Y ahora los peajes para circular por las autovías. Estamos llegando a un punto en que los impuestos resultan asfixiantes para los ciudadanos. Se paga absolutamente por todo: si se vende, si se compra, si se ahorra, si se hereda, si se circula, etc. La izquierda invade la sociedad y no mejoran los servicios públicos. El dinero se gasta subsidiando a muchísimas personas que empiezan a acostumbrarse a subsistir con diferentes prestaciones. La libertad individual está siendo constreñida en exceso y desalentará la iniciativa privada -incluida la disposición de muchos ciudadanos para buscar trabajo, especialmente los que se consideran demasiado exigentes y poco retribuidos- para perjuicio de todos. Mi mujer me comentaba el otro día que vio en un horno un cartel que decía “Se necesita panadero”. Cada vez vamos a ir constatando la escasez de mano de obra en trabajos en los que el ciudadano considera que el esfuerzo que se le exige no es proporcional al sueldo que se le ofrece. Para tanto esfuerzo mejor conformarse con una prestación y “apaños”. Panaderos, camareros, camioneros, etc. La inquietante Yolanda Díaz lo soluciona fácilmente aconsejando que se les pague más. Empresarios asfixiados con impuestos y precios elevados de la energía encima se ven obligados a aumentar los costes laborales. Así es imposible. La única solución es un Gobierno que respete la propiedad privada, baje los impuestos y realice la imprescindible reforma de la Administración Pública. Lo que no hizo Rajoy, pese a contar con una mayoría absoluta para ello.
jueves, 21 de octubre de 2021
jueves, 7 de octubre de 2021
"Pim, pam, pum, que no quede ni u"
Me sigue asombrando que siga habiendo tantos catalanes que con su voto apoyen al independentismo que ha promovido el enfrentamiento social y lleva a Cataluña a la decadencia económica y cultural. Las universidades catalanas son otro ejemplo de esta decadencia. Hace poco se conocía que se señala a los profesores que dan las clases en castellano y ayer, todavía más grave, un grupo de independentistas tiraba una carpa de “S’ha acabat” en la Universidad Autónoma de Barcelona ante la pasividad del rectorado. Si la acción ya es inadmisible, los cánticos que la acompañaron dejan patente la batasunización a la que asistimos: “Pim, pam, pum, que no quede ni u”. En este grito se observa su extrema intolerancia, su deseo de eliminar al discrepante. Veremos hasta dónde llega la deriva catalana, aunque en ningún caso alcanzarán la independencia, de eso pueden estar seguros.
miércoles, 6 de octubre de 2021
El Gobierno ataca a los propietarios con la nueva ley de vivienda
Las medidas anunciadas por el Gobierno sobre la vivienda son indignantes para todos aquellos propietarios que con mucho esfuerzo han ahorrado para comprarse una vivienda, ya sea para vivir en ella o para alquilarla y obtener beneficio. En cada operación hay que pagar elevadísimas cantidades en impuestos y, después de realizar una inversión que para muchos supone hipotecarse durante décadas, llega el Gobierno y decide que el propietario no es libre para decidir el precio por el que desea alquilarla. Es un abuso, un atropello y una inmensa torpeza si la medida se materializa, porque puede parar el despegue de la construcción que se estaba produciendo y que es un motor importantísimo del crecimiento económico.
Por si fuera poco, el Gobierno decide otorgar una cantidad a
los jóvenes para pagar el alquiler como ayuda para que se puedan emancipar. Al
margen de que sea una medida que se presta a un fraude monumental, en sí misma no
me parece bien. Los jóvenes pueden trabajar y hay trabajo para ellos, sólo que
no les gusta ni el trabajo ni el sueldo. Hace poco se destacaba la dificultad
para encontrar trabajadores en el sector de la hostelería, y lo mismo podría
decirse en otros sectores. Por supuesto que todo el mundo desea prosperar en la
vida, pero eso requiere tiempo y esfuerzo. Sólo faltaba que a esta juventud
mimada se le “premie” con 250 euros todos los meses y ahora leo que también con
un bono “cultural” cuando cumplan 18 años. Esta es la política de la izquierda:
gastar el dinero de los contribuyentes para asegurarse apoyos electorales. Hay
que sacarlos del poder cuanto antes de que nos arruinen.