está viendo afectada por la crisis. Una vez más nos debemos dar cuenta de que en nuestro mundo las disyuntivas son frecuentemente disyuntivas falsas. No se trata de elegir entre liberalismo y comunitarismo, sino de articularlos adecuadamente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien tu propuesta pero ¿como se hace para articularlos adecuadamente?
Sabes que en esta sociedad instalada en la falacia permanente dictar algo en contra de la falsa progresía instalada en el poder y en los sectores mas allegados es inimaginable.
No podemos tampoco obviar la cantidad de sinvergüenzas que amparándose en la crisis, una vez se han llenado los bolsillos, han presentado un ERE. Que cabe recordar que tiene que ser aprobado por la Administración.
Personalmente opino que el individualismo que pueda aportar un empresario es cortado de raiz ante la cantidad de trabas burocráticos con los que se encuentra por parte de ese comunitarismo demagógico y falso.
Se ha comprobado que una sociedad basada en el poder de la masa ha fracasado rotundamente, oligarquías marxistas sin mayor ambición que servir a un politburó.
Se ha demostrado que un capitalismo atroz tampoco es garantía de éxito.
Se ha demostrado que un capitalismo amparado bajo una cierta supervisión política -subvenciones por ejemplo- tampo reluce su mejor cara. Muchas empresas se nutren de las subvenciones no con el ánimo de mejora y si con el ánimo de lucrarse.

Tomás de Domingo dijo...

Como he comentado en otro post, creo que en estos momentos tan importante como las reformas estructurales es el regeneracionismo moral de la sociedad. Mientras sigamos instalados en la creencia falsa de que la democracia se funda en el relativismo moral estamos perdidos. Es indispensable en mi opinión rearmar moralmente a la sociedad con los únicos valores que nos pueden sacar del atolladero y que entroncan con la tradición española, los valores genuinamente cristianos basados en el esfuerzo, la honestidad, la defensa de la familia y de la vida, y sobre todo el radical amor y la preocupación por el prójimo, pieza clave para afrontar una crisis y construir una sociedad sana. Si estos valores son defendidos desde una perspectiva laica, bienvenida sea también.