La crisis del coronavirus ha acelerado la transformación social en la que nos hallamos inmersos. El confinamiento vivido y la amenaza de que en el futuro los virus sigan condicionando nuestro modo de vida ha provocado que muchas personas se planteen cambiar de vivienda y también de lugar de residencia en el caso de que puedan teletrabajar. He leído noticias que destacan la pujanza de Valencia o Alicante como ciudades emergentes como opción de residencia para teletrabajadores. En el caso de Alicante, el Ayuntamiento y Provia han iniciado una campaña de marketing para presentar Alicante como una ciudad óptima para residir teletrabajando (https://www.informacion.es/alicante/2020/12/11/alicante-destino-ideal-teletrabajar-26194952.html). En cuanto a las viviendas, ahora se valoran más las casas grandes y, especialmente, aquellas que cuentan con terrazas y zonas de esparcimiento comunitario. Creo que cada vez va a ser más engañoso conocer el valor de un inmueble a través del precio medio de la localidad: habrá muchas diferencias en función de detalles muy específicos de las viviendas y del barrio en el que estén ubicadas.
Otro de los grandes cambios que hemos
vivido y que me parece que va a ser imparable es el auge del comercio por internet.
Muchas tiendas presenciales están abocadas al cierre o a una transformación
radical para competir. Esto supone que van a perderse puestos de trabajo en el comercio
presencial y que, por el contrario, toda la logística que implica el comercio "online" generará puestos de trabajo, en especial repartidores. En un reportaje
televisivo reciente salía una mujer que había comenzado a trabajar de repartidora diciendo que estaba contenta porque podía organizar sus horarios de trabajo y no se le discriminaba
por la edad. En este contexto disponer de vehículo propio se me antoja
fundamental, porque casi garantiza un puesto de trabajo. Dada la dura compentencia que se va a dar en este sector liderado por Amazon
(El Corte Inglés ya parece haber despertado de su letargo, aunque creo que es
demasiado tarde), creo que el consumidor valoraría positivamente que su repartidor
utilizara un vehículo eléctrico. ¿Se imaginan que Amazon informara a sus clientes de que su entrega es "ecológica"? Serían imbatibles, así que si algún duende lee estas líneas quizá pueda llevar esta idea a los competidores para iniciar una estrategia de flanqueo contra el gigante.
Siempre es importante hacer las
cosas bien, pero ahora que hay tantas posibilidades de recabar información
sobre productos y servicios el chapucero y el tramposo lo tienen cada vez más complicado. Cuando se
pretende adquirir cualquier cosa se consulta con detalle las opiniones
de los usuarios. Aquellas empresas y profesionales que sepan posicionarse ante
los consumidores como diligentes, éticamente irreprochables y comprometidos con
el medioambiente tendrán muchas más oportunidades de triunfar, lo cual es una
buenísima noticia.
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