lunes, 30 de mayo de 2011

¿Indignados?

A lo largo de las últimas semanas he prestado atención al movimiento conocido como “15-M” o “indignados”. Al principio, cuando las movilizaciones fueron congregando a más personas, se extendieron por toda la nación e incluso llegaron a ciudades extranjeras, parecía que se fraguaba algo importante, pero una vez celebradas las elecciones municipales la efervescencia social se ha desventado y sólo unos pocos jóvenes “perroflautas” –como ahora se les llama- de estética “okupa” o mendigo posmoderno intentan mantener vivo el movimiento.

Para entender lo que está sucediendo creo que hay que reparar en la importante diferencia que existe entre estar indignado, hacerse el indignado y estar enfadado o cabreado. Aunque se denominen “indignados”, yo creo que quienes han salido a la calle no estaban verdaderamente indignados. La indignación es un tipo de enfado violento -así lo define el diccionario de María Moliner, aunque mejor sería decir vehemente- que se produce como reacción a una acción injusta o reprobable. La indignación popular podía haberse manifestado en mayo de 2010, justo después de escuchar a Zapatero anunciar unas medidas diametralmente contrarias a lo que pocas horas antes venía defendiendo. Eso podía provocar una lógica indignación. ¿Qué ha sucedido este mes para que se produzca una reacción de indignación? Que yo sepa, nada. Seguimos padeciendo un pésimo gobierno, pero desde mayo de 2010 no ha habido nuevas medidas gravemente impopulares.

Pienso que más que indignación, existe un monumental cabreo entre los españoles por la gravísima situación social que estamos viviendo. Ese enfado podría haberse traducido en indignación, pero cuando esto no se materializa, como es el caso en España, el malestar social se traduce en frustración, el caldo de cultivo que puede llevar a algunos a querer sustituir artificialmente lo que no se produce naturalmente, es decir, a hacerse el indignado cuando no se está. La diferencia es grande. La indignación es espontánea, movilizadora, clara en cuanto a las causas de la misma y destinatarios de los reproches. Cuando uno se hace el indignado, destaca las razones por las que se indigna y su acción cobra un carácter marcadamente intelectual completamente distinto al de las revueltas populares espontáneas. Naturalmente que hay razones que justifican la indignación, pero como ésta no se ha producido se pone el énfasis en las razones que la justifican, por eso la fuerza movilizadora es mucho más débil que la propia de la indignación genuina, y la concreción de las causas y los objetivos de la indignación ceden ante el amplio elenco de razones que se esgrimen para justificar esa indignación impostada.

Hace casi un par de semanas, el jueves anterior a las elecciones del domingo, una alumna me entregó un papel titulado “indígnate”. De entrada, me llamó la atención esa exhortación que distorsiona por completo el genuino, sano y natural sentimiento y reacción del indignado. En él se instaba a acudir al punto de encuentro de los “indignados” en Elche, y al dorso figuraban numerosas reivindicaciones. Su número dejaba patente que se trataba de un movimiento intelectual de trazo grueso. Algunas de las propuestas que allí figuraban las comparto. Como saben los lectores del blog, he abogado reiteradamente por la reforma del sistema electoral como una de las medidas imprescindibles para revitalizar nuestra democracia. También estoy de acuerdo en la crítica a los rescates bancarios y a la corrupción política. Otras propuestas me parecieron puro disparate. En cualquier caso, es evidente que un movimiento basado en hacerse el indignado está condenado al fracaso, porque carece de la fuerza motriz que le proporciona la genuina indignación, y sus propuestas adolecen de la concreción y coherencia necesaria para poder prosperar. Esa tarea sólo puede realizarse a través de una organización política.

Lo verdaderamente interesante de este movimiento se sintetiza a mi juicio en esta pregunta. ¿Qué sucede en España para que habiendo motivos para indignarse la gente traduzca su enfado haciendo como que se indigna? ¿Por qué no hemos asistido a un estallido social? A mucha gente le sorprende que habiendo cinco millones de parados esto no se haya producido. A mí, sinceramente, no. Alguno pensará que gracias a los comedores sociales y a la ayuda de parientes y amigos la gente no pasa hambre y por ello no estalla. Yo creo que no es eso. La explicación es mucho más tenebrosa y desalentadora. Se trata de la tremenda fuerza disuasoria del aparato coercitivo del Estado. Indignarse, movilizarse puede tener muy malas consecuencias: palos de la policía, multas pecuniarias, etc. La gente ha perdido la espontaneidad necesaria para indignarse de verdad. Esta es la clave. El Estado nos paraliza y la gente prefiere emigrar antes que dar rienda suelta a su indignación. No obstante, si en el futuro vuelven a producirse recortes o medidas impopulares, es posible que la gente llegue a tal nivel de desesperación que realmente se indigne de verdad, y que verdaderamente desafíe a las fuerzas represivas del Estado.   

18 comentarios:

Óscar Hdez Mañas dijo...

Las redes sociales, no hablo de los facebook y compañía sino de las verdaderas redes sociales amigos, familia, comercios de los que se ha sido cliente toda la vida, etc, no solo son imprescindibles en tiempos de crisis sino que además disminuyen las tensiones sociales

Conozco de primera mano (por boca de los dueños) comercios pequeños que están fiando a clientes de toda la vida que antes compraban con generosidad y ahora pasan dificultades.

Conozco también pequeños comercios que dependen del suministros de otros comercios y que están recurriendo al trueque. (Por ejemplo sé de una panadería que dependen de un colmado para abastecerse de aceites o productos frescos, etc y que truecan barras de pan y productos de panadería por productos del colamdo) Estos dos ejemplos son de pequeñas pedanías dependientes de pueblos. Esto es más difícil en las grandes ciudades. Pero en Valencia, en la calle del Trinquete de los Caballeros hay una congregación religiosa que día sí y día también entrega comida en bolsas a familias azotadas por la crisis y que se resisten a acudir a la casa valenciana de la caridad a comer. Y seguramente no es el único punto.

En definitiva, me parece brillante su anotación sobre la indignación fingida; pero creo que se deja llevar por su visión desoladora de los españoles, puede existir miedo al estado represor en algunos, pero mientras estas redes sociales sigan funcionando, los comercios sorteen su dificultades y en las pequeñas poblaciones donde las dificultades de uno se conocen por los demás y solidariamente se siga fiando a los que antes gastaban sin pensar las tensiones sociales están escondidas. Cuando esto falle no habrá miedo.

Lanzas dijo...

Me parece curiosa la aportación de Oscar sobre las imaginativas soluciones que aparecen ante la falta de liquidez.

Sobre el enfoque de D. Tomás, omite las referencias al panfleto de Stephane Hessel, que es considerado por algunos como génesis intelectual del movimiento Democracia Real Ya.

Desconozco si no lo cita por considerar que no influye en el movimiento o porque no tiene conocimiento del mismo. Pero lo he echado de menos.

Por último comentar, a modo de anécdota que mi pareja (a la que por cierto conocí en sus clases) estuvo en La Montañeta en Alicante, y vió a gente bastante heterogénea en los días previos a las elecciones.

Últimamente, en número diezmado, aparecen personas de estética tribu-urbanita. Desde luego mi reflexión es que existen fallos que pueden llegar a indignar en nuestro sistema, pero la algarada del 15M dista mucho de ser la deseable Revolución Nacional.

Un gesto de interés es que PROHIBIERON (al menos en Alicante) la bandera de España por considerarla un símbolo excluyente.

Sin duda, considero que la mano intelectual de la izquierda gagá mecía la cuna. A Hessel me remito.

Tomás de Domingo dijo...

Lanzas, no he leído el panfleto -como usted lo llama-. No obstante, si la "indignación" fuera resultado de las propuestas del panfleto, más a mi favor. De todas formas, sería triste pensar que la gente sale a la calle indignada por esas ideas y no por un fulano que en cuatro años ha dejado España para el arrastre.

Unknown dijo...

No sé si lo he entendido bien. ¿Me parece que hace un llamamiento a las barricadas para demostrar que se está realmente indignado? ¿Cómo es eso de que si no hay violencia no hay indugnación? El DRAE define indignación como "enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos". ¿Es otra cosa lo que se está expresando? Solamente que en este caso no es enojo o enfado contra una persona, sino contra todo un sistema y un estado de cosas, que no voy a detallar por suficientemente conocido y por no alargar innecesariamente este comentario.
Mi perplejidad es mayúscula cuando leo que fundamenta sus críticas al 15-M en el hecho de que los indignados intentan racionalizar el malestar, o la indignación, argumentando las causas del mismo, y dice que es precisamente esa, ese afán por explicitar las razones de su indignación, la demostración de que no existe tal indignación. ¿No es ese un argumento circular?
De este movimiento se podrán decir muchas cosas: que algunas de las propuestas son un tanto disparatadas, que se adolece de cierta cultura política e institucional, se puede criticar el asamblearismo, etc, cosas todas ellas que entran dentro del juego de los acuerdos y desacuerdo propios de una sociedad dialógica como la que los interesado en este movimiento, que se ha pretendido en todo momento regeneracionista, pretenden crear y en la que no dudo que usted desearía vivir, pero, ¿criticarlo precisamente por intentar dar razones, por intentar diagnosticar el malestar, la enfermedad de esta sociedad en la que vivimos? ¿Cómo vamos a construir algo nuevo, distinto, mejor, si no indentificamos primero aquello que causa nuestro malestar?
Y por último, no sé si este movimiento prosperará o terminará desinflándose asimilado por la gran capacidad de absorción del sistema como ya ha demostrado en tantas otras ocasiones. Pero creo que ha puesto en evidencia un elemento novedoso, la capacidad de que disponemos los ciudadanos al albúr de las nuevas tecnologías de hacer oir nuestra voz, y eso no es baladí. Seguramente es insuficiente, pero este es el primer paso. Hacer consciente el malestar, visualizar socialmente el estado calamitoso de nuestras sociedades avanzacas y democráticas es conditio sine qua non para empezar a cambiar. El mundo puede cambiar, pero no lo va a hacer solo. Y no nos olvidemos que las ideas son la semilla del cambio. Desconozco si ha llegado el tiempo de estas ideas, pero tarde o temprano llegará y cuando llegue su fuerza será imparable.

Tomás de Domingo dijo...

Agradezco la aportación, Ignacio. Probablemente no me he expresado con suficiente claridad. En primer lugar, prefiero el Diccionario María Moliner que el de la RAE, pero quizá en este caso sea más acertada la referencia que el de la RAE hace a la vehemencia en lugar de a la violencia. En cualquier caso, la idea central es que estar indignado es algo más que estar enfadado, y, sobre todo, la indignación no se improvisa, sino que es fundamentalmente una reacción. Dicho esto, no critico el movimiento del 15-M, sino que más bien trato de analizarlo y destaco fundamentalmente que más que estar indignados hacen como que lo están, lo cual a mi juicio explica la falta de vigor del movimiento. Si la indignación fuera real iría en aumento, pero no es así. Pienso que se trata de un movimiento nacido alrededor de unos tópicos intelectuales de trazo grueso, es decir, faltos de concreción para poder se aplicados. Y sí, Ignacio, yo también creo que hay que analizar las causas de nuestro malestar. Uno puede pensar que las causas están en la falta de democracia real, en la injusticia social, en la corrupción, etc. Pues bien, a mí lo que me llama poderosamente la atención es que, pese a todos los problemas que denuncian los “indignados”, la indignación sea impostada, artificial, vamos, un pegote como una catedral. ¿Acaso no le llama la atención que en Francia se hayan echado a la calle apenas se ha insinuado un retraso en la edad de jubilación y aquí no haya pasado nada?, ¿acaso no es más lógico indignarse por tener que trabajar hasta los 67 o porque se nos recorte el sueldo un 5% que por el sistema electoral? Pues no. Resulta que en España nos indignamos una semana antes de las elecciones municipales y luego sólo quedan cuatro perroflautas en las plazas. No, no pienso ni que hubiera mano negra ni nada por el estilo, simplemente observo la falta de vigor de una sociedad que en lugar de indignarse se conforma con hacer como que se indigna.

Unknown dijo...

Gracias Tomás por su amable contestación. Entiendo y valoro su análisis, y no dudo que sea bienintencionado, pero me queda la sombra de ese argumento psicologista que utiliza para criticar el 15-M: "no están indignados, se hacen los indignados". Usted parece capaz de conocer las razones últimas, lo que piensan y sienten los indignados más que ellos mismos.
Por último, dese una vuelta por los campamentos, y verá que no son perroflautas, marginales con apariencia okupa, y toda esa pléyade de desarrapados como intentan hacer ver todos los medios de comunicación de la derecha extrema de este país. Es un hervidero de gente normal, estudiantes, trabajadores, parados, etc, que continuamente están debatiendo y buscando la manera de mejorar las cosa.
Le reitero mi agradecimiento, y sepa que desde hoy tiene un seguidor de su blog

Tomás de Domingo dijo...

Gracias, Ignacio, y bienvenido al blog. Todas las críticas son admitidas aquí, sin distinción alguna. Sólo me abstengo de publicar los insultos y, por supuesto, el spam publicitario. Lo digo para que se entienda lo de la moderación.

Sé que en esas movilizaciones ha habido gente de todo tipo, incluidos estudiantes, parados y pensionistas. Es natural, la gente tiene un cabreo monumental y apenas ha visto que algo se movía en la calle se ha sumado, pero probablemente la confusión les ha llevado a retirarse y a que sólo vayan quedando los famosos perroflautas. No es una cuestión de analizar la psicología de cada uno de los participantes. Si para analizar un fenómeno social tuviéramos que seguir ese camino estaríamos perdidos. Se trata de observar el cariz de las manifestaciones al comienzo, los participantes, las consignas, la duración, el contexto político y social, etc., y con todo ello ponerse a pensar y aventurar hipótesis. Eso es lo que he hecho en este caso y lo que suelo hacer en este blog. Léase por ejemplo el post "La interpretación de lo común" -publicado este año- y verá a que me refiero. Se trata de observar, ponerse a pensar y opinar con libertad. Ese es el lema del blog (aunque ya no figura en la cabecera): un blog sincero para aquellos que están dispuestos a leer, pensar y opinar con libertad. Saludos.

Tomás de Domingo dijo...

Perdón, "La interpretación de lo común" es de agosto de 2010.

Camino a Gaia dijo...

En mi modesta opinión, cualquier "perroflauta" o mendigo posmoderno derrocha mas dignidad que toda su crítica y aún mas, que las descalificaciones que llevan implícitas. Dedica usted mas recursos en repartir etiquetas que en elaborar argumentos, en ejercer la autosuficiencia del juez, que en plantear alternativas. Algo en lo que se han esforzado con mayor o menor acierto, aquellos que al menos intentan plantear nuevas ideas.

No sabría decirle si son galgos o si son podencos, si es indignación genuina, cabreo generalizado o vehemencia mas o menos contenida. Posiblemente haya un poco de todo y no sea la gente que participa en el movimiento la que necesita de las etiquetas, sino aquellos que están a verlas venir.

Echo a faltar en su análisis el hecho de que estamos ante una crisis a escala mundial, que existen unos autores ideológicos de la misma, que existen unos autores financieros y de grupos de poder sobre todo económicos, que las desigualdades económicas crecen exponencialmente y que el principio de una persona un voto, se desvirtúa dando diferente valor al voto dependiendo de la fuerza política a la que elijas.

Lamento no tener su clarividencia idiomática respecto a la delimitación de emociones sociales.
Yo personalmente estoy en un mar de confusión: todavía no se si la lectura de su post me ha provocado indignación o vergüenza ajena.

Tomás de Domingo dijo...

Agradezco sus críticas. Dos observaciones. ¿A qué se refiere cuando habla de crisis a nivel mundial? No sé si se refiere a la crisis económica o a la demanda de democracia real. Si es esto último, yo no veo relación entre las reivindicaciones de egipcios, libios y sirios con las de los españoles. Cada país presenta unos problemas específicos.

En cuanto a propuestas, hombre, pues alguna he hecho en el blog, aunque no hay que olvidar que un blog no es un partido político. En relación con la revitalización de la democracia, mis principales ideas, expuestas en el blog son:

- Cambio en la interpretación de lo público (post "La interpretación de lo común" y "Açó es educación i es per a tu".

- Lucha contra la corrupción sin cuartel. Hay referencias a este tema en múltiples post.

- Reforma del sistema electoral. Reiterado a lo largo del blog. Mi propuesta: circunscripción única en las elecciones al Congreso, y hacer del Senado una cámara de representación territorial.

- Incorporación de los mejores a la vida política (Recomiendo el post "Conciliar democracia y excelencia").

- Respecto a la economía, en primer lugar hago un diagnóstico de la crisis (en 2007 apuntaba su llegada en el post "¿A las puertas de una gran crisis?") en "La crisis internacional como crisis sistémica". A partir de ahí mis propuestas en materia económica son:

- No confundir obtener ingresos con producir riqueza (hay un post que lleva este título cuya lectura le recomiendo).

- Reformar el sistema productivo (recomiendo el post "Zapatero acertó: hay que reformar el sistema productivo).

- Otras reformas estructurales en temas básicos como la educación (son numerosos los post que he dedicado a la educación), energía cambio en los horarios laborales y en el calendario laboral.

En definitiva, alguna propuesta creo haber hecho. Saludos.

Camino a Gaia dijo...

Gracias por su respuesta. He seguido alguna de sus recomendaciones que me han ayudado a hacerme una idea mas completa de la totalidad del blog, que en conjunto empiezo a valorar como interesante y recomendable. En la medida de lo posible le dejaré mis opiniones.
En lo que se refiere a este post "indignados", creo francamente que peca de juicios fáciles, de tópicos y prejuicios. Y créame, es algo que se hace mas difícil de digerir después de leer su impresionante curriculum.
Me merece mucho mas respeto un perroflauta que cualquier gobernante corrupto, o tiburón de las finanzas, y creo que la indigencia o la precariedad económica a la que cada vez se ve abocada mas gente no es una simple cuestión de estética.

Al fin y al cabo estamos asistiendo al fracaso de un sistema y los jóvenes son cada vez mas conscientes de que se ha expoliado su futuro y por suerte son la generación mejor preparada de la historia. A poco que depuren un poco su mente de bazofia televisiva, indagaran el impacto que tendrá en su vida el cambio climático, el crash del petróleo, la pérdida de biodiversidad y todas las desgracias que los científicos anuncian como inevitables. Se dan cuenta de que han heredado un futuro que acumula todas las externalidades de una excelencia en la explotación de recursos. ¿De qué sirve que la sociedad disponga de las mentes mas brillantes si estas solo están al servicio del enriquecimiento personal, de la mirada miope de lo inmediato? Si el interés general, los bienes comunes y el propio futuro, solo son basureros del sistema o los últimos reductos susceptibles de rapiña.

Camino a Gaia dijo...

En cuanto a la crisis mundial me parece evidente que estamos ante el fracaso estrepitoso del experimento neoliberal y de la globalización.
Aparte de la crisis financiera suficientemente conocida, tenemos superpuestas otras dos crisis globales: el cambio climático y el crash oil. Este último nos afectará de forma inmediata. Según la Agencia Internacional de la energía, el pico de producción de petróleo tuvo lugar en 2006 y una vez superada la fase de meseta estamos abocados al decrecimiento económico en muy poco tiempo, las economías mas débiles seguirán colapsando liberando algunos recursos, pero si no se actúa de forma inmediata estamos abocados al colapso sistémico mucho antes de lo esperado.

No creo que se pueda desligar la democracia real de la crisis económica. El efecto de "salvar a los grandes" ha provocado la concentración de poder económico en muy pocas manos y la privatización de todo lo público, el control de todos los poderes por parte de los grupos o individuos económicamente mas influyentes. Las redes sociales han supuesto una brecha entre las agencias de noticias, agencias de publicidad y asesorías de imagen, que ha permitido la gestación de un movimiento que ha precipitado una vez alcanzada una masa crítica de descontento, indignación, cabreo o como quiera llamarse.
Creo que el movimiento 15M irá creciendo en fuerza porque su motor no es una excentricidad ideológica, aunque pueda dar muestras de torpeza en ese sentido. El motor es ante todo la crisis económica y la inevitable degradación asociada a la crisis energética.
No faltará combustible para este incendio sociológico y la implicación cada vez mayor de personas mas capacitadas, expertas y excelentes, podría llevarlo hacia un consciente colectivo capaz de abordar problemas que hoy por hoy, se dejan para mañana.

Tomás de Domingo dijo...

Muchas de las cosas que comenta son ciertas. No obstante, creo que hay algunos problemas que efectivamente son globales, pero la gran mayoría, incluso los globales, deben ser estudiados en el marco de cada sociedad. La crisis económica, por ejemplo, sólo se puede comprender desde una perspectiva supranacional, pero a partir de ahí se hace necesario examinar las razones específicas que han hecho que su incidencia sea muy distinta en cada país.

Yo no creo que el sistema capitalista como tal esté en crisis (mi posición la puede conocer con más detalle en "La crisis internacional como crisis sistémica), voy a publicar un post al respecto proximamente en el que incidiré en una idea que me parece oportuno subrayar.

En España asistimos a una crisis nacional, cuyas causas son de diversa índole, que necesariamente compromete la organización del sistema político. Con otras palabras, hay que repensar la democracia española y, sobre todo, hay que imaginar nuevamente España (aconsejo el post "Imaginando España" para que se haga una idea de lo que pienso).

Finalmente, decirle que mi CV no me exime de cometer errores, ni de decir tonterías, afortunadamente. Por otra parte, usted tiene todo el derecho a pensar y decir que he dicho una memez. Sepa que su crítica siempre será bienvenida en este blog, porque le puedo asegurar que yo creo en el derecho a la libre expresión. También le aseguro que en este blog encontrará opiniones sinceras, aunque puedan estar o parecerle erradas.

Anónimo dijo...

Somos una asociacion de amigos de espana. Rubalcaba y Dolores estan intentando confundir a la poblacion espanola con comentarios ridiculos de que unos ciudadanos no respetan a los otros cuando todo esto es un montaje para que no les echen la culpa a los politicos. Espana esta como esta por culpa de los politicos no por culpa de los ciudadanos. Para variar la guardia civil hace lo que le dice el gobierno barriendo calles trabajando mientras la policia tambien se dedica a hacer abuso de su poder dando palos a la poblacion espanola. La policia tiene derecho a desalojar un sitio pero no tiene derecho a desalojar un sitio publico dando palos a la gente. No existe ninguna ley que les permita que puedan usar el uso de la violencia pegando a la gente pacifica para desalojar un sitio. Hay que denunciar que los comentarios de rubalcaba son excusas para hacer que la poblacion espanola se confunda y se echen la culpa los unos a los otros cuando la maxima culpa de todo esto es sin duda los politicos que tenemos en espana que son todos una pandilla de cinicos con sus comentarios y no hacen nada por mejorar el paro que hay en espana. Menudos hijos de la gran p que son los politicos en espana.

Eastriver dijo...

Usted lo reduce a España y ahí se equivoca.

En otras partes de su discurso tampoco estoy de acuerdo, pero admito que eso podría ser subjetivo.

Dean dijo...

Aunque solo fuese una caricatura de idignación, es mucho más que lo que ha habido hasta ahora en un país amodorrado y cómodo en el que el fútbol y la farándula ocupan casi todo el tiempo de la gente. Su discurso denota influencia de un tal Rajoy o quizás de la continua lectura de un mal periódico llamado ABC, ya que tanto uno como otro centran todas las energías en desprestigiar a un presidente de gobierno que ya no puede ser peor. Sería mucho más constructivo tratar de canalizar la energía de la que usted llama falsa indignación para que llegue a ser genuina y logre cosas concretas. Y por último, este movimiento no está tan paralizado como usted cree, hay mucha gente ahí que no tiene miedo, simplemente no tienen miedo a perder la casa porque ya no tienen casa, ni miedo a perder el trabajo porque tampoco tienen trabajo, ni miedo al futuro porque nunca había sido tan incierto como ahora.
Un saludo.

Un aspirante a ciudadano dijo...

Yo tampoco creo en esta especie de democracia de motín, algarada y turba que enarbola banderas con la hoz y el martillo y la efigie de Lenin.

Anónimo dijo...

yo creo que los ciudadanos tendríamos que empezar ya ha vejecer nuestras fuerzas contra el poder opresor y corrupto y creo que nosotros tenemos la fuerza y la inteligencia para darle la vuelta a la tortilla por ejemplo propongo que todos los españoles apaguemos un día a la semana la luz no la encendamos para nada a no ser por mal mayor de enfermedad pero hacer una huelga para que la compañía de la luz y el estado bajen el recibo porque mucho hablar pero hay que actuar y la electricidad tiene que ser monopolio del pueblo