Núñez Feijoo y Rajoy han dado un ejemplo en las últimas horas del tipo de alternativa que representa el PP frente al nefasto Zapatero.
Comencemos por el gran jefe (líder es otro cantar). Parece ser que Rajoy aceptará que se incluya en el Estatuto de Castilla-La Mancha el límite de los 6000 hectómetros cúbicos, que supone en la práctica la imposibilidad de trasvasar agua del Tajo al Segura. En su día ya se cometió la estupidez de incluir en la declaración de derechos sin derechos (sí, estupefacto lector, así lo ha dicho el Tribunal Constitucional en la STC 247/2007, de 12 de diciembre, fundamento jurídico 15º) del Estatuto valenciano –sobre el que los valencianos seguimos sin haber podido pronunciarnos en referéndum para nuestro bochorno-, el llamado derecho de los valencianos (y valencianas, ya ven modas estúpidas que copian todos los politiquillos) al agua y al trasvase desde cuencas excedentarias a cuencas deficitarias. Era un brindis al sol que sólo servía para decirle a los de Aragón y Cataluña que nosotros meamos más lejos, y para venderlo bien envuelto a votantes que compran cualquier mercancía, pero todo puro embeleco sin ninguna repercusión práctica. Ahora los de Castilla-La Mancha también quieren que su Estatuto diga algo sobre el agua, tal como hicimos los valencianos, con la diferencia de que parece que ellos están dispuestos a concretar el asunto. No creo que lo hagan porque sería flagrantemente inconstitucional, pero sirve para que el que todavía no se haya enterado se dé cuenta del papelón que está haciendo con este asunto el PP rajoyesco. Y además era absolutamente innecesario, porque el PP sólo tenía que remitirse al plan hidrológico nacional y santas pascuas.
Hablemos ahora del gran Núñez Feijoo que llegó a la poltrona prometiendo acabar con la falta de libertad de los padres para elegir la lengua en la que quieren que se eduque a sus hijos. En la línea pepera de aplicar políticas impropias de un partido que defiende la libertad (fíjense en lo que sucede en Valencia con el valenciano, requisito imprescindible para ser muchas cosas, incluso para los de Orihuela ¡manda huevos el tema!), coquetea con la idea de equilibrar proporcionadamente el castellano y el gallego, e introduce el inglés en la enseñanza más que nada, me parece, para guardar las apariencias y demostrar cierta preocupación por la calidad educativa. No parece entender este buen hombre que no se trata de equilibrar lenguas, sino de respetar derechos de los ciudadanos, y eso no admite equilibrio.
Estos dirigentes del PP tienen obstruido hasta el don de la oportunidad y se empeñan en amargarnos las uvas, pero no lo van a conseguir. ¡Feliz año nuevo, queridos lectores!
Comencemos por el gran jefe (líder es otro cantar). Parece ser que Rajoy aceptará que se incluya en el Estatuto de Castilla-La Mancha el límite de los 6000 hectómetros cúbicos, que supone en la práctica la imposibilidad de trasvasar agua del Tajo al Segura. En su día ya se cometió la estupidez de incluir en la declaración de derechos sin derechos (sí, estupefacto lector, así lo ha dicho el Tribunal Constitucional en la STC 247/2007, de 12 de diciembre, fundamento jurídico 15º) del Estatuto valenciano –sobre el que los valencianos seguimos sin haber podido pronunciarnos en referéndum para nuestro bochorno-, el llamado derecho de los valencianos (y valencianas, ya ven modas estúpidas que copian todos los politiquillos) al agua y al trasvase desde cuencas excedentarias a cuencas deficitarias. Era un brindis al sol que sólo servía para decirle a los de Aragón y Cataluña que nosotros meamos más lejos, y para venderlo bien envuelto a votantes que compran cualquier mercancía, pero todo puro embeleco sin ninguna repercusión práctica. Ahora los de Castilla-La Mancha también quieren que su Estatuto diga algo sobre el agua, tal como hicimos los valencianos, con la diferencia de que parece que ellos están dispuestos a concretar el asunto. No creo que lo hagan porque sería flagrantemente inconstitucional, pero sirve para que el que todavía no se haya enterado se dé cuenta del papelón que está haciendo con este asunto el PP rajoyesco. Y además era absolutamente innecesario, porque el PP sólo tenía que remitirse al plan hidrológico nacional y santas pascuas.
Hablemos ahora del gran Núñez Feijoo que llegó a la poltrona prometiendo acabar con la falta de libertad de los padres para elegir la lengua en la que quieren que se eduque a sus hijos. En la línea pepera de aplicar políticas impropias de un partido que defiende la libertad (fíjense en lo que sucede en Valencia con el valenciano, requisito imprescindible para ser muchas cosas, incluso para los de Orihuela ¡manda huevos el tema!), coquetea con la idea de equilibrar proporcionadamente el castellano y el gallego, e introduce el inglés en la enseñanza más que nada, me parece, para guardar las apariencias y demostrar cierta preocupación por la calidad educativa. No parece entender este buen hombre que no se trata de equilibrar lenguas, sino de respetar derechos de los ciudadanos, y eso no admite equilibrio.
Estos dirigentes del PP tienen obstruido hasta el don de la oportunidad y se empeñan en amargarnos las uvas, pero no lo van a conseguir. ¡Feliz año nuevo, queridos lectores!
6 comentarios:
¿Cómo pueden pedir algunos valencianos la libertad de lengua en la educación de sus hijos (cosa que no me parece mal, siempre que existan y se ejerzan los medios necesarios para mantener y promocionar la lengua del lugar dónde se educan) cuando la Generalitat de Valencia está cerrando todos los canales posibles para que no llegue a sus tierra TV3? ¿No parece esto una privación de libertad a sus propios ciudadanos de obtener una información que les permita conformar libremente su propia opinión? Yo estoy encantado de poder ver en Catalunya el Canal 9. Por otra parte, no entiendo bien porqué un maestro valenciano puede ejercer en Catalunya y NO al revés.
Por cierto, acabo de leer en el periódico que la Comision constitucional del Congreso de los Diputados ha aprobado que las emisiones de TV3 puedan verse en Territorio Valenciano en reciprocidad con la visión de Canal 9 en Catalunya. Lo cual me parece muy justo y de lo que me alegro profundamente, igual que lo harán muchos valencianos
Yo preferiría, en primer lugar, que las televisiones autonómicas dejaran de pagarse con dinero público porque es un despilfarro. Al margen de esto, lógicamente prefiero poder acceder a todas las cadenas posibles, así que me inclino por la absoluta libertad de emisión sin duda alguna.
Totalmente de acuerdo con el ultimo comentario
Anónimo.... Al respecto de lo que dices de que un profesor valenciano puede ejercer en Cataluña y no al revés, desconozco esa situación y no dudo de lo que dices, pero también deberías preguntarte porque un profesor catalán,valenciano,gallego o vasco tiene más ventajas en su comunidad que, por ejemplo, un andaluz, castellano o extremeño que oposita en una de esas comunidades.
yo tambien desconozco la situación que planteas por lo seria de gran utilidad que plantearas las ventajas que tiene el colectivo de maestros que mencionas. Lo que sí estoy en condiciones de demostrar es mi primera aseveración. Además voy a dejar de ser anónimo en este tema para que tengas mejor perspectiva.
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