miércoles, 15 de febrero de 2012

La reforma laboral

Ya estoy aquí de nuevo, y parece obligado decir algo sobre la reforma laboral, que esta sí lo es, no como la que puso en marcha el PSOE (véanse las entradas que dediqué a la misma). Como me recomienda un amigo profesor de Derecho del Trabajo, lo prudente es leerla con detenimiento antes de opinar. Tiene razón, pero alguna cosita sí se puede decir. La reforma pretende evitar la destrucción de tejido productivo, y para ello no sólo se permite al empresario renegociar muchas cosas, sino también despedir más barato y ampliando las razones de la procedencia del despido. El empresario puede plantearle más alternativas al trabajador antes de optar por el despido –esta es la razón por la que el PP señala que favorece el empleo-, pero también es cierto que el empresario puede despedir más barato con el fin de ahorrar costes en situaciones difíciles –esta es la razón por la que se critica que se están recortando derechos sociales, lo cual es cierto-.

En mi opinión, era fundamental lograr un modelo de relaciones laborales que fuera lo suficientemente flexible para preservar el tejido productivo, y en este sentido la reforma tiene muchas cosas positivas, pero al mismo tiempo pienso que la situación de los trabajadores se torna excesivamente precaria. Se dice que esta reforma sigue la estela de otros países europeos. Es cierto, pero no nos engañemos, la cultura empresarial española desgraciadamente nos muestra que hay infinidad de empresarios que hacen lo posible por chupar a sus trabajadores hasta la última gota de sangre. Si pueden, prefieren que trabajen en negro. Si no hacen más horas de las estipuladas les miran mal e incluso les marginan. Los salarios en las pequeñas y medianas empresas son bajos o muy bajos, y las ayudas sociales y las medidas para compatibilizar la vida laboral y familiar suelen brillar por su ausencia. Eso no sucede, por ejemplo, ni en Alemania, Holanda, Austria o Suecia. Por esta razón, creo que la reforma debía haber buscado un mayor equilibrio no abaratando tanto el despido, porque veinte días por año trabajado con un máximo de doce mensualidades en el caso de despido objetivo es una cantidad escasísima. Está claro que el gobierno ha allanado el camino para la puesta en marcha de ERES, sobre todo en empresas públicas, que van a suponer un aumento del paro.

Por último, hay que decir que las acusaciones de la oposición con relación a que el gobierno del PP ha mentido a los españoles son completamente ciertas. Yo mismo escuché a varios dirigentes del PP en la campaña electoral decir que la reforma que pensaba el PP tenía como objetivo favorecer la contratación, no abaratar el despido (se lo escuché a González Pons). No es de recibo ocultar algo así, máxime cuando una vez más pienso que los ciudadanos podrían haberlo comprendido. No hacía falta entrar en detalles, pero sí admitir que la reforma podría modificar el coste del despido, o sencillamente que se estaba abierto a todo.

Aquí está la prueba: http://www.20minutos.es/noticia/1308293/0/videoteca/evidencia-pp/abaratar-despido/

1 comentario:

Lanzas dijo...

Ayer se publicó en el BOE que el Gobierno ha destinado una partida de 1,7 mill € a gases lacrimógenos. Un 400% más que en ejercicios anteriores.

Saben que se aproximan tiempos de conflictividad social y discordias civiles varias. Aunque pueda sonar tremendista...

Algunos antiguos compañeros de facultad están sopesando marchar al centro de Europa, yo me quedo.