Ayer fui a ver la película de Iciar Bollaín “También la lluvia” en los cines Odeón de Elche. Lo único que sabía de ella es que había sido nominada para varios premios Goya. Excelente elección. La historia se desarrolla en Cochabamba (Bolivia), y gira en torno a la realización de una película por un grupo de cineastas españoles sobre los primeros años de la colonización de América, con personajes como Colón o Fray Bartolomé de las Casas. Pese a que han pasado más de quinientos años los indígenas que colaboran en la película como extras se dan cuenta –sin decirlo explícitamente, gran acierto de Bollaín- de que siguen padeciendo injusticias. Tan pronto como acaban de rodar se exponen a ser masacrados simplemente por tratar de lograr agua para satisfacer sus necesidades básicas. Impresiona y emociona ver como los diálogos de la película sobre la colonización adquieren sentido en el contexto de la Bolivia actual. También es emocionante ver la transformación que el contacto con la injusticia y con la dignidad de Daniel –el líder popular de la revuelta en defensa del derecho al agua que además desempeña un papel estelar como extra en la película- opera en Costa, el productor: de estar únicamente interesado en acabar la película y ganar dinero pasa a jugarse la vida para salvar a la hija de Daniel. En el abrazo final entre Daniel y Costa casi me saltan las lágrimas. Se la recomiendo.
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