El acuerdo entre la UE y EE.UU por el que la UE acepta que EE.UU imponga aranceles del 15% a muchos de nuestros productos sin que nosotros gravemos los productos importados de aquel país, así como el compromiso de adquirir armas y otras ventajas para los EE.UU está siendo criticado en Europa. Se interpreta que Trump ha vencido e incluso nos ha infligido una humillación. Por su parte, la comisión europea se defiende diciendo que es el mejor acuerdo posible y, sin duda, infinitamente más beneficioso que una guerra comercial que a nadie beneficia. Les expondré mi opinión, siendo consciente de que se trata de un tema en el que es fácil que me equivoque y deba rectificar, porque no soy experto en la materia.
Sabemos que
en las relaciones comerciales entre la UE y EE.UU el saldo es claramente
beneficioso para nosotros. Muy beneficioso en el caso de países como Alemania.
De ahí que Trump haya presionado tanto para equilibrar la desventaja. No diré
que sea justo, porque el desequilibrio surge de un intercambio libre, pero sí
que es totalmente lógico que EE.UU desee disminuir su déficit comercial. La
comisión europea sabe que incluso cediendo en un porcentaje del 15%, que puede
parecer elevado, puede sacar provecho del acuerdo. Tiene razón en que, de
entrada, les dice a nuestras empresas cuáles son las condiciones: deben saber
que sus productos se encarecerán en aquel mercado, por lo que tendrán que
organizarse para intentar disminuir costes y ver si siguen siendo competitivos,
o si prefieren buscar nuevos mercados. ¿Deberíamos haber devuelto el golpe con
aranceles a los productos americanos asumiendo el riesgo de una guerra
comercial? Pues es muy difícil responder a esa pregunta. En Europa siempre se
presta más atención a la situación de Alemania que a la nuestra. Según lo que
he leído, nuestras exportaciones a EE.UU son el 5% y ascienden a 18.000
millones de euros. No es estamos demasiado expuestos directamente. Pero no se
debe pensar al margen del resto de países. Alemania tiene gripado su motor
económico y, por tanto, de ningún modo le conviene la inestabilidad a la que
conduciría una guerra arancelaria. Nos conviene que Alemania no entre en recesión.
En
definitiva, creo que la decisión de la comisión europea ha sido prudente
porque, además, es bastante probable que nuestros productos sigan siendo
pagados por los estadounidenses, que deberán responsabilizar a su gobierno del
aumento de la inflación que perjudica sus bolsillos, aunque a Trump le parezca beneficiosa. Por otra parte, está en nuestras manos como consumidores responder al
acuerdo consumiendo productos europeos y rechazando los que vengan de EE.UU. Como
les dije en alguna entrada anterior, eso es exactamente lo que vengo haciendo y
así seguiré con mayor motivo.
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