lunes, 28 de febrero de 2022

Pacifismo lúcido

En España muchos han olvidado la importancia que tiene contar con unas Fuerzas Armadas capaces de hacer frente a agresiones exteriores. Se cree que es cosa del pasado, al igual que pasas por un carca si defiendes el valor que tiene estar dispuesto a sacrificarse por la patria, como están teniendo que hacer los ucranianos. Por eso nuestra sociedad es despreciada por dirigentes como Putin, que está convencido de que los europeos somos incapaces de defendernos asumiendo el coste en vidas humanas y en comodidades que supone una guerra, aunque sea defensiva. Es posible que tenga razón, pero también es cierto que los grandes desafíos pueden hacer que las personas y las sociedades reaccionen y comprendan el error en el que estaban instaladas. Quizá no les venga mal a nuestros jóvenes contemplar que hay amenazas reales al bienestar del que disfrutamos. Llevamos muchas décadas viendo las guerras por la televisión -aunque las de los Balcanes las teníamos bien cerca- y la historia enseña que a veces el despertar es una sacudida. No se trata de abrazar un espíritu belicoso, sino de comprender que el pacifismo sin realismo y disposición a sacrificarse y luchar por la paz conduce a que matones como Putin se salgan con la suya.

viernes, 25 de febrero de 2022

Y Putin apeló a la historia...

Antes de comenzar la invasión, Putin explicó en televisión cuáles eran las razones de la acción que iba a emprender. Los súbditos rusos -hace tiempo que no se les puede llamar ciudadanos- asistieron a una clase de historia en la que su líder daba cuenta de cómo la actual Ucrania era fruto de las decisiones equivocadas de dirigentes soviéticos. No le gusta que Ucrania haya dejado de ser un apéndice de Rusia, lo considera un error histórico, y utiliza la fuerza para que en el presente víctimas inocentes paguen lo que él interpreta como errores del pasado. Con ese argumento el mundo estaría permanentemente en guerra. Quizá Putin debería recordar que Prusia oriental pertenece hoy a Rusia. En efecto, Prusia, el Estado del canciller Bismarck, el motor de la unificación política alemana. Prusia oriental fue históricamente un territorio germano. Allí estaba la ciudad del filósofo Inmanuel Kant, Köningsberg. No la busquen en el mapa, no la hallarán. Esa ciudad responde hoy al nombre de Kaliningrado, una ciudad rusa. Los rusos ocuparon ese territorio que les da acceso al mar Báltico y expulsaron de allí a los alemanes. ¿Se imaginan que en Alemania algunos grupos comenzaran a reivindicar territorios que en el pasado eran alemanes? No, no hay justificación posible para esta guerra de agresión, y todavía menos en el caso de Rusia, el Estado más grande del mundo, con vastos territorios y enormes riquezas naturales. Estamos ante el capricho de un dirigente ególatra y desalmado.

jueves, 24 de febrero de 2022

Condena total a la agresión rusa

Ha estallado la guerra, tal como anunciaban los servicios de inteligencia occidentales. Putin ha atacado utilizando pretextos que solo camuflan su ambición insensata por aumentar el poder de Rusia y por pasar a la historia de su país como el gobernante que le hizo recobrar su grandeza. La incorporación de Ucrania a la OTAN podría disgustar e incluso preocupar a Rusia, pero ni siquiera la consumación de ese escenario justifica iniciar una guerra. Nuevamente vemos que hay líderes capaces de sacrificar vidas humanas provocando un inmenso dolor sin que su conciencia se resienta. ¿Qué hacer ante una situación así? Es difícil responder cuando sabemos que Putin posee armas nucleares. No se pueden ignorar las consecuencias que tendría declarar la guerra a Rusia en solidaridad con Ucrania, y eso lo sabe muy bien el líder ruso. Por esa razón, no hay que echar más leña al fuego. Ucrania deberá defenderse sola y la solidaridad con Ucrania se debería traducir en apoyo militar y económico por parte de los países occidentales. Mi más enérgica condena a la agresión militar de Putin.

martes, 22 de febrero de 2022

Casado no es un líder

La lucha contra la corrupción es absolutamente imprescindible en una sociedad democrática. Ningún servidor público puede estar exento de dar explicaciones de su trayectoria. Por consiguiente, si hay indicios de corrupción, hay que denunciarlos donde corresponda y no andarse con componendas. Ya se verá en qué queda lo de los contratos del hermano de Isabel Díaz Ayuso, pero resulta claro que Casado y Egea han querido hundir políticamente a Díaz Ayuso arguyendo la corrupción, y eso es lo que no comprende nadie en el PP. La presidenta de Madrid vivió una campaña de absoluto acoso por parte de la izquierda y salió victoriosa, no solo frente a Sánchez, sino que tumbó políticamente a Pablo Iglesias, un logro descomunal. Esa victoria aupó a Pablo Casado en las encuestas, pero aún así desconfió de Díaz Ayuso. ¿Por qué? Sencillamente porque Casado no es un líder. Ese es el problema de fondo que ahora ha estallado. El PP eligió a un chico de agradable presencia y buena retórica para zanjar la guerra interna entre Soraya y Cospedal. De ahí a ser un líder media un abismo. El líder emerge como una figura capaz de generar adhesiones y de marcar el rumbo. Debe estar dispuesto a servir en lugar de aferrarse al cargo utilizando todo tipo de presiones y estratagemas. Cuando tu liderazgo es cuestionado por barones, figuras del partido y las propias bases, la dimisión es imperativa si no deseas ser un obstáculo para tu organización. Eso es lo que hizo Sánchez: dimitió y luego tuvo el coraje de vencer a la candidata del "aparato". Pero primero dimitió, Casado, primero dimitió.

Por fin Núñez Feijóo da el paso y se postula como líder del PP. Creo que en El Mundo leí algo así como que se trataba de un “liderazgo natural”. Es una expresión afortunada, porque, en efecto, el líder emerge naturalmente por sus cualidades. Se le reconoce no solo en lo que dice, sino en cómo lo dice, en la cadencia de su voz, en sus gestos, en el dominio de sí mismo. Recuerdo que en los “Episodios Nacionales” Galdós se refiere a figuras políticas utilizando la expresión “serenísimo”. Feijóo emana serenidad y firmeza sin necesidad de gritar. Si uno observa con atención, los andares de Casado y su tendencia a tocarse la punta de los dedos delatan su impostura.

Estoy muy satisfecho con la llegada de Feijóo como líder del PP. Además de ser un líder “natural”, como dije en anteriores entradas, creo que garantiza una forma moderada de gobierno capaz de llegar a acuerdos con el PSOE por el bien de España. Pero Feijóo representa un acontecimiento imprevisto: asumirá el liderazgo una persona veinte años mayor que Casado, alguien de la generación de Sánchez, aunque doce años más mayor que él, rozando la pertenencia a la generación de Rajoy. Una figura generacionalmente ambigua que, si llega al poder, exigirá pensar si esto se debe a una reacción ante el ascenso al poder de políticos excesivamente jóvenes e inexpertos. En la vida acumular experiencia es muy importante. De ahí que Miguel Ángel Rodríguez haya sido muy listo al frenar cualquier intento de Díaz Ayuso por postularse como líder del PP. Tiene tiempo por delante para convertirse, quizá, en la primera mujer que preside el Gobierno de España.