Las medidas anunciadas por el Gobierno sobre la vivienda son indignantes para todos aquellos propietarios que con mucho esfuerzo han ahorrado para comprarse una vivienda, ya sea para vivir en ella o para alquilarla y obtener beneficio. En cada operación hay que pagar elevadísimas cantidades en impuestos y, después de realizar una inversión que para muchos supone hipotecarse durante décadas, llega el Gobierno y decide que el propietario no es libre para decidir el precio por el que desea alquilarla. Es un abuso, un atropello y una inmensa torpeza si la medida se materializa, porque puede parar el despegue de la construcción que se estaba produciendo y que es un motor importantísimo del crecimiento económico.
Por si fuera poco, el Gobierno decide otorgar una cantidad a
los jóvenes para pagar el alquiler como ayuda para que se puedan emancipar. Al
margen de que sea una medida que se presta a un fraude monumental, en sí misma no
me parece bien. Los jóvenes pueden trabajar y hay trabajo para ellos, sólo que
no les gusta ni el trabajo ni el sueldo. Hace poco se destacaba la dificultad
para encontrar trabajadores en el sector de la hostelería, y lo mismo podría
decirse en otros sectores. Por supuesto que todo el mundo desea prosperar en la
vida, pero eso requiere tiempo y esfuerzo. Sólo faltaba que a esta juventud
mimada se le “premie” con 250 euros todos los meses y ahora leo que también con
un bono “cultural” cuando cumplan 18 años. Esta es la política de la izquierda:
gastar el dinero de los contribuyentes para asegurarse apoyos electorales. Hay
que sacarlos del poder cuanto antes de que nos arruinen.
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