Los buenistas insensatos que proliferan por España se rasgan las vestiduras y claman indignados por la decisión de los italianos de considerar delito la inmigración ilegal. Era de esperar semejante reacción, pero saben qué les digo, me parece muy bien. Naturalmente que es un drama humano, pero también es un drama la existencia de los “sin techo” en nuestras ciudades y no por ello dejaríamos de llamar a la policía si se colaran en nuestra casa, ¿o no es así? Sánchez Dragó lo expuso con toda crudeza en un artículo titulado “La verdadera pepita de oro senegalesa”. En él escribe lo siguiente: “Inmigrante es quien llega a un país distinto al suyo para ganarse la vida en él ateniéndose a la legalidad vigente. Quien conculca ésta saltándose a la torera los trámites necesarios para entrar en ese país es otra cosa, es un invasor, es un delincuente y, si consigue su propósito, es, además, un okupa. O sea: delincuente por partida doble, pues delito es atentar contra la propiedad privada, y sin ella, como señala John Dos Passos en Años inolvidables, no hay libertad posible. No son sólo los supuestos inmigrantes subsaharianos quienes delinquen al violar nuestras fronteras. También lo hacen las fuerzas encargadas de evitarlo siempre que avistan un cayuco y, en vez de capturar la embarcación y a quienes van en ella, devolviéndolos a las aguas territoriales de su país de origen o encarcelándolos cuando lo primero no sea posible, los conducen cariñosamente a tierra firme y reparten entre ellos cocacolas, desodorantes, sudaderas, sopitas y buen vino”. Únicamente discrepo en su crítica a las medidas humanitarias, pues incluso un delincuente herido merece ser llevado a un hospital y cuidado. Por lo demás, certerísimo.
jueves, 22 de mayo de 2008
Torpe, muy torpe, Rajoy
Marianito parece estar de lo más satisfecho con su nueva política de consenso en materia antiterrorista. Zapatero ha declarado que ya no tiene queja de la oposición que, esta vez sí, parece estar a la altura. El nuevo rumbo que Rajoy está marcando al PP lo hace aparecer ante la opinión pública como errado en su mayor acierto: la firmeza en la posición de apuesta por la derrota de ETA. Los hechos han demostrado que el PP estuvo en lo cierto desde el primer momento y ahora Zetapé se aproxima a sus tesis. Sin embargo, es tal la torpeza de Rajoy que con el giro que está dando parece que el que ha cambiado su discurso es el PP, que ahora sí apoya al gobierno y no apuesta por la crispación. ¡Qué torpe Rajoy!
lunes, 19 de mayo de 2008
La langosta de Aznar
miércoles, 14 de mayo de 2008
Pasando de ETA
ETA ha vuelto a asesinar y una vez más hay que condenar enérgicamente tan execrable crimen. No sé ustedes, pero yo tengo la sensación de que la opinión pública empieza a prestar menos atención a las acciones de ETA, al menos fuera del País Vasco. Puede que esté equivocado, pero percibo que cada vez más los españoles pasan del País Vasco y de las atrocidades cotidianas de ETA. Incluso llego a pensar que muchos estarían deseando independizarse del País Vasco.
martes, 13 de mayo de 2008
Un comentario a lo dicho por Moragas
lunes, 12 de mayo de 2008
Operación buen rollito
Comprendo que para Rajoy resulte inexplicable que alguien como Zetapé gane las elecciones después de hacer todo lo que ha hecho en estos cuatro años, y además con la innegable presencia de una crisis económica que llama a nuestras puertas, o, mejor dicho, que ya se nos ha colado en casa. Este buen hombre (Rajoy) lo achaca a que Zetapé y su partido caen mejor a los españoles. De ahí que esté apartando a todos los que piensa que dan mala imagen (olvidándose de sí mismo), y concentre sus energías en lograr que el PP resulte simpático al votante moderado del PSOE que llegado el momento puede decantarse por el PP. Zetapé apostó por la política del “talante” y Rajoy pretende algo similar. Ambos partidos van a pelear por ganar la política del buen rollito. Bien está lo de las ideas y los principios, pero ante todo buen rollo. ¿Les sorprende? Este es el resultado del relativismo, del miedo a la verdad que castiga más el insulto que la mentira. Todo lo que suene a convicción profunda objeto de polémica queda postergado en aras de un consenso forzado que maquilla las verdaderas intenciones de los contendientes. Muchos Estatutos de Autonomía son monumentales ejercicios de buen rollito, de política de cara a la galería que al final, sin embargo, tiene consecuencias. Si vivimos en una sociedad que prima la imagen, el envoltorio estético, ¿cómo puede sorprendernos que también los partidos políticos exalten lo superficial y oscurezcan lo importante? Mientras la sociedad española hace cola para entrar en el quirófano y prepararse para el verano, el PP acomete la operación buen rollito de primavera. Pero algunos, caso de María San Gil, ya le han dicho a Rajoy que se meta el rollito por donde le quepa.