Ayer me decía Óscar que la
política y la comunicación se han convertido en espectáculo. Es verdad.
Políticos que se ponen camisetas con mensajes subliminales o no tan
subliminales, que suben a las tribunas parlamentarias y exhiben objetos o
carteles como si estuvieran en la gala de los Goya. Medios digitales que
aderezan sus Informaciones con vídeos impactantes de youtube, con imágenes de
asesinatos o de muertes trágicas como la del niño sirio, pero también con esos
llamados “vídeos virales” que reciben millones de visitas e incrementan los
ingresos publicitarios. Espectáculo, porque todo se dirige a captar nuestra
atención e influir de manera directa e inmediata en nuestro estado de ánimo. Acostumbro
a leer los periódicos digitales, pero me siento aturdido, con
necesidad de dar un paso atrás para no ser víctima de esta sensación de acoso que me invade apenas abro la ventana de internet.
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