domingo, 7 de noviembre de 2010

El Papa no deja a nadie indiferente

El Papa ha recordado que Dios no es el enemigo de la libertad, y que Europa debe recuperar sus raíces cristianas. Efectivamente, Dios no sólo no es un obstáculo para la libertad, sino que es su fundamento. Tampoco la iglesia es hoy la enemiga de la libertad, aunque lo fuera en otros momentos de la historia. Algunos, sin embargo, creen que todo lo que sea proclamar algo como verdadero, como hace la iglesia al predicar el Evangelio, significa restringir la libertad humana. Son los que esperan que se dé carta blanca a la realización de sus deseos al tiempo que no están dispuestos a admitir ninguna crítica a su comportamiento. Incluso tengo la impresión de que les gustaría que el Papa bendijera públicamente su conducta, cosa que evidentemente no va a hacer, y eso hace que lejos de ser indiferentes al Papa y a los mensajes de la iglesia, sean beligerantes hasta un extremo soez. En la visita del Papa a Valencia ya se pudieron ver algunos (poquitos, eso sí) carteles con la leyenda “Yo no te espero”, absolutamente ridícula por la contradicción que encierra, ya que esperan a que llegue para decirle que no le esperan. Son incapaces de ser indiferentes ante el Papa, al igual que esas lesbianas que hemos visto por televisión con ocasión de la visita papal. No les bastaba con vivir su homosexualidad con normalidad, sino que tenían que besarse ostentosamente para mostrar su rechazo al Papa. Esa beligerancia contra la iglesia y su mensaje es precisamente una manifestación del veneno del laicismo –no confundir con laicidad- al que también se ha referido críticamente el Papa.  

3 comentarios:

Lanzas dijo...

Me he criado en una familia tradicionalmente católica y practicante. No obstante, los derroteros emprendidos tras el Concilio Vaticano II y la irrupción del relativismo en el Vaticano me fueron alejando cada vez más de la fe.
Una cosa es acercar la disciplina eclesiástica a las necesidades de unos nuevos tiempos (elemento razonable), y otra acercar la fe a postulados que le son contrarios.

Dicho esto, me parecen acertadas las declaraciones del Papa. Por otro lado, eran de esperar. Asimismo considero que su visita ha azuzado a toda la purria laicista (no laica), irreverente, inane y maleducada. Ese detritus social se ha dejado a si mismo en evidencia una vez más.
Pero al escuchar al Papa en Barcelona no puedo evitar la sensación de estar aplaudiendo unas migajas de autenticidad, que son rápidamente picoteadas por unos cristianos de buena fe, ávidos de que el Pontífice cargue contra la deriva laicista.

En otras palabras, la Iglesia ha hecho recientemente un esfuerzo enorme por suavizar su mensaje y tolerar (en ocasiones) lo que es intolerable a la luz de la doctrina (a pesar, por ejemplo, del levantamiento de la excomunión a los 4 obispos ordenados por Lefebvre). El resultado lo podemos apreciar en una tarde de misa: Iglesias cada vez más vacías. Resumiendo, la Iglesia ha hecho el juego al laicismo, y se ha impregnado de su veneno. Un querido amigo, de profundas convicciones, me pedía confianza para Benedicto XVI... y en ello estoy aunque me cuesta.

Óscar Hdez Mañas dijo...

Sin duda el Papa no deja indiferente a nadie; pero relegar el papel de la mujer en la iglesia católica a meras limpiadoras de altares pringosos no es precisamente la mejor vía de reconciliarse con esta iglesia.
Hace falta pues una teología feminista o una teología que revise el papel de la mujer en el seno católico, por que al final el mensaje cristiano no tiene porque coincidir con las formas de iglesia católica que no dejan de ser sino una forma de reinterpretar el mensaje revolucionario, para su época, de Jesucristo.

Orson dijo...

Pienso que existe mucha hipocresía en este pais con todo lo que rodea al Papa y ese afán de ridiculizar y tergiversar toda declaración del Pontífice por parte de algunos medios de comunicación, sobretodo de índole extrema. Yo respeto a los laicos pero por qué con su libertad de expresión intentan coartar la de los demas? Igual pasa en política pero eso es otro tema.