lunes, 15 de noviembre de 2010

Ponerse a pensar

El extraordinario poder de los medios de comunicación de masas, su desmesurada atención a asuntos banales y su frecuente sectarismo hace que en muchas ocasiones sea imposible saber qué está sucediendo realmente en muchos ámbitos. Es indispensable ante esta situación descubrir opiniones de personas veraces e independientes que mostrándonos diferentes parcelas de la realidad nos ayuden a orientarnos. Pero no son fáciles de hallar, y por ello suelo ser cauto antes de asumir una posición sobre un determinado asunto. Prefiero prestar atención a detalles de la vida cotidiana con los que tropiezo a diario, acumular datos y ponerme a pensar. Es sorprendente adónde se puede llegar pensando. A veces incluso se discrepa tan radicalmente con relación a la posición que domina en los medios de comunicación que uno tiende a creer que debe de estar equivocado y que probablemente le faltarán datos. Más de una vez he guardado  silencio ante un asunto y posteriormente me he dado cuenta de que en realidad lo había visto bien en su momento. Pensar siempre ha sido necesario, pero en estos tiempos proclives a la mistificación y a la propagación masiva de falsedades, resulta imperioso. A veces tengo la sensación de que desde que uno se levanta hasta que se acuesta ha de estar en guardia para evitar que le den gato por liebre. Así que mi consejo es acumular datos fiables, reflexionar poniéndolos en relación, utilizar la imaginación y, fundamental, posicionarse sin precipitarse, pero tampoco actuando con esa excesiva prevención que sólo conduce a un silencio estéril.

3 comentarios:

Óscar Hdez Mañas dijo...

En cierto modo envidio su serenidad mental que le permite al deleite de pensar con tranquilidad y prudencia. ¡Cuide su mente, es lo más preciado que tiene!

Lanzas dijo...

Gran consejo.

He llegado a desarrollar la molesta sensación de que mi mente descarta automáticamente las noticias emitidas por determinados medios.

El sesgo de las líneas editoriales, unido a una simbiosis (cuando no dependencia) creciente entre medios y poder político, hace que los emboscados estemos en alerta constante.

Pero corremos el riesgo de un excesivo excepticismo. La duda constante acerca de cuanto nos plantean los medios del sistema, no debe en modo alguno alejarnos de la realidad y de la actualidad nacional.

Tan solo debemos conocer el mayor número de fuentes, interiorizar la información recibida, oponerla a nuestros pensamientos y por último expresar la síntesis resultante.

Óscar dijo...

Gran reflexión, que comparto plenamente.

La libertad del siglo XXI está muy relacionada con la capacidad de reflexionar sobre la información que nos llega.

Tomás, yo también tengo esa sensación de que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos todos intentan ejercer una influencia sobre nosotros.

Y cuando tienes una conversación con un veinteañero es cuando te das cuenta que lo están consiguiendo.