miércoles, 20 de mayo de 2009

Te recuerdo Amanda

No puedo resumir en un solo post mis gustos musicales, así que tendré que optar por un goteo de posts. Hoy hablaré de la canción protesta comunista tan característica de hispanoamérica. Tengo dos hermanas mayores que en los años setenta tenían la edad justa para caer hipnotizadas por el mensaje de comunistas de diversos pelajes (en este caso sus plumas fueron el maoísmo, ya ven). Inundaron la casa de discos de cantantes y grupos comunistas de excelente calidad. Así pude conocer la música de Víctor Jara o Quilapayún, verdaderamente extraordinarios. Más tarde mis amigos Víctor y Óscar me aficionaron a Silvio Rodríguez, excelente compositor castrista cubano al que lamentablemente le falla la voz, además de otras cosas... De toda esa música es difícil destacar una sola canción, pero si tuviera que hacerlo me parece que la elegida sería la extraordinaria “Te recuerdo Amanda”, probablemente una de las canciones más hermosas que se han compuesto. Su autor, Víctor Jara, murió poco después torturado por los pinochetistas en Chile. Aquí les dejo con la magnífica e inigualable “Te recuerdo Amanda” ( http://www.youtube.com/watch?v=ONIZuiUKPII ).

Zapatero acertó: hay que cambiar el modelo productivo

Estoy de acuerdo con Zetapé en que hay que cambiar el modelo productivo, mensaje que constituyó el centro de su intervención en el debate sobre el estado de la nación. Sin embargo le han llovido las críticas. Muchos consideran que en una economía de libre mercado es la iniciativa privada la única responsable de detectar oportunidades de negocio y poner en marcha empresas capaces de aprovecharlas. De ahí que califiquen de disparate o de un alarde de voluntarismo intervencionista la intención del gobierno. No comparto estas críticas. Sin duda la iniciativa privada es el motor de la económica, pero ello no impide que el gobierno pueda y deba hacer más atractivos determinados sectores económicos mediante su política legislativa. Por ejemplo, si se aprueba una ley que exige un riguroso control del aislamiento acústico de las viviendas es de suponer que mucha gente considere rentable producir productos aislantes para la construcción, u ofrecer servicios en este sector. Como saben es un tema -el de la lucha contra el ruido- que me interesa, por ello me llamó la atención que Zapatero se refiriera a los aislamientos acústicos en su discurso (me lo leí íntegramente, al igual que el de Rajoy y el de Rosa Díez). Otro tanto puede suceder con sectores como las energías renovables o el medioambiente. De igual forma se puede desincentivar la inversión en otros sectores como el de la construcción. Este tipo de medidas, que son parte de las reformas estructurales que comenté en otro post, no restringen el libre mercado, sino que ordenan la convivencia en un determinado sentido y marcan un espacio para el libre desarrollo de la actividad económica. Pero, además, el simple hecho de que el gobierno trate de convencer de que es necesario reorientar las actividades económicas de por sí ya es positivo. El problema radica en que este discurso y esa apuesta por un cambio de modelo productivo llega con cinco años de retraso y Zapatero carece de credibilidad y sobre todo de un equipo competente para acometer tan ambicioso objetivo.

viernes, 15 de mayo de 2009

Rocío Jurado

Siempre había querido tener la canción “Muera el amor” de Rocío Jurado, así que cuando el negrito me enseñó su repertorio y vi que había un disco de esta artista que incluía esa canción no lo dudé. En el CD, aparte del mencionado, también se incluían algunos de sus temas más conocidos: “Señora”, “Lo siento mi amor”, “Como una ola”, “Como yo te amo” o “Si amanece”. A mi mujer no le gusta la Jurado, pero a mí me encanta. Más que su voz, que es espectacular, o su manera de cantar, es increíble cómo interpreta las canciones. Y utilizo el presente porque gracias a las modernas tecnologías los artistas han logrado la inmortalidad. Cuando Rocío Jurado canta “Señora” es como si pudieras sentir la historia del diálogo entre la amante y la esposa que narra la canción. Cada vez aprecio más la capacidad interpretativa de los cantantes. Al margen de que últimamente no surgen grandes talentos en la música, si algo escasea son los intérpretes con acusada personalidad. Además de que era una extraordinaria intérprete, Rocío Jurado siempre tuvo la virtud de conectar en su forma de interpretar con la sensibilidad española. Por eso fue una artista tan popular y por eso creo que es imposible que mi mujer pueda apreciarla en su justa medida.

jueves, 14 de mayo de 2009

La final de la Copa del Rey debió suspenderse

¿Qué me dicen de la pitada y abucheo que los aficionados del Barcelona y el Bilbao dedicaron al himno nacional y a S.M. el Rey? Resulta curioso observar que los medios de comunicación se centren en la incomprensible censura que ejerció TVE al no mostrar en directo las imágenes, y sin embargo no reparen en algo elemental que parece que sólo a mí me ha llamado la atención. Me refiero al clamoroso contraste entre la tolerancia con las ofensas al Rey y al himno que vimos ayer, y la nula permisividad que actualmente existe con los sonidos racistas en los campos de fútbol. En los últimos años los dirigentes deportivos, y también políticos, se han conjurado para erradicar los gritos y abucheos racistas de los campos de fútbol. Incluso se ha advertido a los aficionados de que si cuando lleva la pelota un jugador negro se escucha el aullido ese de “Uh, uh, uh” se suspenderá inmediatamente el partido y se sancionará al club que permita esos sonidos propios de la jungla. Dejando al margen si no se está exagerando el tema, ¿acaso no es mucho más grave que en un campo de fútbol no se respete al jefe del Estado y al himno de la nación? Yo opino que naturalmente que sí, y que el partido debió suspenderse.

martes, 12 de mayo de 2009

¿Explotó Titadyn el 11-M?

Las nuevas informaciones publicadas en El Mundo sobre el explosivo que estalló en los atentados del 11-M representan, caso de que se confirmen, un escándalo monumental. Es inconcebible que a estas alturas, cinco años después de los atentados, nos enteremos de que finalmente fue Titadyn lo que con casi total seguridad estalló. ¿Se dan cuenta de lo que esto significa? Se confirmaría que la teoría que sostiene que se trató de un complot para desalojar al PP del poder es cierta, ya que es evidente que hubo un deliberado intento de ocultar que se trataba de Titadyn y orientar las pistas hacia la Goma-2 Eco y la trama asturiana. No me resigno a pensar que la opinión pública se desentienda de este asunto y desee pasar página aun a costa de tragarse una mentira.

En su día ya se habló de que podía haber sido Titadyn, pero las pruebas no fueron tan concluyentes como las que aporta el informe pericial que acabamos de conocer. En cualquier caso, recuerdo que no perdí detalle de la declaración que prestó en el juicio el jefe de los Tedax Sánchez Manzano. Me causó una pésima impresión. En ningún momento me pareció creíble su persona, y por ende su testimonio. Constantemente trasladaba la responsabilidad a sus subordinados. Algo olía a podrido y ahora, por fin, parece que la verdad puede salir a la luz. Eso si no nos desayunamos con una noticia de El País que desbarate este informe pericial del perito Iglesias. La verdad, me gustaría saber si los medios que han defendido la versión oficial tienen alguna explicación para seguir afirmando que lo que estalló en los trenes fue Goma-2 Eco.

domingo, 10 de mayo de 2009

El problema de las exposiciones históricas

En la tarde de ayer fui a visitar la exposición “Moriscos del sud valencià. Memoria d´un poble oblidat” que estos meses acoge el Museo de Arqueología e Historia de Elche. La exposición presenta el acontecimiento histórico de la expulsión de los moriscos de una manera tendenciosa. La misma referencia a la “memoria de un pueblo olvidado” es un claro indicio de la finalidad que subyace a la exposición: trasladar al visitante la idea de que la expulsión de los moriscos fue una gran injusticia. ¿Acaso no lo fue? ¿Acaso puede justificarse que gentes que llevaban viviendo en el Reyno de Valencia siglos e incluso eran población autóctona islamizada fueran expoliados y expulsados? Me parece que aquí topamos con un problema propio de los Museos de Historia y de las exposiciones históricas en general. La gente corriente suele juzgar los acontecimientos históricos desde los valores y creencias con los que vive en el presente. Así, muy pocos dudarán en afirmar que la expulsión de los moriscos sólo puede calificarse de bárbara injusticia. Sin embargo, la ciencia histórica no tiene como objetivo condenar o alabar los acontencimientos del pasado, sino primeramente comprenderlos. Para ello es imprescindible contextualizar, algo que no siempre resulta fácil, pero cuya falta puede ser fatal en una exposición histórica. La exposición de ayer a mi juicio adolecía de una adecuada contextualización. Incidía en el hecho en sí y en las consecuencias de toda índole que supuso la expulsión. El visitante puede llegar a pensar que se trató de una decisión absolutamente caprichosa porque no se muestra con la debida claridad cuál era la situación social de principios del siglo XVII. En esa época eran frecuentísimas las incursiones de piratas berberiscos en las costas valencianas con actos de rapiña, secuestro, etc. También fueron muy conocidas las revueltas moriscas en diversos puntos del Reyno de Valencia. No es necesario que me extienda, lo cierto es que la convivencia distaba de ser idílica y los moriscos podían verse justificadamente como una amenaza potencial que había que eliminar a tenor de la situación de la época. Creo que los museos de historia deberían evitar caer en la fácil tentación de troquelar la opinión del visitante y esforzarse fundamentalmente por presentar hechos, contextualizar y, si acaso, presentar hipótesis explicativas.

sábado, 9 de mayo de 2009

El consecuencialismo en la educación de los niños

Estaba comprando una bolsa de espinacas en el supermercado cuando al pasar por caja he visto que dos niños de unos nueve años estaban jugando al fútbol dentro del supermercado. Sucedió lo que se pueden imaginar: uno de ellos ha chutado hacia el techo y ha roto un tubo de neón que se ha precipitado hacia el suelo haciéndose añicos. Afortunadamente nadie ha resultado herido. La responsable del supermercado se ha acuclillado dispuesta a decirles un par de cositas a los nenes, pues si tuviera que esperar a que los padres de las criaturas abrieran la boca todavía podía estar esperando sentada. Tenía cierta curiosidad por saber qué les iba a decir, y sucedió lo que imaginaba. Con cara seria y en plan educadora super guay les ha explicado el peligro que habían corrido porque el tubo les podida haber caído encima, razón por la cual no deben jugar a fútbol en un supermercado. ¿Les convence el argumento? Yo no tengo hijos pequeños y quizá no soy el más indicado para opinar sobre cómo se debe educar a los niños, pero creo que aunque es posible que lo que les dijo esta mujer sea la mejor estrategia para que el niño no vuelva a hacerlo más, desde un punto de vista educativo me parece que ha cometido un grave error que lamentablemente suele ser hoy en día muy habitual.

El problema radica en que la responsable del supermercado ha utilizado un argumento consecuencialista en lugar de un argumento de principio, que es el que correspondía. Jugar al fútbol en un supermercado o en cualquier comercio o lugar privado es algo que no se debe hacer con independencia de si hay mucha o poca gente, y de si se pueden romper cosas. Al niño hay que dejarle claro que hay cosas que no se deben hacer porque no están bien, y se le puede intentar explicar –aunque comprendo que no sea sencillo- que en muchas ocasiones no está bien porque no se tiene derecho a hacerlo. No obstante, tampoco me parece mal el decirle en un momento dado, “eso no se hace y punto”. “¿Por qué?”. “Pues porque te lo digo yo, que soy tu padre, te quiero, y sé mejor que tú lo que está bien y mal” (ojo, eso requiere autoridad, algo de lo que cada vez huyen más estos padres que van de guays). Si es posible darle la explicación, adelante, pero en todo caso lo que me parece más importante es que le quede claro que la razón de que algo esté mal en un caso como el que he vivido esta mañana no son las consecuencias. Si el niño interioriza la idea de que la corrección de una acción depende de sus consecuencias (y sobre todo de las consecuencias hacia él mismo) se le introduce en un terreno muy peligroso porque se elimina cualquier impedimento para cometer malas acciones si estima que él u otros no saldrán perjudicados.