lunes, 22 de abril de 2024

¿Y si empezamos a pensar en independizarnos de los independentistas?

Los vascos siguen pensando que el nacionalismo es lo que más les conviene. No pierdan el tiempo indignándose al ver cómo votan al partido que se ha beneficiado de que ETA haya expulsado de su tierra a miles de personas utilizando el terrorismo. La cuestión es cómo se debe actuar frente al nacionalismo que busca condicionar la gobernabilidad del Estado para sacar beneficios y que día tras día carcome la nación dejando que gobierne un felón. Quienes creemos en la Constitución, en el respeto a la ley, nos hemos empecinado en recordar la indisoluble unidad de la nación española como fundamento de la Constitución. Ya es hora de dejar claro a los nacionalistas que, si se empeñan, pueden “ganar”, es decir, que a lo mejor nos va mejor sin ellos y que, en consecuencia, el resto preferiríamos que se marcharan de una vez. Ya lo dije en 2014 con relación a Cataluña (https://tomasdedomingo.blogspot.com/2014/11/ante-el-problema-catalan.html) y lo repito con los vascos. Es preferible construir desde la concordia prescindiendo de quienes no suman que seguir padeciendo el chantaje permanente del nacionalismo. Yo me declaro independentista español: prefiero una España sin el País Vasco y Cataluña, si su permanencia implica la desigualdad, el chantaje y el agravio. Ahora bien, todo cambio del marco institucional debe realizarse respetando la Constitución.

De entrada, convendría modificar el sistema electoral tan pronto como fuera posible para evitar que el Congreso de los Diputados albergue a partidos sin la debida implantación nacional como paso previo a otras reformas. Esta medida está orientada a favorecer la gobernabilidad de España buscando el interés general. A partir de ahí es necesario afrontar el problema separatista de frente y con todas sus consecuencias. Ello pasa, insisto, por programas políticos en los que se plantee con toda claridad que, si el deseo de independencia expresado en las elecciones autonómicas alcanza un determinado umbral, el Partido X se compromete a impulsar una reforma constitucional tendente a permitir la separación de una región española. Un proceso de ruptura que, debidamente encauzado, puede ser beneficioso para aquellos que creemos en España. Hay que liberarse del lastre que representa el independentismo a través que mostrar que la independencia es posible. Muchos españoles estamos hartos de que los votos de unos miles de vascos y catalanes valgan más que los del resto. Esto es intolerable y por este camino no vamos a ningún lado. Hay que independizarse de los independentistas. Lo lamento por los ciudadanos de esas regiones que están en minoría, pero no parece haber otro camino que decirles que quizá deban hacer las maletas.

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