La nueva tarifa eléctrica que hoy entra en vigor puede suponer el comienzo de graves problemas de convivencia en España, puesto que incentiva el uso de electrodomésticos en horarios de descanso. Poner una lavadora a partir de las 22.00 horas o incluso de madrugada es una actividad molesta que, además, es identificada como tal en las ordenanzas de ruidos municipales. Los poderes públicos deberán amparar a los vecinos que quieren descansar frente a los que desean ahorrar, ya que la protección frente al ruido es una dimensión del derecho fundamental a la intimidad. Por consiguiente, dado que la optimización del uso de la electricidad debe tener en cuenta el respeto a las normas de convivencia, lo más probable es que las compañías eléctricas salgan ganando. Me pregunto si no existía una tercera vía capaz de equilibrar la demanda ordenada de energía eléctrica con el respeto a las normas de convivencia y la posibilidad de vivir con cierta normalidad. Pienso que sí y desde luego los políticos y, en concreto, el Ministro de Consumo debía haber hecho lo necesario para encontrarla. Si estamos hablando de los consumidores este ministerio debería tener algo que decir, pero parece que es puramente decorativo.
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