Pretender defender la justicia o la injusticia de determinados impuestos es meterse en terreno pantanoso. Se dice que el impuesto sobre el patrimonio es injusto porque grava dos veces el mismo bien, pues ya se han pagado los correspondientes impuestos al adquirir esos bienes que pasan a formar parte de nuestro patrimonio, y si éste alcanza determinado volumen volverán a ser gravados. Cómo cabría considerar entonces, por ejemplo, el IBI. Cuando adquirimos un inmueble ya pagamos los correspondientes impuestos, y luego cada año nos vuelven a cobrar, al margen de cuál sea nuestra renta.
Bien está que se critiquen las contradicciones de los socialistas sobre el impuesto del patrimonio o el espectáculo grotesco de ver a Blanco y Rubalcaba hacer declaraciones que dan la impresión de que improvisan sobre la marcha. Pero a partir de ahí me parece vergonzoso que medios como Libertad Digital minimicen la repercusión que este impuesto pueda tener en la reducción del déficit, pues se espera que se recauden unos 1.000 millones, y al mismo tiempo se justifique la necesidad de los recortes en educación que han adoptado comunidades como Castilla-La Mancha y Madrid. Sí, sí, recortes, porque esas dos horas lectivas más de los profesores tienen como consecuencia la no contratación de profesores interinos, como así se ha confirmado en Castilla-La Mancha. Supongamos que en toda España se prescinde de 8.000 profesores interinos, y que el salario bruto de estos profesores ascienda a unos 32.000 euros. El ahorro que supone asciende a 256 millones de euros. Esto significa que la recaudación de este impuesto supone unos ingresos tres veces superiores a lo que se ahorra dejando en la calle a 8.000 personas, que probablemente tienen familias. Provoca cierto asco ver como en Libertad Digital se justifican los recortes en educación –que sería de lo último que habría que tocar- y al mismo tiempo se minimiza poder obtener unos ingresos públicos de unos 1.000 millones de euros. Este medio me está resultando cada día más insufrible, sobre todo por su tendencia a amplificar y regocijarse en las malas noticias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario