domingo, 24 de enero de 2010

Crisis económica y contexto generacional

Hace tiempo que no escribo sobre la crisis económica en el blog. Es como un nubarrón que flota en el aire y nos sume en un sombrío panorama que termina por resultarnos familiar, aunque no nos acostumbremos a él. Sin embargo, es necesario hablar de ello porque en realidad más que un nubarrón es una nube tóxica que hemos provocado, y que seguirá ahí mientras no se tomen las medidas necesarias para combatirla.

En un artículo que escribí el mes pasado señalaba que la crisis tiene un fundamento moral que se manifiesta en la tolerancia ante la mentira y en la pueril tendencia a eludir la realidad. Me asombra la osadía de Zapatero: negó la crisis cuando era más que evidente y ahora no duda en engañar a los ciudadanos, eso sí, siempre por nuestro bien, ya que “el pesimismo no crea empleo”. La realidad sin embargo siempre se abre camino y está dejando en evidencia a Zetapé, cuya credibilidad es absolutamente nula para cualquier ciudadano medianamente despierto.

Si se sigue por este camino veo muy complicado salir de la crisis a medio plazo, es decir, en un periodo de tres años. Las medidas del gobierno han consistido en aumentar el gasto público para estimular la economía. Es como empujar un coche que se ha quedado sin batería con la esperanza de que el impulso haga que el motor arranque. Pero si la batería está agotada y el motor viejo todo lo que sea persistir en ese empuje será un esfuerzo baldío que terminará dejándonos exhaustos. En lugar de empujar, mejor haremos preparándonos para hacer el camino en un transporte más modesto hasta que podamos comprar un nuevo vehículo o reparar adecuadamente el actual, y asegurándonos de que en este trayecto no falten víveres (subsidios). Si trasladamos la metáfora a la situación española podemos decir que la batería y el motor son los empresarios que con su iniciativa pueden lograr que la economía vuelva a funcionar. ¿Qué medidas se han tomado para facilitar la aparición de nuevos empresarios? Que yo sepa, ninguna significativa; más bien todo lo contrario. Este es el primer problema. El segundo consiste en que las nuevas generaciones carecen de ese espíritu emprendedor imprescindible para que un país prospere. Hemos logrado que los jóvenes quieran ante todo ser funcionarios y así no hay solución que valga.

Cuando el PP ganó las elecciones de 1996 se encontró con la generación del baby boom de los setenta a punto de incorporarse con todo su vigor al mercado de trabajo. No es de extrañar, al margen del acierto de los gobiernos de Aznar, que la población activa aumentase notablemente. Por otra parte, no se jubilaban tantas personas. Hoy nos encontramos con que las generaciones de jóvenes que se deben incorporar al mercado de trabajo son poco numerosas y con escaso espíritu emprendedor, al tiempo que acceden a la jubilación los nacidos en la década de los cuarenta, que supuso una notable expansión demográfica. En definitiva, al margen de la política nefasta de Zetapé, la coyuntura generacional del año 1996 era más favorable para salir de la crisis.

martes, 12 de enero de 2010

Montilla y su chuleta

He sentido una profunda tristeza al ver a este pobre hombre copiar con parsimonia de zote esas seis líneas, ¡seis líneas!, que el magín no le proporciona. La escena es verdaderamente patética. Los segundos transcurren con desesperante lentitud mientras la vergüenza ajena se apodera del espectador que observa el cruel destino de esa magnífica pluma puesta al servicio del iletrado zascandil. Luego está ese hombre (¿el alcalde?) que erguido contempla silente la originalidad del seu president. Finalmente el artista concluye su obra, esconde la muleta (también llamada engaño), y es de suponer que los asistentes aplauden ignorantes de lo que acaba de suceder. Es la perfecta metáfora de España: el mentiroso, el que conoce la mentira y calla, y el vulgo engañado en sus propias narices.

http://www.youtube.com/watch?v=FJCD5kkABBg

miércoles, 6 de enero de 2010

Miguel Bosé

Uno de mis cantantes favoritos es Miguel Bosé. Desde que comenzó allá por 1977 demostró su talento artístico y también su inteligencia, porque hay que ser muy inteligente para ser capaz de evolucionar artísticamente, mejorar tus capacidades, rodearte de excelentes profesionales y encontrar siempre un nicho de mercado. Canta bien, y sobre todo tiene una voz con mucha personalidad. Es un gran bailarín y domina el escenario en todo momento durante sus conciertos (he tenido ocasión de verle dos veces en directo). Finalmente, destacaría también su faceta de compositor. No compone todas sus canciones, pero siempre participa en un buen número de ellas.

A principios de los ochenta temas como “Bravo muchachos” tenían mucho éxito, pero él fue capaz de dar un giro a su carrera –cosa que por ejemplo no supieron hacer gente como Los Pecos- y triunfar con “Amante bandido”, un álbum que rompía con el Miguel Bosé ídolo de quinceañeras que hasta entonces habíamos conocido. A partir de ese momento todos sus discos han tenido un sello personal. Me gusta especialmente “Salamandra”, que incluye excelentes canciones como “Cuando el tiempo quema” o “Amazonas”, además de la famosa “Nena”. Bueno es también el álbum “Los chicos no lloran” que incluye otro clásico, “Bambú”, además de “Manos vacías”, interpretada junto a Rafa Sánchez de La Unión. Mención aparte merece “Bajo el signo de caín”, que fue el disco que protagonizó el primer concierto de Miguel Bosé al que asistí. Nuevamente supuso un estilo diferente. Últimamente ha triunfado con “Sereno” y la sorprendente “Velvetina”, que incluye una canción extraordinaria como “Aún más”.

La faceta pública de Miguel Bosé no me interesa demasiado. No comparto sus ideas políticas –fue uno de los artistas que apoyó públicamente a Zetapé en las últimas elecciones-, pero me parece muy bien que exprese su opinión y defienda sus ideas, al igual que los denostados “titiriteros”. ¿Que lo hacen por interés? Me da igual. Por lo menos son capaces de movilizarse públicamente. Ya quisiera yo que muchos intelectuales hicieran lo mismo.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Rajoy y Núñez Feijoo se empeñan en amargarnos las uvas

Núñez Feijoo y Rajoy han dado un ejemplo en las últimas horas del tipo de alternativa que representa el PP frente al nefasto Zapatero.

Comencemos por el gran jefe (líder es otro cantar). Parece ser que Rajoy aceptará que se incluya en el Estatuto de Castilla-La Mancha el límite de los 6000 hectómetros cúbicos, que supone en la práctica la imposibilidad de trasvasar agua del Tajo al Segura. En su día ya se cometió la estupidez de incluir en la declaración de derechos sin derechos (sí, estupefacto lector, así lo ha dicho el Tribunal Constitucional en la STC 247/2007, de 12 de diciembre, fundamento jurídico 15º) del Estatuto valenciano –sobre el que los valencianos seguimos sin haber podido pronunciarnos en referéndum para nuestro bochorno-, el llamado derecho de los valencianos (y valencianas, ya ven modas estúpidas que copian todos los politiquillos) al agua y al trasvase desde cuencas excedentarias a cuencas deficitarias. Era un brindis al sol que sólo servía para decirle a los de Aragón y Cataluña que nosotros meamos más lejos, y para venderlo bien envuelto a votantes que compran cualquier mercancía, pero todo puro embeleco sin ninguna repercusión práctica. Ahora los de Castilla-La Mancha también quieren que su Estatuto diga algo sobre el agua, tal como hicimos los valencianos, con la diferencia de que parece que ellos están dispuestos a concretar el asunto. No creo que lo hagan porque sería flagrantemente inconstitucional, pero sirve para que el que todavía no se haya enterado se dé cuenta del papelón que está haciendo con este asunto el PP rajoyesco. Y además era absolutamente innecesario, porque el PP sólo tenía que remitirse al plan hidrológico nacional y santas pascuas.

Hablemos ahora del gran Núñez Feijoo que llegó a la poltrona prometiendo acabar con la falta de libertad de los padres para elegir la lengua en la que quieren que se eduque a sus hijos. En la línea pepera de aplicar políticas impropias de un partido que defiende la libertad (fíjense en lo que sucede en Valencia con el valenciano, requisito imprescindible para ser muchas cosas, incluso para los de Orihuela ¡manda huevos el tema!), coquetea con la idea de equilibrar proporcionadamente el castellano y el gallego, e introduce el inglés en la enseñanza más que nada, me parece, para guardar las apariencias y demostrar cierta preocupación por la calidad educativa. No parece entender este buen hombre que no se trata de equilibrar lenguas, sino de respetar derechos de los ciudadanos, y eso no admite equilibrio.

Estos dirigentes del PP tienen obstruido hasta el don de la oportunidad y se empeñan en amargarnos las uvas, pero no lo van a conseguir. ¡Feliz año nuevo, queridos lectores!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

El problema de los smart phones

Estoy convencido de que el iphone y, en general, los smartphones son un gran invento. Sin embargo, hay varias razones por las que no me decido a adquirir uno de estos ingenios. En primer lugar, el hecho de que en un mismo aparato tengas teléfono, internet, email, agenda, radio, etc., es muy útil, pero al mismo tiempo convierte su pérdida en una tragedia, sobre todo por su precio (según he visto difícilmente bajan de 400 euros si se adquieren libres). Yo prefiero, puestos a perder, quedarme sin un teléfono que fácilmente puedo reponer. ¿Se imaginan que se desliza del bolsillo, o que te lo olvidas en no se qué sitio, o sencillamente que se te cae y se rompe? Demasiado valioso, claro que siempre habrá gente que piense que eso no es dinero, pero para mí sí es una cantidad apreciable. En definitiva, amago con la compra, pero no termino de decidirme. A ver si bajan un poquito de precio y entonces doy el paso, si no me encuentro con que los reyes se han acordado de mí.

martes, 29 de diciembre de 2009

Respeto a la ley y equidad

El comentario de Franki (agradezco la felicitación y a su vez felicito el año, ya que la Navidad ha pasado) al post de la sentencia de la señora Carrascosa hace referencia a una cuestión que merece atención. Acertadamente se destaca en el comentario como digno de encomio que en EE.UU las leyes se cumplen, y yo comparto absolutamente esta opinión. Hace pocos meses escribí sobre la importancia que tiene hacer cumplir las sentencias en el post “Sentencias incumplidas, ciudadanos desamparados”. Lo mismo digo con relación al cumplimiento de las leyes: muchos problemas surgen no por falta de una legislación adecuada, sino por la pertinaz falta de voluntad de las correspondientes instituciones para darles cumplimiento.

Dicho esto, quisiera reflexionar brevemente sobre el respeto a la ley y la importancia de la equidad. Lo primero que hay que decir es que no es acertado identificar el derecho con la ley, en contra de lo que habitualmente piensa mucha gente –juristas incluidos-. La ley es un instrumento -sin duda de extraordinaria importancia- al servicio del derecho (lamentablemente no puedo extenderme sobre esta cuestión en este blog). Hecha esta precisión, hay que decir que mediante la ley el legislador trata de regular situaciones con el fin de ordenar correctamente la convivencia social, pero la ley siempre llega tarde, es decir, la realidad puede presentar matices que el legislador no supo o no pudo prever. Esta circunstancia es de especial importancia porque permite comprender por qué en algunos casos la aplicación estricta de una ley puede acarrear una grave injusticia. La equidad supone una desviación de la ley, motivada por razones de justicia, con el fin de dar respuesta a esas peculiaridades del caso concreto que le ley no ha contemplado correctamente. Nuestro Código Civil establece en su art. 3.2 que “la equidad habrá de ponderarse en la aplicación de las normas, si bien las resoluciones de los Tribunales sólo podrán descansar de manera exclusiva en ella cuando la ley expresamente lo permita”. Supongo que a algún lector le inquietará esta irrupción de la equidad. ¿Cuándo estamos ante una desviación de la ley o ante su clara y flagrante vulneración? ¿En qué casos es pertinente que se produzca esa desviación? En este terreno no hay certezas. Hay que atender a cada caso, estudiar la argumentación del juez y valorarla críticamente.

Al margen de los problemas que presenta la propia institución de la equidad, lo que a mi juicio dificulta su puesta en práctica de una manera natural es el progresivo desprestigio de la administración de justicia. Si los ciudadanos tienen la sensación de que la justicia actúa siguiendo criterios políticos o favoreciendo a los poderosos, es lógico que demanden una aplicación estricta e implacable de la ley, pues pueden pensar que la equidad en realidad camufle ventajas para algunos. Ahí quería llegar: hay que ser capaz de conjugar tomarse en serio las leyes, evitar que en modo alguno se piense que nadie está por encima de ellas, con el necesario respeto a la justicia que demanda cada caso concreto y que requiere el indispensable juego de la equidad. Para lograr este objetivo es capital dignificar las instituciones relacionadas con la administración de justicia, algo en lo que España lastimosamente también ha fracasado después de más de treinta años de democracia.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La injusticia se ceba con María José Carrascosa

Aunque no puedo decir que me sorprenda, estoy escandalizado con la condena a 14 años de prisión que se le ha impuesto en Estados Unidos a María José Carrascosa, la valenciana que tras separarse de su esposo norteamericano se trajo a España de manera irregular a su hija. Posteriormente, siguiendo los dictados de la justicia estadounidense, regresó allí, huyó de la justicia, fue detenida y ahora condenada. No pretendo justificar su conducta. Simplemente me parece completamente desproporcionada esa pena, y me parecen fuera de lugar los comentarios del juez al comunicarle la sentencia, y la imagen esposada que se ha difundido en algunos medios, como si fuera una criminal peligrosa. De cumplirse, es prácticamente el tiempo de condena que se cumple en España por un homicidio. Mientras la justicia de ese país ofrezca estas aberrantes muestras de falta de racionalidad, Estados Unidos no podrá formar parte de las naciones más civilizadas del mundo.