miércoles, 30 de septiembre de 2015

El resultado de las catalanas en clave nacional

El batacazo de Podemos ha sido espectacular, imagino que insufrible para el descomunal ego de Pablo Iglesias. Su resultado ha sido peor que el cosechado por Iniciativa per Catalunya en las pasadas autonómicas catalanas. Podemos no sólo no ha servido para captar nuevos votantes para esta formación, sino que ha perdido apoyos. Que tomen buena nota en Valencia aquellos de Compromís que estaban convencidos de que acudir con ellos a las generales era la mejor opción. El análisis que ha hecho Iglesias de los resultados me parece muy desacertado en un punto esencial: a su juicio el descenso de PP y PSC supone el fracaso del régimen del 78. Vuelve nuevamente con el consabido mantra, pero olvida que Ciudadanos, que ha obtenido un apoyo electoral de más de 700.000 votos, es un partido no sólo leal a la Constitución, sino galvanizador de los valores que la inspiran. Podemos yerra en este tema, pero su descenso se debe en mi opinión, y con ello me centro en el conjunto de España, a que ha perdido la frescura con la que era percibido (parecen unos más de la Casta, con nepotismo incluido), a haberse mantenido firme en apuestas políticas indefendibles, como el apoyo a Tsipras en Grecia o la tibieza con el régimen venezolano, y a la arrogancia de un líder que se autopresentaba como jefe de la oposición con el único aval de las encuestas. Las últimas autonómicas y las catalanas parecen dejar claro que no va a superar al PSOE en las generales y habrá que ver si obtiene mejor resultado que Ciudadanos.

El PSOE se está manteniendo a flote y realizando ímprobos esfuerzos por reubicarse en el mapa político. Por fin parecen haberse dado cuenta de que deben dejar de coquetear con partidos independentistas y volcarse en ser percibidos como un partido nacional. El rescate de la bandera nacional en sus apariciones públicas por parte de Pedro Sánchez es una excelente noticia. Es cierto que su indefinición con relación a la reforma constitucional es decepcionante, pero da la impresión, sobre todo por la renuncia explícita del PSC al derecho a decidir, de que no van a cometer el error de reeditar nuevos experimentos como el pacto del Tinell. En las catalanas han pagado muy caro los errores cometidos en el pasado y el resultado ha sido que buena parte de sus votantes ha apostado por Ciudadanos. El gran objetivo de Pedro Sánchez va a ser ganar las elecciones por delante del PP para gobernar con el apoyo de Ciudadanos, al igual que en Andalucía. Creo que tiene posibilidades de lograrlo a la vista de la descomposición del PP. 

El hundimiento del PP en Cataluña es increíble para un partido que gobierna España con mayoría absoluta. Este resultado unido a las derrotas cosechadas en las últimas elecciones autonómicas y en otras citas electorales, deja patente, al margen de su catastrófica estrategia política y nulo liderazgo, que Rajoy sólo puede conservar la Moncloa si pacta con Ciudadanos en el caso de que supere en escaños al PSOE, que todavía está por ver. Su discurso después de las elecciones catalanas no puede ser más desesperante: el PP representa el voto útil, nos recuerda un Rajoy que ha seguido fielmente el consejo de fiarlo todo a la economía y a dejar que los ciudadanos se asusten con los gobiernos de izquierda y populistas. Con ello pretende que el votante tradicional del PP permanezca fiel y no entregue su voto a Ciudadanos si no quiere que los socialistas puedan gobernar con el apoyo de Podemos o de Ciudadanos. Lo de Podemos podía tener sentido hasta hace bien poco a la vista de los resultados que les auguraban las encuestas, pero ahora mismo parece que la llave de gobierno la va a tener Ciudadanos, y al votante del PP Ciudadanos no le provoca miedo alguno. La estrategia de Ciudadanos en la gestión de los resultados obtenidos en las pasadas autonómicas ha sido excelente, hasta el punto de destrozar el argumento del PP. Ciudadanos ha seguido una estrategia muy parecida al “programa, programa, programa” que popularizó en su día Julio Anguita. Han apoyado en Andalucía a Susana Díaz y en Madrid a Cristina Cifuentes, y lo han hecho dejando claras sus líneas rojas y estableciendo claramente sus condiciones para apoyar esos gobiernos. El votante puede percibir que este partido es la mejor garantía de que los valores constitucionales van a ser respetados, y también de que no se van a hacer concesiones a los independentistas gane el PP o el PSOE, es decir, que lo más útil es votar a Ciudadanos. Que la gobernabilidad dependa de un partido como Ciudadanos y no de partidos como CiU o el PNV permite vislumbrar el futuro con optimismo.   

Fracaso del independentismo

Con menos del 50% de los votos emitidos favorables decididamente a la independencia no cabe duda de que los independentistas han perdido lo que plantearon como un plebiscito, aunque sólo lo reconozcan los de la CUP. Si jurídicamente la independencia es inviable sin reforma constitucional, por muchas declaraciones que en ese sentido realice el Parlamento de Cataluña, y no era previsible que el gobierno permaneciera impasible ante posibles actos de desobediencia, el resultado del domingo refuerza la legitimidad moral del gobierno para hacer cumplir la Constitución, ya que casi dos millones de personas no representan ni el 40% del censo electoral. 

Los resultados electorales admiten lecturas en clave nacional, como el ascenso de Ciudadanos o la debacle del PP y Podemos, de lo cual me ocuparé en otra entrada. Por lo que respecta a la política catalana, me parece que los militantes de Convergencia deberían darse cuenta de que la apuesta decidida por presentarse como independentistas les ha hundido electoralmente. No sería de extrañar que así como el PNV de Ibarretxe dejó paso al PNV de Urkullu, que se dedica a gestionar sin emprender proyectos quiméricos, en Convergencia prescindan de Mas y rectifiquen su línea política para regresar a un catalanismo nacionalista reivindicativo, pero no rupturista. Sería lo más sensato si no desean que la gobernabilidad de Cataluña dependa de gente como los de las CUP, que abogan nada menos que por desobedecer las leyes españolas que ellos consideren que agreden a la clase trabajadora. 

Hagan lo que hagan, digan lo que digan, la realidad es tozuda: el independentismo ha fracasado porque los catalanes lo han hecho fracasar. Podemos presenciar declaraciones y todo tipo de parafernalia en los próximos meses, pero conforme vaya pasando el tiempo creo que el foco mediático irá alejándose de Cataluña y la efervescencia independentista desaparecerá al igual que ha sucedido en el País Vasco, siempre que no haya tontos que crean que la solución para el nacionalismo es tratar de contentarles. 

viernes, 4 de septiembre de 2015

Espectáculo

Ayer me decía Óscar que la política y la comunicación se han convertido en espectáculo. Es verdad. Políticos que se ponen camisetas con mensajes subliminales o no tan subliminales, que suben a las tribunas parlamentarias y exhiben objetos o carteles como si estuvieran en la gala de los Goya. Medios digitales que aderezan sus Informaciones con vídeos impactantes de youtube, con imágenes de asesinatos o de muertes trágicas como la del niño sirio, pero también con esos llamados “vídeos virales” que reciben millones de visitas e incrementan los ingresos publicitarios. Espectáculo, porque todo se dirige a captar nuestra atención e influir de manera directa e inmediata en nuestro estado de ánimo. Acostumbro a leer los periódicos digitales, pero me siento aturdido, con necesidad de dar un paso atrás para no ser víctima de esta sensación de acoso que me invade apenas abro la ventana de internet.