jueves, 21 de enero de 2021

Pere Aragonés

Hace tiempo que me llama la atención Pere Aragonés, un genuino producto de marketing político. Escucharle hablar es una absoluta pérdida de tiempo: sin ninguna idea original, se dedica a repetir los "mantras" independentistas. Nada de eso importa en nuestros días. En una entrevista en La Sexta Noche, el argumento de José Bono para defender la idoneidad del candidato Illa a la Generalitat de Catalunya era, pásmense, que sólo había que mirarle la cara para darse cuenta de que era un buen candidato. Que si la cara es el espejo del alma, que si no se enfadaba, que era un hombre sensato, en definitiva, cualidades de “talante” que tan de moda se pusieron con el nefasto Zapatero. Este Pere Aragonés, quizá asesorado, en un contexto de gente mal vestida, descorbatada, y en muchos casos zarrapastrosa se deja una barba aseada que oculta el zangolotino que en realidad es, y ha decidido que hasta el momento de meterse en la cama nadie le iba a pillar sin americana y decidiendo estratégicamente cuándo toca ponerse la corbata. Es una clara apuesta por disfrazarse de “institucional” en un partido golpista como ERC que ahora pretende recular y ofrecer una imagen que los aleje del radicalismo unilateral. Para ello nada mejor que poner de cabeza visible a un político bien disfrazado, capaz de engolar adecuadamente y de leer lo que le preparen. El diseño se completa con unos titulillos pagados para tener alguna línea académica de universidades de prestigio americanas, todo muy aseado, pero sin que se le conozca ninguna profesión seria.  

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