jueves, 12 de abril de 2007

"El libro negro", una película muy recomendable

Ayer asistí a la proyección de “El libro negro”, película del director holandés Paul Verhoeven, protagonizada por actores holandeses, entre los que destaca la sorprendente Carice van Houten, que está maravillosa, y seguro que mucho mejor estará en versión original. Para los que no lo conozcan, Verhoeven dirigió la estupenda “Robocop” –ahora la ponen por la tele y no es lo mismo que cuando se estrenó- y la ya clásica “Instinto básico”.
La película me interesaba porque la trama se desarrolla en Holanda a finales de la II Guerra Mundial y abarca los primeros meses de la posguerra, especialmente traumáticos para los holandeses, por lo que seguidamente comentaré. El argumento no es excesivamente original: una chica judía escapa de la muerte que aguarda a su familia y a otros muchos judíos ricos. Luego, escondiéndose, se une a la resistencia y realiza tareas de espionaje que le llevan a establecer una relación con un capitán alemán de las SS que colecciona sellos (no digo demasiado para no estropear la sorpresa a los que quieran ir a verla). La película tiene un ritmo narrativo vivo, pero no acelerado. La acción existe, pero no está exagerada, lo cual se agradece. Los decorados y vestuarios son excelentes, al igual que la fotografía, la música y el sonido (estos dos aspectos se puede decir que caracterizan el cine de Verhoeven, recordemos “Instinto básico”). Luego hay escenas típicamente verhoevianas, como el tinte del vello púbico de la protagonista (dará que hablar), y la presencia del despelote cuando es necesario.
La película tiene la virtud de mostrar que la maldad y la bondad no está ligada a la nacionalidad de los personajes, y esto es particularmente importante en el caso de Holanda. En este país el nazismo tenía una amplia aceptación antes de estallar la guerra y también durante la guerra. Muchos holandeses colaboraron con los nazis y entregaron a sus vecinos judíos. Es corriente pasear por las calles holandesas y encontrar una placa en la que se dice que allí vivía una familia judía que fue trasladada forzosamente durante la guerra. Este colaboracionismo dividió profundamente a la sociedad, y dicha división estalló al finalizar la guerra dando origen a venganzas de todo tipo. Verhoeven, holandés, muestra cómo se les corta el pelo a las jóvenes holandesas que confraternizaron con los alemanes.
En definitiva, una película desarrollada en una época y en un lugar de lo más interesantes, con un buen argumento, grandes dosis de suspense y acción, y el descubrimiento de una nueva musa: Carice van Houten. La recomiendo.

miércoles, 11 de abril de 2007

El dato del agua embalsada

Me resulta tremendamente curioso, por no decir indignante, que en los medios de comunicación se ofrezca periódicamente el dato del agua embalsada en España. Al parecer, a fecha de hoy nuestros embalses se hallan al 61% de su capacidad. Y yo me pregunto, ¿qué sentido tiene ofrecer un dato global cuando no se está en disposición de trasvasar agua de algunas cuencas a otras? Es un dato que ofrece una realidad absolutamente inoperante. Sin embargo, ahí seguimos, dale que te pego con el dichoso datito.

lunes, 9 de abril de 2007

Los comentarios taurinos de El Soro y Benlloch

Me gustan los toros, aunque no soy un entendido. Disfrutaba de lo lindo con el programa “Cartell de bous”, de José Luis Benlloch y El Soro, que ponían los sábados a las cuatro de la tarde aproximadamente en Punt 2. Esta pareja, aparte de saber muchísimo de ese mundo, transmiten su pasión por la fiesta y eso lo siente el espectador. Como cambiaron el horario del programa, o quizá lo suprimieron, dejé de verlo. El caso es que el pasado fin de semana retransmitieron por Canal 9 una corrida y estaban ellos dos de comentaristas. ¡Cuánto me reí! Lo primero que me llama la atención es su empatía -especialmente en El Soro- hacia el torero. Realmente, se palpa la tensión, porque desean que el torero tenga éxito y cuaje una faena grande. Apenas comienza el tercio de muleta y llegan los primeros pases buenos, ya empieza El Soro con su “beeee”, “beeee”. Si va a más llegan los “olés”. Luego las expresiones divertidas como “vaya ñespla de bou”. Pero todas estas ya las había oído y no me sorprendieron. Así se llegó a un momento en que el torero dio unos muletados que no eran ni “be”, ni “olé”, pero que tampoco eran malos. ¿Cómo creéis que los calificó El Soro? Quizá los que no son valenciano parlantes no sepan apreciar la gracia que para mí tiene el calificativo, pero ahí va. Nada menos que el pase fue “aseat”. Absolutamente colosal el término. No podía aguantarme con su acento de valencià de soca diciendo que el muletazo havia segut molt “aseat”. En fin, de lo más recomendable esta pareja taurina.

jueves, 5 de abril de 2007

La pasión de Cristo

Ayer emitió Antena 3 esta extraordinaria película sobre las últimas horas de la vida de Jesucristo. Ya la había visto, pero en esta nueva ocasión pude apreciarla mejor. No deja en absoluto indiferente. Con su tremendo realismo, ayuda a comprender mejor la grandeza del sacrificio de Jesús y la profundidad de su amor hacia los hombres. Ojalá cada vez más gente se dé cuenta de que Cristo es la verdad y el camino.

martes, 3 de abril de 2007

¿Error, imprudencia o provocación?

Ayer asistí a un concierto en el Gran Teatro de Elche. Se interpretaba una pieza bien escogida, dada la semana en la que nos hallamos, el oratorio “Las siete últimas palabras de Cristo”, de Haydn. La verdad es que salí decepcionado por la monotonía y falta de emoción de la música que, para mi inexperto oído, sonaba bien interpretada y cantada. El caso es que en la taquilla me obsequiaron con un ejemplar de la Programación Cultural de Elche para los próximos meses, y cuál no sería mi sorpresa cuando observo que el próximo sábado 7 de abril, es decir, la víspera del domingo de resurrección, se representa la obra “Historia de un tal Jesús” (basada en la ópera Rock Jesucristo Superstar). Ilustran la información sobre la obra las imágenes de Jesucristo, Gandhi y nada menos que la del Ché Guevara. No daba crédito. ¿Acaso no se dan cuenta los responsables socialistas del ayuntamiento de Elche de que no era el día más apropiado para programar esa obra, máxime en una ciudad en la que la Semana Santa es vivida con gran fervor? No hay excusa posible. Cuanto menos, muy mal gusto y ganas de provocar.

lunes, 2 de abril de 2007

Las fallas y la Fórmula 1

Últimamente se escucha que existen muchas posibilidades de que Valencia albergue un Gran Premio de Fórmula 1 en un circuito úrbano. Las críticas, no sé si compartidas por muchos ciudadanos, no se han hecho esperar. Se dice que ocasionará muchas molestias, tanto por el ruido como por los cortes de tráfico; además, también se incide en que no tiene sentido ocupar la ciudad cuando se dispone de un excelente circuito en Cheste. Este último argumento me parece bastante solvente, aunque cabe objetar que no es lo mismo que en la pantalla apareza un circuito, que en su lugar el telespectador contemple la ciudad de las Artes y de las Ciencias, el puerto y otros monumentos de Valencia. Publicitar una ciudad siempre es buena cosa, especialmente si se trata de un evento de esta envergadura, pero ¿y el problema del ruido y las consiguientes molestias para los vecinos? Ya se sabe lo que pienso del ruido, pero el problema cobra una dimensión muy particular en el caso de Valencia. Los valencianos sabemos lo que es padecer cinco días ruido -y muchas otras molestias- a todas horas durante las fallas. ¡Cuántos valencianos no tienen que convertirse en exiliados forzosos durante esos días (mis pobres padres, sin ir más lejos, que tienen una verbena delante de su casa)! Se me replicará que es un ruido justificado por el hecho de que estamos ante unas fiestas tradicionales. Cuidado, amiguitos, que pisamos terreno pantanoso. Admito que son unas fiestas tradicionales, pero también es cierto que esos días se producen muchísimos abusos que nada tienen que ver con esas fiestas. Pero vamos a suponer que la propia tradición justificara el ruido generalizado. ¿Acaso es mejor razón para permitirlo el hecho de que constituya una tradición que el que la causa sea un evento que supone numerosos ingresos para la ciudad? Podría pensarse que, al tratarse de una tradición, las fallas y sus molestias son consentidas por los ciudadanos que las padecen. La tradición esconde, pues, una apelación a la democracia que nos enfrenta directamente con el problema del derecho de las minorías que no soportan esas fiestas, y con la posibilidad de que se celebre una votación para que los ciudadanos decidan qué eventos deciden albergar en su ciudad. ¿Acaso es descabellado preguntar a los valencianos si están dispuestos a que su ciudad albergue un Gran Premio de Fórmula 1 en sus calles? Piensen en todo lo que les digo y saquen sus propias conclusiones.

Lo de Irán pinta mal

El riesgo de que la retención de los 15 soldados británicos acabe en una guerra es remoto. Descartando que estemos en puertas de un conflicto militar, me parece muy inquietante que Irán esté mostrando un estilo diplomático de tiranía despótica. Es deplorable y vergonzoso que coaccione a los soldados retenidos para que asuman públicamente la culpa. Alguien me podría decir que, naturalmente, que qué otra cosa es el Irán de los ayatolás. Lo sé, lo sé, pero no deja de sorprenderme que le estén cogiendo gusto al juego de tensar la cuerda para ver hasta dónde aguanta occidente. No es lo mismo que tensara Sadam que que lo haga Irán. La situación es muy preocupante por lo que preludia. Es de capital importancia para la estabilidad de oriente medio que la crisis entre el Reino Unido e Irán concluya felizmente porque de lo contrario me temo que va a ser imposible evitar la guerra con Irán, cosa que hay que evitar a toda costa. Conviene que la ONU tome cartas en el asunto y que EE.UU y el Reino Unido no se tomen las cosas a la tremenda.