Recuerdo que hace algunos años publiqué un artículo en el que me quejaba del exceso de paternalismo que detectaba en España. El discurso paternalista amenaza con transformar la fisonomía de nuestras ciudades por un desmedido afán de evitar riesgos. A veces un ejemplo vale más que mil palabras, así que les voy a ilustrar el tema con un caso concreto. Verán, yo estudié en el colegio El Pilar, en Valencia. La puerta de la fotografía es la puerta de mi colegio que da a la avenida de Cataluña. Pues bien, cuando éramos niños disfrutábamos utilizando esas enormes y anchas barandillas bajas de piedra para deslizarnos como si fueran toboganes. Sucedió así durante muchísimos años, pero supongo que alguien esgrimiría el discurso paternalista: “es que se pueden caer y hacer daño. Habría que protegerlo con una valla y evitar que se tiren por ahí”. Claro, cómo decir que no a semejante bienhechor. Adelante, pues. Y ahí tienen la dichosa valla, más fea que un pecado, que ha destrozado la entrada más bonita del colegio. El otro día estuve en Valencia y decidí tomar una foto para comentarla en el blog. Juzguen ustedes.
lunes, 21 de septiembre de 2009
El Plan E
El 28 de noviembre de 2008 escribí una entrada criticando la filosofía del Plan E. A día de hoy los ciudadanos ya sabemos en qué tipo de cosas se ha gastado nuestro dinero: campos de fútbol de césped artificial, arreglo de aceras, nuevas rotondas, reparación de goteras, etc. En definitiva, obras más o menos útiles, pero fundamentalmente gasto improductivo, habida cuenta de que no se sientan las bases para una actividad económica que responda a una demanda del mercado.
El Ayuntamiento de Elche (gobernado por los socialistas) ha editado un folleto titulado “Elx eres tú” que contiene una relación de las obras realizadas en Elche con el Plan E. Por si no fuera suficiente escarnio presumir de gastar dinero en pintar colegios o en plantar palmeritas con el nombre de ilicitanos recién nacidos, todavía tienen la poca vergüenza de enumerar los “empleos” que cada obra ha supuesto. Por ejemplo, se puede leer que la colocación de césped artificial en 7 campos de fútbol ha supuesto un coste de 4 millones de euros que ha servido para crear 142 nuevos empleos.
Es verdaderamente alucinante el concepto de lo que significa un “empleo” que tienen Zetapé y sus amiguetes. Así que gastarse 4 kilos en poner césped artificial crea empleo. ¡Vaya tela marinera! Nada menos que se está confundiendo la utilización de mano de obra de forma coyuntural –ya me dirán ustedes qué van a hacer los trabajadores en cuestión una vez colocado el césped- con la creación de puestos de trabajos. Los poderes públicos pueden gastar, pero el verdadero empleo, es decir, la generación de puestos de trabajo para el desarrollo de una actividad económica, es consecuencia de la iniciativa privada, que es la que detecta las oportunidades de negocio que, si dejamos al margen la especulación, suelen caracterizarse por una cierta estabilidad. Es cierto que el Estado puede generar empleo cuando realiza grandes obras de infraestructura (autovías, centrales nucleares, ferrocarriles, etc.), pero eso no es precisamente lo que se está haciendo con el Plan E. Sin embargo, como toman a los ciudadanos por tontos, no dudan en presentar algunas de sus obritas como inversión en infraestructuras. En algunos casos el timo resulta incluso patético: en el folleto que les comentaba, el Ayuntamiento de Elche tiene la desfachatez de calificar la plantación de palmeras para los niños de Elche como “creación de infraestructuras”. Sin comentarios.
El Ayuntamiento de Elche (gobernado por los socialistas) ha editado un folleto titulado “Elx eres tú” que contiene una relación de las obras realizadas en Elche con el Plan E. Por si no fuera suficiente escarnio presumir de gastar dinero en pintar colegios o en plantar palmeritas con el nombre de ilicitanos recién nacidos, todavía tienen la poca vergüenza de enumerar los “empleos” que cada obra ha supuesto. Por ejemplo, se puede leer que la colocación de césped artificial en 7 campos de fútbol ha supuesto un coste de 4 millones de euros que ha servido para crear 142 nuevos empleos.
Es verdaderamente alucinante el concepto de lo que significa un “empleo” que tienen Zetapé y sus amiguetes. Así que gastarse 4 kilos en poner césped artificial crea empleo. ¡Vaya tela marinera! Nada menos que se está confundiendo la utilización de mano de obra de forma coyuntural –ya me dirán ustedes qué van a hacer los trabajadores en cuestión una vez colocado el césped- con la creación de puestos de trabajos. Los poderes públicos pueden gastar, pero el verdadero empleo, es decir, la generación de puestos de trabajo para el desarrollo de una actividad económica, es consecuencia de la iniciativa privada, que es la que detecta las oportunidades de negocio que, si dejamos al margen la especulación, suelen caracterizarse por una cierta estabilidad. Es cierto que el Estado puede generar empleo cuando realiza grandes obras de infraestructura (autovías, centrales nucleares, ferrocarriles, etc.), pero eso no es precisamente lo que se está haciendo con el Plan E. Sin embargo, como toman a los ciudadanos por tontos, no dudan en presentar algunas de sus obritas como inversión en infraestructuras. En algunos casos el timo resulta incluso patético: en el folleto que les comentaba, el Ayuntamiento de Elche tiene la desfachatez de calificar la plantación de palmeras para los niños de Elche como “creación de infraestructuras”. Sin comentarios.
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Actualidad política
lunes, 14 de septiembre de 2009
Independentismo e independencia
En “España invertebrada” Ortega afirma que "España es una cosa hecha por Castilla", al tiempo que se pregunta cómo sería España si en lugar de haber sido hecha desde Castilla hubiera nacido del impulso de catalanes o vizcaínos. Pues no sé cuál habría sido el resultado, pero quizá conviene empezar a pensar que la mejor forma de consolidar España es que algunos le vean las orejas al lobo.
Probablemente muchos independentistas creen que sus reivindicaciones jamás se realizarán. Como bien dice García Domínguez, columnista de Libertad Digital, esta gente prefiere el independentismo a la independencia, es decir, prefiere ese estado de permanente agitación, de la que el esperpento de Arenys de Mut es una manifestación más, que la realización efectiva de sus proyectos políticos. Yo he llegado a un punto en que empiezo a hartarme de esta cantinela, y a desear una reforma de la Constitución que permita la secesión de las regiones que lo deseen. Quizá esa sería la mejor forma de concienciar a todos los españoles de que todos, no sólo Castilla, somos responsables del destino de España, y de que si no arrimamos el hombro en este proyecto común, en realidad España es un espejismo.
Estoy convencido de que la independencia sería desastrosa para Cataluña, y no estoy seguro de que tuviera efectos positivos en el resto de España. Todo dependería de cómo se articulara esa nueva realidad. La cuestión decisiva en este momento es valorar si no es peor el independentismo, que fomenta la insolidaridad y el espíritu de facción en toda la nación, que la propia independencia. Hay que pensarlo, sobre todo si empezamos a ver que lo Arenys de Mut empieza a imitarse.
Probablemente muchos independentistas creen que sus reivindicaciones jamás se realizarán. Como bien dice García Domínguez, columnista de Libertad Digital, esta gente prefiere el independentismo a la independencia, es decir, prefiere ese estado de permanente agitación, de la que el esperpento de Arenys de Mut es una manifestación más, que la realización efectiva de sus proyectos políticos. Yo he llegado a un punto en que empiezo a hartarme de esta cantinela, y a desear una reforma de la Constitución que permita la secesión de las regiones que lo deseen. Quizá esa sería la mejor forma de concienciar a todos los españoles de que todos, no sólo Castilla, somos responsables del destino de España, y de que si no arrimamos el hombro en este proyecto común, en realidad España es un espejismo.
Estoy convencido de que la independencia sería desastrosa para Cataluña, y no estoy seguro de que tuviera efectos positivos en el resto de España. Todo dependería de cómo se articulara esa nueva realidad. La cuestión decisiva en este momento es valorar si no es peor el independentismo, que fomenta la insolidaridad y el espíritu de facción en toda la nación, que la propia independencia. Hay que pensarlo, sobre todo si empezamos a ver que lo Arenys de Mut empieza a imitarse.
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Actualidad política
domingo, 13 de septiembre de 2009
Shakira
Musicalmente puedo disfrutar con todo tipo de estilos siempre que tengan un mínimo de calidad, algo que me resulta imposible hallar en la colombiana Shakira. Sus movimientos, supuestamente sexys, son brutalmente bastos, reiterativos y poco originales –mal imita a Madonna-. El último videoclip me la vuelve a mostrar carente de gracia y con la sutil insinuación de una meretriz. Gustosamente me olvidaría de todo ello si fuera una buena cantante, pero es que realmente parece que su peculiar estilo está inspirado en el famoso alarido de Tarzán de los monos. En fin, juzguen ustedes:
http://www.youtube.com/watch?v=4aEW_Z5Va5s
http://www.youtube.com/watch?v=4aEW_Z5Va5s
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Música
viernes, 11 de septiembre de 2009
Zetapé con patatas
Anda la gente entre indignada y acojonada ante la subida de impuestos que se avecina. Hemos tirado el dinero con campos de fútbol de césped artificial, reparación de goteras en colegios, rotonditas y demás gasto improductivo del Plan E, y ahora viene zetapé a pedirnos el dinero que su gobierno ha derrochado. Rosa Díez lo clavó: la política económica de este hombre es pura basura. Ni más ni menos. Que reflexionen seriamente aquellos que han propiciado la llegada al poder de un incompetente visionario y sectario. Todo comenzó con el “No a la guerra”, siguió con el 11-M y desembocó en otras elecciones ganadas con ese eslogan de “Por el pleno empleo”. Ya ven, nos acercamos al 20% de parados y vamos a enviar más tropas a la guerra de Afganistán. ¿Dónde demonios están los del “No a la guerra”? ¡Qué vergüenza de país!
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Actualidad política
jueves, 10 de septiembre de 2009
Manos Limpias
Garzón es noticia porque ha tenido que declarar en calidad de imputado por prevaricación. He tenido ocasión de seguir la noticia en dos noticiarios, el de TVE 1 y el de Canal 9. Ambos dan cuenta de que el proceso comenzó con una denuncia del sindicato Manos Limpias, al que ambos medios califican de sindicato ultraderechista. Así, como suena, sin cortarse un pelo. Semejante calificativo ha despertado mi curiosidad. ¿Acaso estamos un sindicato contrario a la democracia? ¿Plantean la expulsión de los inmigrantes? Total, que acabo de visitar su página web (http://www.manoslimpias.es/) para saber algo más de ellos.
En la portada aparece la bandera constitucional de España, y también se pueden leer palabras como igualdad, libertad, justicia y pluralismo político, precisamente los valores superiores que consagra la Constitución española en su art. 1.1. Si hacemos clic en el apartado “quienes somos”, se puede leer que Manos Limpias “tiene como fines la defensa de los legítimos intereses de sus afiliados dentro del Sector Público (Administración del Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y los Organimos de ellas dependientes), del Estado de Derecho y de la transparencia y dignidad de los poderes públicos institucionales. Para ello, interpondremos todo tipo de denuncias, ante las corrupciones políticas o económicas que lesionen el interés publico o general”. Más adelante sigue diciendo “lucharemos siempre por la defensa del orden constitucional de nuestro país, frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo. Por ello, entendemos que los símbolos españoles deben siempre ocupar un lugar fundamental en los lugares físicos donde se ubique la presencia de representaciones de cualquier Administración Pública”. Entre los “comentarios de actualidad” se observa que Manos Limpias propugna que se siga investigando el 11-M, que no se cierre en falso, y que se luche en el terreno judicial contra ETA y los excesos del nacionalismo vasco. Finalmente, hay una relación de las denuncias que han presentado, entre las que cabe destacar, además de la de Garzón, un buen número de casos relacionados con corrupción en ayuntamientos.
Me temo que la conclusión no puede ser más desalentadora: yo también debo ser un ultraderechista, pues creo en la España constitucional y en la defensa de sus símbolos y su honra; tampoco me trago lo del 11-M después de los últimos datos que aportó El Mundo, y no creo que se deba tolerar ni la corrupción, ni los excesos del nacionalismo.
En la portada aparece la bandera constitucional de España, y también se pueden leer palabras como igualdad, libertad, justicia y pluralismo político, precisamente los valores superiores que consagra la Constitución española en su art. 1.1. Si hacemos clic en el apartado “quienes somos”, se puede leer que Manos Limpias “tiene como fines la defensa de los legítimos intereses de sus afiliados dentro del Sector Público (Administración del Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y los Organimos de ellas dependientes), del Estado de Derecho y de la transparencia y dignidad de los poderes públicos institucionales. Para ello, interpondremos todo tipo de denuncias, ante las corrupciones políticas o económicas que lesionen el interés publico o general”. Más adelante sigue diciendo “lucharemos siempre por la defensa del orden constitucional de nuestro país, frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo. Por ello, entendemos que los símbolos españoles deben siempre ocupar un lugar fundamental en los lugares físicos donde se ubique la presencia de representaciones de cualquier Administración Pública”. Entre los “comentarios de actualidad” se observa que Manos Limpias propugna que se siga investigando el 11-M, que no se cierre en falso, y que se luche en el terreno judicial contra ETA y los excesos del nacionalismo vasco. Finalmente, hay una relación de las denuncias que han presentado, entre las que cabe destacar, además de la de Garzón, un buen número de casos relacionados con corrupción en ayuntamientos.
Me temo que la conclusión no puede ser más desalentadora: yo también debo ser un ultraderechista, pues creo en la España constitucional y en la defensa de sus símbolos y su honra; tampoco me trago lo del 11-M después de los últimos datos que aportó El Mundo, y no creo que se deba tolerar ni la corrupción, ni los excesos del nacionalismo.
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Actualidad política
martes, 8 de septiembre de 2009
Las declaraciones de Caamaño y el recurso previo de inconstitucionalidad
En el estreno de “La mañana de Federico” en esRadio hubo críticas bastante duras hacia el Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, por unas declaraciones en las que, entre otras cosas, decía, refiriéndose al Estatut, que "una ley aprobada por los representantes legítimos de los ciudadanos de España (...) debe siempre entenderse que es constitucional por respeto a esa voluntad de las Cortes Generales mientras que el tribunal, de manera expresa e inequívoca a través de una sentencia, no diga lo contrario”. No tengo una elevada opinión de este hombre, habida cuenta de que antes de ser ministro fue uno de los principales pasteleros del Estatut; sin embargo, sus declaraciones son correctas, pese a que deben matizarse.
Lo que ha querido decir Caamaño es bien sencillo: a la hora de legislar, el parlamento debe interpretar la Constitución, y cabe presumir la constitucionalidad de toda ley mientras el Tribunal Constitucional no declare lo contrario. El razonamiento es correcto e impecable en el marco de la teoría jurídica; no obstante, su consistencia depende de una premisa implícita: la buena fe del legislador. Y esto es precisamente lo que no sucede en el caso del Estatut. Aquí se está ante una obra de ingeniería que tiene como fin satisfacer las aspiraciones nacionalistas mediante lecturas que, convenientemente forzadas, pueden resultar formalmente compatibles con la Constitución, aunque de hecho la desborden. Semejante postura, fruto del pacto nocturno suscrito entre Zapatero y Mas, no constituye una aproximación de buena fe a la Constitución, sino un intento de superarla de tapadillo, razón por la cual muchos sostenemos que el Estatuto supone la quiebra del régimen constitucional del 78. Esa falta de buena fe impide la habitual presunción de constitucionalidad que acompaña a toda ley aprobada por el parlamento nacional, y por ello merecerían ser matizadas, más que criticadas, las palabras de Caamaño.
En el mismo programa se ha comentado que toda esta polémica se habría podido evitar si existiera un recurso previo de inconstitucionalidad, es decir, si el Tribunal Constitucional pudiera ser consultado antes de que se elaborara una ley. De este modo se evitaría que una ley aprobada y plenamente vigente pudiera ser posteriormente declarada inconstitucional, con los consiguientes problemas que ello podría suponer para la seguridad jurídica. Esta solución parece muy lógica, pero hay que pensar en el gran problema que genera: el Tribunal Constitucional puede llegar a desempeñar un papel importante, ya no como legislador negativo (se limita a declarar la inconstitucionalidad de las leyes), sino como legislador positivo (las elabora). En efecto, si existiera el recurso previo de inconstitucionalidad, el Tribunal podría verse obligado a decir cuál sería la redacción adecuada de un precepto para ser aceptable constitucionalmente, y ello, como fácilmente comprenderán, excede de las funciones que le son propias.
Como he comentado hace poco, soy oyente y me gusta el programa de Federico Jiménez Losantos, pero hay que darse cuenta de que el oyente no debe limitarse a hacer suyas las opiniones de los demás, sino que tiene que hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo y someterlas a crítica rigurosa. Espero haber ayudado a ello con este post.
Lo que ha querido decir Caamaño es bien sencillo: a la hora de legislar, el parlamento debe interpretar la Constitución, y cabe presumir la constitucionalidad de toda ley mientras el Tribunal Constitucional no declare lo contrario. El razonamiento es correcto e impecable en el marco de la teoría jurídica; no obstante, su consistencia depende de una premisa implícita: la buena fe del legislador. Y esto es precisamente lo que no sucede en el caso del Estatut. Aquí se está ante una obra de ingeniería que tiene como fin satisfacer las aspiraciones nacionalistas mediante lecturas que, convenientemente forzadas, pueden resultar formalmente compatibles con la Constitución, aunque de hecho la desborden. Semejante postura, fruto del pacto nocturno suscrito entre Zapatero y Mas, no constituye una aproximación de buena fe a la Constitución, sino un intento de superarla de tapadillo, razón por la cual muchos sostenemos que el Estatuto supone la quiebra del régimen constitucional del 78. Esa falta de buena fe impide la habitual presunción de constitucionalidad que acompaña a toda ley aprobada por el parlamento nacional, y por ello merecerían ser matizadas, más que criticadas, las palabras de Caamaño.
En el mismo programa se ha comentado que toda esta polémica se habría podido evitar si existiera un recurso previo de inconstitucionalidad, es decir, si el Tribunal Constitucional pudiera ser consultado antes de que se elaborara una ley. De este modo se evitaría que una ley aprobada y plenamente vigente pudiera ser posteriormente declarada inconstitucional, con los consiguientes problemas que ello podría suponer para la seguridad jurídica. Esta solución parece muy lógica, pero hay que pensar en el gran problema que genera: el Tribunal Constitucional puede llegar a desempeñar un papel importante, ya no como legislador negativo (se limita a declarar la inconstitucionalidad de las leyes), sino como legislador positivo (las elabora). En efecto, si existiera el recurso previo de inconstitucionalidad, el Tribunal podría verse obligado a decir cuál sería la redacción adecuada de un precepto para ser aceptable constitucionalmente, y ello, como fácilmente comprenderán, excede de las funciones que le son propias.
Como he comentado hace poco, soy oyente y me gusta el programa de Federico Jiménez Losantos, pero hay que darse cuenta de que el oyente no debe limitarse a hacer suyas las opiniones de los demás, sino que tiene que hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo y someterlas a crítica rigurosa. Espero haber ayudado a ello con este post.
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