domingo, 13 de mayo de 2007

La soltería como opción

Hace algunos años, en una fiesta de nochevieja en casa de mi cuñado holandés, conocí a una pareja que en el curso de la conversación comentaba muy ufana que había decidido comprarse una granja y tener caballos en lugar de hijos. Me llamó la atención que lo soltaron con toda naturalidad, sin pensar ni por asomo que tal decisión pudiera ser considerada por alguien una inmoralidad. Hoy, en La Razón, se publica una noticia –que más tarde les transcribiré- sobre la soltería como una opción cada vez más popular en nuestra sociedad, es decir, cada vez hay más personas que deciden permanecer solteras y, atención, tal decisión no es en absoluto socialmente rechazada.

¿Somos verdaderamente conscientes de adónde va una sociedad que no valora negativamente, entre otras cosas, la deliberada opción por la soltería, por la ausencia de hijos –en el caso de los casados-, o por la homosexualidad -cuando esta no es genética, sino querida-? Si esto se generaliza, esa sociedad está condenada a desaparecer porque finalmente será absorbida y disuelta por los valores de los nuevos miembros –inmigrantes- que finalmente, por una mera cuestión numérica, impondrán los suyos. Quizá algunos de ustedes estarán pensando, “bien, ¿y usted qué propone?, ¿qué pongamos mala cara a los solteros a los homosexuales, etc., hasta el punto de llegar a excluirlos socialmente?”.

Quizá lo primero que habría que preguntarse es si no es malo que nuestra sociedad se disuelva como consecuencia de esos comportamientos. Si alguno de ustedes piensa así y tiene razones para ello, será coherente en su defensa de la soltería opcional o la cría de animales en lugar de hijos como decisiones plenamente morales y tan respetables como cualquier otra. Sin embargo, si son de los que piensan que formamos parte de una sociedad que tiene una historia y una vocación de permanecer a lo largo de los siglos, y que ello no es posible sin un mínimo equilibrio y reemplazo generacional, no será indiferente a que haya conductas que vayan directamente a impedir que dicho objetivo sea posible. Para ustedes tales conductas serán malas y, por tanto, moralmente reprochables, opinión a la que me sumo. Optar por la soltería o por los caballos por pura comodidad o intereses exclusivamente individuales es una conducta antisocial y moralmente criticable. Pero la pregunta sigue ahí, ¿cómo actuar frente a quienes actúan así, máximo cuando nuestro ordenamiento jurídico les otorga todo el derecho a hacerlo? Responderé recordando, en primer lugar, el pasaje de Jesucristo y la mujer adúltera. Cristo dice a los acusadores, “el que esté libre de pecado que tiré la primera piedra”. Como todos reculan, al quedarse a solas con la mujer, le dice “vete, y no peques más”. O sea, condena el pecado, pero absuelve a la pecadora. Esa es la clave en el terreno del trato personal: respeto máximo a la persona que decide no complicarse la vida casándose y prefiere el rollete y el ahorro, pero, al mismo tiempo, el comportamiento debe ser criticado. Por otra parte, en el terreno de la organización social, es evidente que los poderes públicos deben favorecer aquellas acciones que tienden a hacer posible el bien común, y desalentar las que impiden su realización. Esto exige meditar muy bien qué medidas adoptar porque se puede entrar en un terreno harto resbaladizo. ¿Se imaginan que fiscalmente se penalizara a aquellas parejas que superaran cierta renta y, salvo prueba médica en contra, no tuvieran hijos? Evidentemente, esto es una barbaridad –pienso que no hace falta que lo argumente-, pero es perfectamente posible y extremadamente deseable favorecer a las familias numerosas, y también, aunque aquí más de uno discrepará, no frivolizar el matrimonio mediante una legislación que facilita sobremanera el divorcio.

Les transcribo el artículo sobre la soltería:

“La vieja etiqueta del solterón o solterona ha quedado obsoleta en nuestros tiempos. Ni ellos rechazan la responsabilidad y el compromiso, ni ellas se quedan para vestir santos. Simplemente optan por vivir solos y, aunque una parte de ellos no está satisfecha con su condición, la mayoría ha escogido la independencia por voluntad propia y como forma de vida. Una alternativa al modelo de familia tradicional que conforma un colectivo de más de 8 millones de españoles de entre 25 y 65 años que viven sin pareja convencional, bien porque son solteros, separados, divorciados o viudos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De entre los fenómenos sociales de erupción impetuosa en nuestra sociedad, lo que podríamos llamar «nueva soltería» está cobrando una sólida presencia. Tanto es así que hasta el lenguaje se ha transformado y se han adoptado términos como «singles», «impares» o «nones» para designar a este sector social que con el paso del tiempo va adquiriendo incluso prestigio. La mejor fórmula «Antes el matrimonio era indisoluble y se aceptaba socialmente como la mejor fórmula a pesar de que no hubiera una buena relación entre los cónyuges, porque así lo establecían la tradición y las fuerzas sociales», explica el doctor en sociología de familia y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Gerardo Meil Landwerlin. Sin embargo, tal y como apunta el experto, con la incorporación del divorcio la legalidad ha traducido unos valores y la sociedad ha sufrido una «transformación» que permite al individuo elegir la opción vital que quiera sin imponérsela. «La imagen del soltero como fracasado o abandonado ya no existe en nuestra sociedad. Al disminuir el control social se ha generado una mayor libertad en la concepción de la vida», apunta. La independencia, el no tener que rendir cuentas a nadie y el poder disponer del tiempo libre a su antojo lleva a los impares españoles a viajar un 38 por ciento más que el resto de la población, a ser grandes consumidores de cultura -libros, cine, teatro, conciertos-, a navegar por internet mucho más que la media y a ser amantes de cualquier aparato nacido de las nuevas tecnologías. «Es lógico que salgan más, sobre todo los más jóvenes, que son personas inquietas y con ganas de disfrutar. El vivir solo no significa vivir en soledad, pero los “singles” tienen mayor necesidad de salir de casa, relacionarse, hacer actividades y organizar el tiempo con otras personas», señala el profesor Meil. La ausencia de cargas familiares hace que los impares españoles suelan tener un nivel económico medio-alto y que aquéllos entre 30 y 45 años dispongan además de unos ingresos mensuales un 40 por ciento superiores a los de la media de personas de su franja de edad y gasten alrededor de 500 euros mensuales con su tarjeta de crédito. Así lo ponen de manifiesto los datos del departamento de estudios del salón Single-Ind Life, un evento dedicado a la gente sin pareja que en su segunda edición, el año pasado, recibió a 20.200 visitantes en tan sólo dos días. El poder adquisitivo de los singles y su crecimiento continuo no ha pasado inadvertido para las empresas, que han visto en ellos una clientela muy rentable a la que hay que tratar con mimo. El marketing orientado a disfrutar de la libertad crece vertiginosamente en los campos más diversos. El sector del turismo ha desarrollado desde viajes a destinos exóticos para los impares hasta reuniones en parajes «con encanto», cenas y fiestas para conocer a gente. Abundan también las empresas que prestan servicios domésticos, cursos de formación en actividades artísticas, gastronómicas y de entretenimiento, a la vez que los hipermercados ofrecen comidas preparadas en envases individuales y todo tipo de productos en formatos pequeños adaptados a los hogares unipersonales. Asimismo, las industrias de ropa, de complementos, de perfumería, de cosmética y cuidado corporal, y también las culturales -de libros, de discos, de arte- apuntan cada vez más a los «singles» como destinatarios preferentes de sus campañas publicitarias. La soltería ha dejado de ser un estigma para convertirse, en muchas ocasiones, en un privilegio, como expone Conchín Para, directora del Club Impar, una empresa que organiza cenas literarias, visitas turísticas, fiestas, tertulias, viajes y un sinfín de actividades enfocadas a los impares: «Los solteros de hace 30 años estaban marginados y nada tienen que ver con los de hoy». Antes, según la experta, las mujeres no estaban incorporadas al mercado laboral y no podían vivir solas porque no tenían manera de subsistir sin la compañía de un hombre. Sólo las viudas estaban aceptadas socialmente, ya que habían completado el círculo familiar. En el caso de ellos, Para asegura que solían quedarse en casa de sus madres para que los atendieran y «se iban de farra de vez en cuando porque no se podían tener relaciones sexuales sin estar casado». «Hoy, ser soltero es sinónimo de libertad», especifica. Independencia económica Lo que define el perfil del «single» del siglo XXI para la experta es su independencia económica, que disfrutan de su libertad, que viven solos con alegría y que les gusta mucho la cultura, viajar, conocer otras civilizaciones y leer. Además, Para añade que son personas muy activas, atentas siempre a todo lo que ocurre a su alrededor y que les gusta mucho salir a divertirse . Pero, ¿es bueno que el hombre esté solo? El sociólogo Gerardo Meil Landwerlin asegura que la gente «aspira a vivir en pareja y le gustaría tener hijos», pero que ambas cosas están sujetas a múltiples condicionamientos. «Si una persona no encuentra la pareja apropiada y no se materializa tener hijos se acomoda a otra situación, que es igual de válida y en la que se tiene una vida plena, pues más vale estar solo que mal acompañado», puntualiza. El hecho de constituir un hogar unipersonal, expone Conchín Para, no significa que los impares no estén abiertos al amor. «Muchos de ellos, sobre todo los de 30 a 45 años, tienen el deseo de encontrar una pareja, pero se busca para compartir la vida y no para situarse». En la actualidad, seis de cada diez solteros confían en encontrar pareja y sólo el 14,5 por ciento no cambiarán sus planes y afirman que quieren seguir como «singles». Pero encontrar a alguien no significa matrimonio. Sólo un 7,4 por ciento de ellos tienen intención de casarse. Aunque se trata de un colectivo «muy flotante», señala Para, los impares van en aumento. «Como muestran las estadísticas, la mitad de las personas que se casan ahora tendrán una media de uno o dos divorcios en su vida. Pero no es un crecimiento alarmante, ya que se forman otros grupos de parejas o relaciones en los que los miembros viven en sus casas o ciudades por separado», afirma”.

sábado, 12 de mayo de 2007

Crecer en derechos y otras tonterías de los políticos

Empiezan los mitines políticos y empezamos a escuchar tonterías cuando no disparates. Observo que el PSOE, aparte de definirse como el partido de la verdad frente a la mentira o de la paz frente a la guerra, ha decidido presentarse como un partido que hace que los ciudadanos "crezcan en derechos". Así, con comillas, porque eso es literalmente lo que he escuchado. Hace poco escribía sobre el ínfimo nivel de nuestros políticos y frases como esta de los socialistas lo confirman. ¿Acaso alguno de ustedes cree que sea posible que a alguien se le otorgue un derecho sin que correlativamente no aumenten las obligaciones de otro sujeto? Un político serio explicaría cuáles son esos nuevos derechos y por qué razón son asumibles las obligaciones inherentes a su satisfacción. Sin embargo, parece que recabar este tipo de explicaciones es mucho pedir.

Recuerdo otro argumento de una estupidez mayúscula, esta vez le corresponde el mérito al PP. Se utilizó en el primer año de ZP, el felón monclovita, en el gobierno. A los populares les dió por criticar que el PSOE hubiera aprobado pocas leyes a lo largo de su primer año de legislatura, y de ese dato deducían inactividad o parálisis del gobierno. La simpleza del razonamiento asusta. ¿Acaso legislar es siempre bueno, aunque no haya necesidad? Por favor, ¡si uno de los principales problemas que tenemos es la inflación legislativa que termina generando una gran inseguridad jurídica!

Cuando escuchas a gente tan poco preparada soltar disparates por doquier llegas a dudar de las bondades de la democracia, pero el problema no está ahí. Debemos buscar fórmulas, y sobre todo tener el coraje de aplicarlas, para que la política no quede en manos de gente mal preparada que en muchos casos sólo busca medrar.

viernes, 11 de mayo de 2007

El 27-M en la Comunidad Valenciana

Hoy se ha presentado el futuro Gran Premio de Europa de Fórmula 1 a celebrar en Valencia, siempre que gane el PP las elecciones del 27 de mayo. Me parece formidable que Valencia albergue un evento de tal calibre, y es una demostración del buen trabajo realizado por la Generalitat Valenciana. En nuestra Comunidad las opciones de cara a las próximas elecciones son nulas: o voto al PP o voto al PP. No hay alternativa, por muchas vueltas que le dé. Sólo por la defensa del trasvase del Ebro y por la defensa de los símbolos de identidad valencianos -aunque esto sería mejorable- hay que votar al PP. Pensar en una coalición PSPV-Coalició pel PV en la Generalitat da grima.

jueves, 10 de mayo de 2007

¡Menudas noticias!

Lo de las noticias pasa de castaño a oscuro. Solía ver Antena 3 porque me gusta mucho Matías Prats, pero empecé a hartarme de que casi la mitad del telediario se dedicara a sucesos. Por su gravedad y alarma social determinados crímenes pueden ser de interés público; de ahí a considerar que todo delito merece ser divulgado va un mundo. Hoy he puesto el canal 24 horas de noticias de TVE y aunque me he reído mucho con la noticia es una vergüenza que la den. Verán, unos conductores se encontraron por la autovía con un pequeño vehículo con luces que iba muy despacio. El vehículo resultó que era un tetrapléjico que dirigía con el mentón su sofisticada cama/silla de ruedas. Seguidamente explican los detalles. El hombre se dirigía a un club de alterne cercano a una autovía y, al coger una rotonda próxima, se equivocó de dirección y acabó allí. ¿Qué me dicen? Yo me mondaba, pero a santo de qué nos enteramos que el tetrapléjico -que sale en pantalla- se iba de putas y por poco se mete debajo de un camión. ¡El pobre no puede ni irse tranquilo a retozar con las meretrices sin que termine sabiéndolo toda España!

sábado, 5 de mayo de 2007

Las listas de Batasuna

Creo que tiene razón Carlos Herrera al denunciar que la detención de la Pantoja ha servido para camuflar de alguna manera la vergonzosa actitud que el Fiscal General del Estado (o sea, el gobierno) está teniendo con las listas de Batasuna. Vamos a ver cómo queda el asunto, pero la reacción de Rosa Díez reclamando una reacción de los militantes socialistas para evitar la presencia de Batasuna en las elecciones es un indicio claro de que podemos estar ante otra nueva indignidad de ZP.

Nunca fui partidario de la ley de partidos, pues entiendo que la defensa de cualquier ideología –incluso la justificación de la violencia- está amparada por el derecho a la libre expresión. Otra cosa es la participación en la comisión de un delito. Si Batasuna es ETA no es necesario ilegalizarla, basta con aplicar el Código Penal y suspender su actividad. Quizá no lo sepan, pero poco antes de proceder a su ilegalización a tenor de lo dispuesto en la ley de partidos, Garzón había suspendido la actividad de Batasuna aplicando el Código Penal. Ahora bien, independientemente de mi opinión, si la ley de partidos está en vigor y ha sido declarada constitucional por el Tribunal Constitucional, no queda otra opción que aplicarla conforme a su espíritu y no según los intereses partidistas del gobierno. Ver a un gobierno retorcer el Estado de Derecho para favorecer sus intereses es un espectáculo bochornoso, la más pura demostración de sectarismo. Lo malo es que nada de esto sale gratis.

jueves, 3 de mayo de 2007

"El velo pintado", para mí un peliculón

Romanticismo, pasión, infidelidad, cobardía, tradición, severidad, paciencia, sacrificio, amor y dignidad. ¿Les interesa? Todo ello, y mucho más, está presente en la película “El velo pintado” que ayer fui a ver. Excelente. Eso sí, tiene un ritmo lento que puede impacientar a más de uno. Así como estoy seguro de que nadie saldrá defraudado de “El libro negro”, con esta película no me atrevo a afirmar lo mismo.

Mi criterio a la hora de elegir películas se basa en el director, los actores y, en su caso, los galardones que haya recibido. “El velo pintado” está protagonizada por Edward Norton, cuya actuación en “El dragón rojo” me convenció plenamente, especialmente por compartir cartel con Hopkins. Junto a él Naomi Watts, una de estas nuevas actrices que demuestra en esta película que es algo más que una cara bonita. Todavía no está al nivel de mi admirada Kate Blanchett, pero muy bien la chica, pero que muy bien.

No les cuento la historia, basada en la novela de Somerset Maugham, pues no es lo importante. Los sentimientos, virtudes y vicios que allí aparecen hacen que el espectador pueda reflexionar largamente sobre muchos temas. La película es de las que dejan huella, se lo aseguro. Si tuviera que destacar un mensaje que de ella se puede extraer, este sería que el respeto a la tradición, a las buenas costumbres, más allá de las dificultades y las tentaciones, pueden hacer que finalmente triunfe o surja el amor entre dos personas que en teoría están unidas precisamente por amor. En definitiva, a veces no rendirse y mantenerse unidos puede ser bueno para una pareja, aunque sólo sea por una convención. Ya me entenderán.

Si lo que les he dicho hasta ahora no les convence, permítanme añadir que sólo por los paisajes de China en los que está filmada ya vale la pena asistir. Imperdonable dejar de ver esos paisajes en pantalla grande.

martes, 1 de mayo de 2007

Un primero de mayo muy republicano

Desde hace unos cuantos años, en las exiguas manifestaciones del primero de mayo suelen ondear muchas banderas republicanas. El sectarismo de los sindicatos que así actúan es lamentable. En una celebración que debería unir a todos los trabajadores, independientemente de las simpatías políticas de cada cual, se enarbola un símbolo de división. Fidalgo parece un tío responsable y sensato. Espero que recapacite y haga alguna declaración desligándose de quienes aprovechan esta fiesta para reivindicar la III República. De Cándido Méndez creo que poco se puede esperar.