jueves, 24 de septiembre de 2009

El artículo sobre el exceso de paternalismo

Aquí les dejo el artículo al que me referí el otro día y que publiqué hace unos tres años.

El paternalismo excesivo

"Hace unos días un tren arrolló a un coche en un paso a nivel sin barreras y mató a las cuatro personas que viajaban en él. Inmediatamente algunos políticos de Izquierda Unida reclamaron que los presupuestos de la Generalitat Valenciana incluyeran una partida para eliminar los pasos a nivel de la línea de cercanías Alicante-Murcia, que fue en la que se produjo el trágico suceso.

Nada cabe objetar a que se soterre cualquier paso a nivel que resulte especialmente peligroso, pero más allá de estos casos, lo lógico sería reclamar que los pasos estén bien señalizados y protegidos por barreras, siempre que sea posible. Curiosamente Izquierda Unida ha exigido directamente el soterramiento sin que existan indicios de que hubiera una mala señalización del paso o una negligencia del maquinista. Esto me hace pensar que se trata de una petición desproporcionadamente paternalista. No me preocuparía si se tratara de un caso aislado, pero en nuestra sociedad muchas situaciones denotan un paternalismo excesivo.

En mi opinión, el criterio que debe regir la organización de la vida colectiva ha de tener como referencia al ciudadano medio que se conduce en sus acciones cotidianas con un mínimo de sentido común. Lógicamente, en la medida de lo posible, también hay que atender a las necesidades específicas de algunos colectivos como discapacitados, niños y ancianos. Ahora bien, es necesario tener claro que no es posible preverlo todo. Es más, la prevención excesiva que desemboca en un paternalismo exacerbado puede llegar a hacer insufrible la vida en sociedad. No parece razonable prever que pueda haber un conductor despistado que intente atravesar un paso a nivel sin ni siquiera mirar si viene el tren. Recientemente, el tranvía ha atropellado en Valencia a personas que han cruzado por la zona reservada sin reparar en su proximidad. ¿Suprimimos el tranvía? A esa consecuencia se llegaría si se aplica el paternalismo que late en la petición de Izquierda Unida.

En el verano de 2004 reflexioné mucho sobre este tema durante los tres meses que estuve viviendo en la ciudad alemana de Kiel. El fiordo de Kiel, verdadera alma de la ciudad, alberga un puerto del que parten los grandes ferrys que se dirigen a los países escandinavos. En una de sus orillas se extiende un largo y bello paseo marítimo que hace las delicias de quienes pasan por allí. Nada separa al paseo del mar Báltico. No hay barandilla, ni unas piedras que actúen a modo de pretil. Nada absolutamente, salvo unos salvavidas instalados cada cierto número de metros con las correspondientes instrucciones sobre cómo actuar en caso de que alguien caiga al agua. Pensaba yo lo difícil que sería preservar la magnífica vista del fiordo si se encontrara en España. Pronto saldría alguien diciendo que se puede caer al agua por un descuido, una borrachera o cualquier otra razón.

El paternalismo excesivo está llegando en España a extremos que ofenden al sentido común, y no siempre se trata de casos en los que están presentes los poderes públicos. Permítanme que les relate una experiencia personal. Vivo en una urbanización pequeña con piscina. En ella se habían plantado tres palmeras que todavía no medían ni un metro. Yo tenía la ilusión de verlas crecer con el paso de los años, pero mi gozo en un pozo. La comunidad de vecinos, pásmense, pensó que algún niño podría caerse jugando y hacerse daño con las palmeras. No hubo clemencia y las tres palmeritas fueron ejecutadas sin piedad. Aparte de mí, nadie alzó la voz para oponerse a ese atentado contra el sentido común y el buen gusto.

El problema del paternalismo excesivo es que representa una ocasión pintiparada para la crítica política, eso sí, con tintes demagógicos, y para dárselas de filántropo o buen vecino. ¿Quién osará poner en duda, por ejemplo, que no sea conveniente soterrar las vías de un tren?, ¿quién pronunciará una palabra contra ese vecino que parece tan preocupado por la integridad de los niños? Cuando el paternalismo excesivo empieza a calar en la sociedad uno no acierta a ver cómo ponerle coto. Se puede empezar a justificar que las urbanizaciones se fortifiquen en prevención del asalto de los ladrones más sofisticados o que se instalen barandillas que circunden los parques públicos para evitar que los niños salgan corriendo. Es necesario hacer un esfuerzo para comprender que el paternalismo excesivo es un defecto tan grande como la despreocupación ante amenazas evidentes para la integridad física y moral de las personas. La sociedad española no termina de encontrar el equilibrio. Por una parte emerge el paternalismo mientras al mismo tiempo uno observa con perplejidad la gran permisividad que existe ante problemas fundamentales. Creo firmemente que la verdadera convergencia con los países más desarrollados del mundo no radica tanto en los indicadores macroeconómicos, sino en lograr este equilibrio que equivale a organizar la vida colectiva con un mayor sentido común".

lunes, 21 de septiembre de 2009

La valla del colegio El Pilar (otro exceso de paternalismo)

Recuerdo que hace algunos años publiqué un artículo en el que me quejaba del exceso de paternalismo que detectaba en España. El discurso paternalista amenaza con transformar la fisonomía de nuestras ciudades por un desmedido afán de evitar riesgos. A veces un ejemplo vale más que mil palabras, así que les voy a ilustrar el tema con un caso concreto. Verán, yo estudié en el colegio El Pilar, en Valencia. La puerta de la fotografía es la puerta de mi colegio que da a la avenida de Cataluña. Pues bien, cuando éramos niños disfrutábamos utilizando esas enormes y anchas barandillas bajas de piedra para deslizarnos como si fueran toboganes. Sucedió así durante muchísimos años, pero supongo que alguien esgrimiría el discurso paternalista: “es que se pueden caer y hacer daño. Habría que protegerlo con una valla y evitar que se tiren por ahí”. Claro, cómo decir que no a semejante bienhechor. Adelante, pues. Y ahí tienen la dichosa valla, más fea que un pecado, que ha destrozado la entrada más bonita del colegio. El otro día estuve en Valencia y decidí tomar una foto para comentarla en el blog. Juzguen ustedes.

El Plan E

El 28 de noviembre de 2008 escribí una entrada criticando la filosofía del Plan E. A día de hoy los ciudadanos ya sabemos en qué tipo de cosas se ha gastado nuestro dinero: campos de fútbol de césped artificial, arreglo de aceras, nuevas rotondas, reparación de goteras, etc. En definitiva, obras más o menos útiles, pero fundamentalmente gasto improductivo, habida cuenta de que no se sientan las bases para una actividad económica que responda a una demanda del mercado.

El Ayuntamiento de Elche (gobernado por los socialistas) ha editado un folleto titulado “Elx eres tú” que contiene una relación de las obras realizadas en Elche con el Plan E. Por si no fuera suficiente escarnio presumir de gastar dinero en pintar colegios o en plantar palmeritas con el nombre de ilicitanos recién nacidos, todavía tienen la poca vergüenza de enumerar los “empleos” que cada obra ha supuesto. Por ejemplo, se puede leer que la colocación de césped artificial en 7 campos de fútbol ha supuesto un coste de 4 millones de euros que ha servido para crear 142 nuevos empleos.

Es verdaderamente alucinante el concepto de lo que significa un “empleo” que tienen Zetapé y sus amiguetes. Así que gastarse 4 kilos en poner césped artificial crea empleo. ¡Vaya tela marinera! Nada menos que se está confundiendo la utilización de mano de obra de forma coyuntural –ya me dirán ustedes qué van a hacer los trabajadores en cuestión una vez colocado el césped- con la creación de puestos de trabajos. Los poderes públicos pueden gastar, pero el verdadero empleo, es decir, la generación de puestos de trabajo para el desarrollo de una actividad económica, es consecuencia de la iniciativa privada, que es la que detecta las oportunidades de negocio que, si dejamos al margen la especulación, suelen caracterizarse por una cierta estabilidad. Es cierto que el Estado puede generar empleo cuando realiza grandes obras de infraestructura (autovías, centrales nucleares, ferrocarriles, etc.), pero eso no es precisamente lo que se está haciendo con el Plan E. Sin embargo, como toman a los ciudadanos por tontos, no dudan en presentar algunas de sus obritas como inversión en infraestructuras. En algunos casos el timo resulta incluso patético: en el folleto que les comentaba, el Ayuntamiento de Elche tiene la desfachatez de calificar la plantación de palmeras para los niños de Elche como “creación de infraestructuras”. Sin comentarios.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Independentismo e independencia

En “España invertebrada” Ortega afirma que "España es una cosa hecha por Castilla", al tiempo que se pregunta cómo sería España si en lugar de haber sido hecha desde Castilla hubiera nacido del impulso de catalanes o vizcaínos. Pues no sé cuál habría sido el resultado, pero quizá conviene empezar a pensar que la mejor forma de consolidar España es que algunos le vean las orejas al lobo.

Probablemente muchos independentistas creen que sus reivindicaciones jamás se realizarán. Como bien dice García Domínguez, columnista de Libertad Digital, esta gente prefiere el independentismo a la independencia, es decir, prefiere ese estado de permanente agitación, de la que el esperpento de Arenys de Mut es una manifestación más, que la realización efectiva de sus proyectos políticos. Yo he llegado a un punto en que empiezo a hartarme de esta cantinela, y a desear una reforma de la Constitución que permita la secesión de las regiones que lo deseen. Quizá esa sería la mejor forma de concienciar a todos los españoles de que todos, no sólo Castilla, somos responsables del destino de España, y de que si no arrimamos el hombro en este proyecto común, en realidad España es un espejismo.

Estoy convencido de que la independencia sería desastrosa para Cataluña, y no estoy seguro de que tuviera efectos positivos en el resto de España. Todo dependería de cómo se articulara esa nueva realidad. La cuestión decisiva en este momento es valorar si no es peor el independentismo, que fomenta la insolidaridad y el espíritu de facción en toda la nación, que la propia independencia. Hay que pensarlo, sobre todo si empezamos a ver que lo Arenys de Mut empieza a imitarse.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Shakira

Musicalmente puedo disfrutar con todo tipo de estilos siempre que tengan un mínimo de calidad, algo que me resulta imposible hallar en la colombiana Shakira. Sus movimientos, supuestamente sexys, son brutalmente bastos, reiterativos y poco originales –mal imita a Madonna-. El último videoclip me la vuelve a mostrar carente de gracia y con la sutil insinuación de una meretriz. Gustosamente me olvidaría de todo ello si fuera una buena cantante, pero es que realmente parece que su peculiar estilo está inspirado en el famoso alarido de Tarzán de los monos. En fin, juzguen ustedes:

http://www.youtube.com/watch?v=4aEW_Z5Va5s

viernes, 11 de septiembre de 2009

Zetapé con patatas

Anda la gente entre indignada y acojonada ante la subida de impuestos que se avecina. Hemos tirado el dinero con campos de fútbol de césped artificial, reparación de goteras en colegios, rotonditas y demás gasto improductivo del Plan E, y ahora viene zetapé a pedirnos el dinero que su gobierno ha derrochado. Rosa Díez lo clavó: la política económica de este hombre es pura basura. Ni más ni menos. Que reflexionen seriamente aquellos que han propiciado la llegada al poder de un incompetente visionario y sectario. Todo comenzó con el “No a la guerra”, siguió con el 11-M y desembocó en otras elecciones ganadas con ese eslogan de “Por el pleno empleo”. Ya ven, nos acercamos al 20% de parados y vamos a enviar más tropas a la guerra de Afganistán. ¿Dónde demonios están los del “No a la guerra”? ¡Qué vergüenza de país!

jueves, 10 de septiembre de 2009

Manos Limpias

Garzón es noticia porque ha tenido que declarar en calidad de imputado por prevaricación. He tenido ocasión de seguir la noticia en dos noticiarios, el de TVE 1 y el de Canal 9. Ambos dan cuenta de que el proceso comenzó con una denuncia del sindicato Manos Limpias, al que ambos medios califican de sindicato ultraderechista. Así, como suena, sin cortarse un pelo. Semejante calificativo ha despertado mi curiosidad. ¿Acaso estamos un sindicato contrario a la democracia? ¿Plantean la expulsión de los inmigrantes? Total, que acabo de visitar su página web (http://www.manoslimpias.es/) para saber algo más de ellos.

En la portada aparece la bandera constitucional de España, y también se pueden leer palabras como igualdad, libertad, justicia y pluralismo político, precisamente los valores superiores que consagra la Constitución española en su art. 1.1. Si hacemos clic en el apartado “quienes somos”, se puede leer que Manos Limpias “tiene como fines la defensa de los legítimos intereses de sus afiliados dentro del Sector Público (Administración del Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y los Organimos de ellas dependientes), del Estado de Derecho y de la transparencia y dignidad de los poderes públicos institucionales. Para ello, interpondremos todo tipo de denuncias, ante las corrupciones políticas o económicas que lesionen el interés publico o general”. Más adelante sigue diciendo “lucharemos siempre por la defensa del orden constitucional de nuestro país, frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo. Por ello, entendemos que los símbolos españoles deben siempre ocupar un lugar fundamental en los lugares físicos donde se ubique la presencia de representaciones de cualquier Administración Pública”. Entre los “comentarios de actualidad” se observa que Manos Limpias propugna que se siga investigando el 11-M, que no se cierre en falso, y que se luche en el terreno judicial contra ETA y los excesos del nacionalismo vasco. Finalmente, hay una relación de las denuncias que han presentado, entre las que cabe destacar, además de la de Garzón, un buen número de casos relacionados con corrupción en ayuntamientos.

Me temo que la conclusión no puede ser más desalentadora: yo también debo ser un ultraderechista, pues creo en la España constitucional y en la defensa de sus símbolos y su honra; tampoco me trago lo del 11-M después de los últimos datos que aportó El Mundo, y no creo que se deba tolerar ni la corrupción, ni los excesos del nacionalismo.