Los musulmanes no olvidan que hubo una época en que su civilización dominó buena parte de la península ibérica. Fueron los tiempos de Al-Aldalus que concluyeron con la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492, fecha en la que finalizó la reconquista española. Los musulmanes recuerdan Al-Andalus e incluso los más fanáticos no ocultan su intención de recuperarlo. Poco les importa que antes de que ellos ocuparan la península por las armas el cristianismo llevara cinco siglos implantado, primero en la Hispania romana y posteriormente en la España visigoda.
A diferencia de lo que sucede con los musulmanes, los cristianos hemos olvidado Constantinopla, la actual Estambul turca. El milenario imperio bizantino, con marcado carácter helénico, cristiano ortodoxo y beligerante frente al catolicismo papal cayó en 1453 tras la conquista de Constantinopla por los turcos, que decidieron hacer de esta ciudad la capital de su naciente imperio. En la toma de Constantinopla por los turcos está ambientada la novela histórica “El ángel sombrío” del finlandés Mika Waltari. De él había leído la merecidamente célebre “Sinuhé el egipcio” y la decepcionante “Marco el romano”. “El ángel sombrío” es una buena novela cuya circunstancia histórica convierte en especialmente interesante. Waltari nos recrea el odio existente entre “griegos” (cristianos ortodoxos) y “latinos” (católicos occidentales) del que se beneficiará el sultán turco Mohamed. Obviamente se trata de una novela histórica y habría que contrastar los datos que en ella se vierten con la historiografía más rigurosa, pero resulta sorprendente que la segunda ciudad más importante de la cristiandad apenas recibiera el auxilio del mundo cristiano para evitar caer en manos musulmanas. ¿Cómo es posible que unos países que hacía pocos siglos habían puesto en marcha las cruzadas para recuperar tierra santa dejaran caer Constantinopla? Merece la pena estudiarlo. Incluso dejando al margen las motivaciones religiosas parece un suicidio permitir esta incursión de los turcos en Europa que, como finalmente sucedió, amenazaba muy seriamente a toda la cristiandad.
En el mismo siglo que los turcos tomaban Constantinopla los cristianos españoles concluíamos la reconquista. Pero así como los musulmanes recuerdan Al-Andalus, ningún cristiano reivindica el recuerdo de Constantinopla. Por supuesto que no estoy abogando por ninguna acción de conquista, pero no estaría de más que cuando los extremistas musulmanes aluden a Al-Andalus, aparte de recordarles que no tienen sentido semejantes reivindicaciones por razones evidentes, también se les recordara que hubo lugares que durante siglos (milenios en este caso) fueron cristianos y que por diferentes avatares dejaron de serlo sin que dicha historia pueda esgrimirse como título para echar de allí a nadie.
A diferencia de lo que sucede con los musulmanes, los cristianos hemos olvidado Constantinopla, la actual Estambul turca. El milenario imperio bizantino, con marcado carácter helénico, cristiano ortodoxo y beligerante frente al catolicismo papal cayó en 1453 tras la conquista de Constantinopla por los turcos, que decidieron hacer de esta ciudad la capital de su naciente imperio. En la toma de Constantinopla por los turcos está ambientada la novela histórica “El ángel sombrío” del finlandés Mika Waltari. De él había leído la merecidamente célebre “Sinuhé el egipcio” y la decepcionante “Marco el romano”. “El ángel sombrío” es una buena novela cuya circunstancia histórica convierte en especialmente interesante. Waltari nos recrea el odio existente entre “griegos” (cristianos ortodoxos) y “latinos” (católicos occidentales) del que se beneficiará el sultán turco Mohamed. Obviamente se trata de una novela histórica y habría que contrastar los datos que en ella se vierten con la historiografía más rigurosa, pero resulta sorprendente que la segunda ciudad más importante de la cristiandad apenas recibiera el auxilio del mundo cristiano para evitar caer en manos musulmanas. ¿Cómo es posible que unos países que hacía pocos siglos habían puesto en marcha las cruzadas para recuperar tierra santa dejaran caer Constantinopla? Merece la pena estudiarlo. Incluso dejando al margen las motivaciones religiosas parece un suicidio permitir esta incursión de los turcos en Europa que, como finalmente sucedió, amenazaba muy seriamente a toda la cristiandad.
En el mismo siglo que los turcos tomaban Constantinopla los cristianos españoles concluíamos la reconquista. Pero así como los musulmanes recuerdan Al-Andalus, ningún cristiano reivindica el recuerdo de Constantinopla. Por supuesto que no estoy abogando por ninguna acción de conquista, pero no estaría de más que cuando los extremistas musulmanes aluden a Al-Andalus, aparte de recordarles que no tienen sentido semejantes reivindicaciones por razones evidentes, también se les recordara que hubo lugares que durante siglos (milenios en este caso) fueron cristianos y que por diferentes avatares dejaron de serlo sin que dicha historia pueda esgrimirse como título para echar de allí a nadie.
P.D. Por cierto, Waltari comete un error importante en su novela al referirse a la soberanía sobre Lemnos. Alude a que pertenecía al Rey de Cataluña cuando es sabido que Cataluña nunca ha sido un reino. En todo caso debería haberse referido al rey de Aragón, corona compuesta por el Reino de Aragón, el Reino de Valencia y el principado de Cataluña.
1 comentario:
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