La sensación de que España marcha a la deriva aumenta cada día. El gobierno dirigido por Zetapé es incapaz de marcar un rumbo y de adoptar medidas para evitar el brutal deterioro de nuestra economía y, como consecuencia de ello, de nuestro nivel de vida. La inflación sigue disparada y los españoles no vemos cómo vamos a salir de esta crisis. Además, aunque lo sospechábamos, ahora sabemos que el Estado sólo puede disponer del 22% del gasto público. El resto corresponde a las autonomías. Este dato pone de relieve que el Estado central cada vez está más limitado y que el margen de actuación del gobierno es menor. La unidad de España cada vez es más precaria y urge rectificar cuanto antes el modelo constitucional del 78 que nos lleva a la desintegración.
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