Anoche, antes de acostarme, estuve leyendo el informe de Alberto Recarte sobre la crisis financiera internacional y el crack económico español. Bastante interesante el análisis de las causas y consecuencias de la crisis que padecemos, bien expuesto y claramente expresado. No dice Recarte nada que no conozca nadie medianamente formado en macroeconomía. Las entidades financieras españolas han financiado exageradamente operaciones ligadas a promoción, adquisición y rehabilitación de viviendas. Dicha financiación ha sido posible porque existían recursos en el extranjero de los que han dispuesto nuestras entidades, lo cual supuso un progresivo nivel de endeudamento de empresas constructoras y de las familias, y un riesgo evidente para quienes financiaron todas esas operaciones. La subida del Euribor y del IPC, debido en buena medida al encarecimiento de materias primas, y la carencia de liquidez en el mercado financiero internacional (en buena medida por la crisis de los EE.UU) ha hecho que la adquisición de viviendas se paré y los precios estén sufriendo un ajuste brusco. Eso supone que el valor de dichos bienes que sirven de garantía para el prestamista son menores que lo prestado por las entidades financieras, que carecen de suficientes recursos (sobre todo las pequeñas) para soportar las suspensiones de pagos de las empresas inmobiliarias y de la morosidad de las familias.
Esto es, en resumen, lo que, según Recarte, está sucediendo. Y creo que tiene razón. Pero lo que más me ha llamado la atención es que el proceso de aumento del crédito y endeudamiento se agudiza vertiginosamente a partir de 2004. Observen los cuadros del informe y lo comprobarán. Todos los españoles hemos visto como el gobierno socialista ha asistido complaciente al espectáculo de ver cómo se suicidan muchos bancos y cajas, empresas promotoras y constructoras, y miles de familias, es decir, la sociedad española. Ahora vemos claramente las consecuencias de cuatro años de brazos cruzados. Pero, ¿pudo hacer algo el gobierno socialista? Sin duda algo pudo hacer, pero también es cierto que se encontró con un problema interesantísimo que destaca Recarte con acierto. ¿Acaso las entidades financieras estaban borrachas financiando con tan altísimo riesgo? Cierto que, como señala Recarte, confiaban en el hecho de estar en la zona Euro, pero, sobre todo, se encontraban en una situación de altísima competencia en la que o se arriesgaban a prestar o podían perder cuota de mercado. Para mí esto es la madre del cordero. ¿Es posible que un gobierno actúe sin restringir la libre competencia para impedir una espiral suicida de liquidez que condena sobre todo a las pequeñas entidades financieras y afecta a todo el sistema? Tendré que estudiarlo porque aquí está el tema. Por lo que he leído a Recarte, entiendo que sí es posible y el gobierno y, sobre todo, el Banco de España, podía haber actuado, pero reconozco que en este tema patino. Les animo a que investiguen el asunto y, si son tan amables, me ilustren sobre el particular.
Esto es, en resumen, lo que, según Recarte, está sucediendo. Y creo que tiene razón. Pero lo que más me ha llamado la atención es que el proceso de aumento del crédito y endeudamiento se agudiza vertiginosamente a partir de 2004. Observen los cuadros del informe y lo comprobarán. Todos los españoles hemos visto como el gobierno socialista ha asistido complaciente al espectáculo de ver cómo se suicidan muchos bancos y cajas, empresas promotoras y constructoras, y miles de familias, es decir, la sociedad española. Ahora vemos claramente las consecuencias de cuatro años de brazos cruzados. Pero, ¿pudo hacer algo el gobierno socialista? Sin duda algo pudo hacer, pero también es cierto que se encontró con un problema interesantísimo que destaca Recarte con acierto. ¿Acaso las entidades financieras estaban borrachas financiando con tan altísimo riesgo? Cierto que, como señala Recarte, confiaban en el hecho de estar en la zona Euro, pero, sobre todo, se encontraban en una situación de altísima competencia en la que o se arriesgaban a prestar o podían perder cuota de mercado. Para mí esto es la madre del cordero. ¿Es posible que un gobierno actúe sin restringir la libre competencia para impedir una espiral suicida de liquidez que condena sobre todo a las pequeñas entidades financieras y afecta a todo el sistema? Tendré que estudiarlo porque aquí está el tema. Por lo que he leído a Recarte, entiendo que sí es posible y el gobierno y, sobre todo, el Banco de España, podía haber actuado, pero reconozco que en este tema patino. Les animo a que investiguen el asunto y, si son tan amables, me ilustren sobre el particular.