El resultado de las elecciones catalanas creo que refleja el progresivo despertar a la realidad de muchos catalanes que se dan cuenta de que el independentismo les conduce a la decadencia. Demasiado han tardado en llegar a este punto. De todas formas, el resultado de ERC no conduce a pensar que aceptarán fácilmente que gobierne Illa. Y, desde luego, si lo apoyan, casi seguro que Puigdemont dejará caer a Sánchez. En definitiva, lo más probable es que vayamos a elecciones generales en breve.
El análisis sobre los pactos me parece mucho menos
interesante que examinar la hipótesis que defienden muchos medios de izquierda según
la cual la amnistía habría sido la clave de la derrota independentista. Incluso
los más atrevidos afirman que Zapatero acabó con ETA y Sánchez con el “procés”.
Sobre esto tengo que decir dos cosas. En primer lugar, aunque eso fuera cierto,
el quebranto que ocasiona al Estado constitucional la ley de amnistía no lo
compensa esta derrota electoral del independentismo. Hay cuestiones de
principio y la igualdad de todos los españoles ante la ley es una de ellas. En
segundo lugar, no es cierto que los independentistas hayan perdido apoyos por
la amnistía. El “procés” ha perdido fuelle porque los catalanes están cada vez
más hartos de ver el deterioro de su región gobernada por los nacionalistas y
porque la identidad catalana se está disolviendo progresivamente por la
inmigración masiva. En este punto tiene toda la razón José García Domínguez,
otro que como yo se lee los datos demográficos.
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