jueves, 28 de enero de 2010

La edad de jubilación, la familia y la política

A nadie debería extrañar que el retraso de la edad de jubilación se plantee como inevitable. Es una exigencia matemática: nacen menos niños y se vive más años. Hace tiempo que vengo diciendo (no recuerdo si lo he comentado en el blog) que el principal problema de España es la baja natalidad. Una vez participé en una encuesta de intención de voto, y a la pregunta de cuáles creía yo que eran los principales problemas de España situé en primer lugar la baja natalidad, lo cual me dio la impresión de que sorprendió a la entrevistadora. Lo primero que cualquier nación debe hacer es asegurar el reemplazo generacional. Sin esto no hay futuro. Y no se me diga que este problema se remedia con inmigrantes. Es cierto que en nuestro caso podemos acoger e integrar con más facilidad a nuestros hermanos hispanoamericanos, pero eso es un parche, no una solución.

Hablar de ayudas a la familia, que sin duda son muy necesarias, se está convirtiendo en un tópico; lo más importante es lograr que la gente desee formar una familia y tener hijos. Si ese deseo no existe, no hay ayudas que valgan. Pero a ver quién osa decir algo así, pese a que sea una verdad como un templo. Si tuviéramos auténticos políticos el primer gran pacto de Estado debería consistir en la defensa de la institución familiar por ser algo bueno y necesario que hay que convertir en atractivo. Pero hoy la política consiste en preocuparse más por el Estado que por la nación. Esta distinción fue expuesta por Ortega con su maestría habitual en “Mirabeau o el político”. Allí nuestro gran filósofo escribe: “El Estado no es más que una máquina situada dentro de la nación para servir a ésta. El pequeño político tiende siempre a olvidar esta elemental relación, y cuando piensa lo que debe hacerse en España, piensa, en rigor, sólo lo que conviene hacer en el Estado y para el Estado”. En efecto, desde la muerte de Franco, en España nos hemos dedicado a intentar –sin éxito- perfeccionar el Estado y nos hemos olvidado de la nación. Es curioso comprobar que en los debates sobre el estado de la nación la nación apenas cuenta, casi siempre se plantean problemas propios del Estado. No es casualidad que el nefasto zetapé haya supuesto la cima de esta perniciosa tendencia afirmando que la nación es un concepto discutido y discutible.

12 comentarios:

Óscar Hdez Mañas dijo...

Como seguidor habitual de este blog me alegra saber que el numero de visitas y comentarios aumenta cada día, sin duda alguna este es un espacio de reflexión muy interesante por su independencia. Hablando de interesante, supongo que interesante debe ser igualmente el aumento de beneficios derivados del click de esos nuevos visitantes en la publicidad. La verdad es que muchas páginas web y foros inundan las pantallas con molestos banners y publicidad intrusiva que solo irritan al lector. Sin embargo veo que aquí se ha optado por un sistema menos incómodo. En estos casos si suelo hacer click en los anuncios que me llaman la atención, es una forma de agradecer al autor su labor y sobre todo en este blog la publicidad no me molesta.

Roberto Lanzas dijo...

Hay un problema de base, y es que toda nación funciona cuando tiene un fin, un objetivo, una meta.

Todos los que critican "la unidad de destino en lo universal" adolecen del mismo error: no aportan alternativas.

Podemos realizar una crónica para una muerte anunciada de España. Un país sin un destino, a la deriva, que se envilece por momentos.

Voy a citar una frase que hago mia, aunque no voy a citar a su autor para evitar rechazos apriorísticos:

"Frente al desdeñoso "Libertad ¿Para qué? de Lenin, nosotros comenzamos por afirmar la libertad del individuo, por reconocer al individuo. Nosotros, tachados de defender un panteísmo estatal, empezamos por aceptar la realidad del individuo libre, portador de valores eternos."

Orson dijo...

Echando la mirada atrás, no me iría tan lejos como al franquismo, pero si destacaría la buena labor del PP de Aznar, cuando sacó adelante un pais en quiebra, muy parecido al de ahora (bueno, ahora incluso peor), reestructurando Estatutos de Trabajadores, dialogando y consensuando con las Comisiones, en definitiva salvaguardando y reforzando la estabilidad económica del pais y seguridad de sus ciudadanos, sin la cual ( como en estos momentos) realmente dificil es plantearse descendencia cuando la principal preocupación es mantenerse a uno mismo.
Como anécdota, dependemos de hechos deportivos ( como el famoso gol del Barcelona, de Iniesta al Chelsea en semifinales, hace ahora 9 meses) para que la natalidad en Barcelona haya aumentado hasta un 45% en estos días con respecto a años anteriores.

Tomás de Domingo dijo...

Esa frase probablemente sea de José Antonio (supongo no ser el único que sabe quién utilizaba el seudónimo Roberto Lanzas), cuya obra merece ser leída directamente para evitar caer en los tópicos habituales sobre la Falange. La doctrina joseantoniana se enmarca en el contexto de los partidos de masas, en la democracia orgánica, y exige ser repensada y revisada en profundidad. Pero pensó sobre España con hondura, honestidad, y huyó de todo tentación guerracivilista.

Anónimo dijo...

Es imposible en este pais elevar la tasa de natalidad.
La piramide de poblacion puede aumentar pero jamas se elevara el nivel de vida. Me refiero al nivel de vida socialmente hablando.
Vamos a ver, si un colegio cierra sus puertas a las 17 o 17.30 horas, es inconcebible para una pareja que trabajen ambos ir a recoger a la criatura.
Un detalle tan simple como este nos replantea en muchos casos como esta montada la sociedad en este pais. Aqui todavia se parte de la premisa de trabajar mas horas es trabajar mejor cuando en infinidad de casos hay muchisimas horas muertas a lo largo de la jornada laboral.
Desgraciadamente sobrevienen muchos accidentes laborales por esa fatiga o muchos errores laborales debido a ese cansancio acumulado.
Evidentamente si en este pais al trabajador muchas veces se le ha colocado en el disparadero, tambien se tiene que hacer con muchos de los autodenominados empresarios que solo buscan su lucro personal rapidamente. Que lejos quedan aquellos empresarios que se jugaban su patrimonio personal en aras de elevar su empresa y con ella a sus trabajadores.
Es incompatible la sociedad laboral actual con la familia, mientras duren los abuelos se va soportando el tener hijos, en el momento una pareja no disponga de esa inestimable ayuda, va rodando todo de mal en peor.
Opino que cumplir la jornada laboral se deberia de hacer de modo selectivo siempre que cumplas al final de la semana con tus horas y el rendimiento sea el adecuadamente productivo.
Saludos Franki

Tomás de Domingo dijo...

Ruego encarecidamente la lectura de los post "La soltería como opción" y "Algo más sobre la soltería", que publiqué en mayo de 2007.

Roberto Lanzas dijo...

Estimado Tomás, ¿cree ud. que la sociedad española tiene madurez suficiente como para acercarse a ciertas "lecturas" sin complejos?

Yo creo que NO.

Por lo demás, y para seguir con el hilo del artículo, sería interesante esbozar cual es la "misión" o el destino que persigue España en el s.XXI. Mientras sigamos discutiendo lo que es la nación, esta se va diluyendo como un azucarillo.

Por cierto, que haya citado a JAPR no implica que comulgue con el matonismo macarrónico que predican hoy quienes se llaman sus seguidores. Creo que es importante dejarlo claro.

Anónimo dijo...

Como en tantos otros temas, es imposible en España hacer pactos de Estado entre todos los partidos para solucionar estos temas. Coincido en que no tenemos políticos a la altura de las circunstancias.
Por otro lado, la izquierda da más importancia a la aceptación de la heterogeneidad de la familia moderna (monoparental, homosexual...) que al fomento de la natalidad, porque ésta viene de la mano de la familia tradicional, que es justo lo que quieren derrocar.
Saludos.
Lutgardo.

Gustavo Malo dijo...

Realmente la situación actual es todo cuanto cabría esperar de un sistema que promociona más el aborto, el "orgullo" gay, o la soltería que la familia.

Hablar de familia es hoy reaccionario y carca. Hablar de una España unida es hoy facha y desfasado. Decir que existe la verdad y NO TODO ES RELATIVO, es dogmático y retrógrado.


No os preocupeis, seguirán naciendo niños en España. Pero en breve esta nación... la más antigua de Europa, antaño guardiana de nobles valores... no quedarán españoles. Viva el mundialismo!

Veritas dijo...

Un caso interesante... ¿un librero? ¿un genocida? ¿Derecho a la libre opinion? ¿Derecho de las victimas del holocausto?

¿Nuevo caso Leon Degrelle vs Violeta Friedman? Que gozada!

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/neonazi/Pedro/Varela/dice/juez/Holocausto/fue/mito/elpepiespcat/20100130elpcat_8/Tes

Gustavo Malo dijo...

En realidad, lo que poca gente sabe, es que quien empezó a cargarse el sistema de pensiones español NO fueron los socialistas, NI los populares, sino el semidivinizado Adolfo Suárez (del que tampoco queremos hacer leña, dado su estado actual)

No obstante fue su UCD la que tuvo la brillante idea –una de tantas- de reconvertir un sistema de pensiones por capitalización –heredado del franquismo- en un sistema de reparto. Grosso modo, y sin entrar en detalles y matizaciones técnicas, podemos resumir que en el sistema por capitalización el trabajador hace una serie de aportaciones periódicas al régimen de pensiones de la Seguridad Social de acuerdo a su nivel de ingresos. El Estado guarda esas aportaciones y llegado el día de su jubilación, le son devueltos al cotizante junto a los lógicos rendimientos financieros generados. Más o menos es como teóricamente funcionan los sistemas de pensiones privados. Este sistema ha sido el más utilizado en el mundo desarrollado, pues pocos son los inconvenientes que plantea.

En cambio, en el sistema por reparto, los trabajadores aportan una cantidad al Estado para pagar las pensiones de los que en ese momento están jubilados, con la esperanza de que, cuando les llegue la jubilación a ellos, sus pensiones serán pagadas con las cotizaciones de los trabajadores del futuro. Es decir, es, ni más ni menos, que un sistema piramidal legalizado, cuyo buen funcionamiento se basa en el relevo generacional, en la captación de nuevos aportantes.

Podrían tomar nota los críticos vehementes del franquismo de estas cositas.

Christus regnat dijo...

No entiendo porqué el Rey sigue considerándose católico (como muchos PePeros) y apoyan el aborto. Entiendo que les asiste la libertad religiosa, pero deberían ser más consecuentes. Sobre todo cuando ocupan altos cargos eclesiales.

Hace poco el portavoz de la Conferencia Episcopal dijo que el Jefe del Estado no queda excomulgado por sancionar la ley del aborto por ser su acto un acto único. Tan hipócrita y farisaico comentario, convierte en cómplice a la Jerarquía Eclesiástica de los graves pecados de perjurio, escándalo y aborto. Es evidente que el Jefe del Estado puede negarse a firmar una ley.
De modo que la Iglesia desmiente con los hechos su prédica sobre la vida y sobre el "abominable crimen" del aborto del que habla el Concilio Vaticano II. Una vez más, pues lleva siendo así desde 1978. Pero el escándalo es mayúsculo con esta postura episcopal.
Y si algún escrupuloso canonista estima que no es así, hágase "ferendae sententiae". En todo caso, como demostró magisterialmente Monseñor Guerra Campos, como mínimo el Jefe del Estado no puede escapar a la consideración de "pecador público" y por tanto se le debe negar la comunión.
El escándalo se agrava con el aborto libre, incluso de menores, como se agravó en años anteriores con la comisión del delito por la Seguridad Social y con la legalización de las píldoras abortivas RU-486 y la del día después, en tiempos del Partido Popular como gobernante, por cierto, ya que a ellos también se debería extender la misma excomunión.