El periódico “El País” está recibiendo críticas por otorgar una desmesurada importancia en su edición digital a las filtraciones publicadas por Wikileaks que dan a conocer información secreta de la inteligencia estadounidense, entre ellas algunas que se refieren a España. Llamó especialmente la atención que la noche del domingo esta información ocupara la cabecera del periódico por delante de las elecciones catalanas, cuyos resultados se estaban conociendo en esos momentos. Si el resultado de esas elecciones hubiera sido favorable al PSC muy probablemente “El País” hubiera relegado las filtraciones de Wikileaks a un segundo plano, pero es una hipótesis que me trae sin cuidado, porque, dejando al margen la intención con la que esté obrando este periódico, lo cierto es que es una noticia extraordinariamente importante, y me parece absolutamente descorazonador que se frivolice con este tema refiriéndose a él como cotilleos, o simplemente apuntando que se da a conocer lo que ya se intuía. ¿Realmente son más importantes las elecciones catalanas? A mí desde luego no me lo parece, y escribir un post comentándolas me ha parecido una pérdida de tiempo.
La cacería que se ha puesto en marcha contra Julian Assange, el creador de Wikileaks, es verdaderamente sobrecogedora. Se ve a la legua que Estados Unidos va a por él sin ningún miramiento, y hay gente como ese tal Tom Flanagan que no tiene el menor pudor en afirmar públicamente que debería ser asesinado. Incluso he leído opiniones que señalan que hay que restringir la libertad de información que ejerce Wikileaks porque pone en riesgo a determinadas personas. No sé si eso será así, pero hay que decir que Wikileaks da a conocer información veraz y de interés público de fuentes cuyo anonimato lógicamente preserva. Wikileaks nos ha permitido ver cómo Estados Unidos no ha tenido ningún reparo a la hora de matar inocentes en Iraq (entren en la web y vean el vídeo). Los españoles hemos podido saber que la fiscalía, lejos de defender la legalidad, ha maniobrado para exonerar de responsabilidades penales a quienes mataron vilmente al cámara español de Telecinco, José Couso. Y muchas más cosas. ¿Cotilleos? Es un verdadero escándalo, pero lo más triste es comprobar que la gente ha perdido la capacidad de indignarse y de exigir responsabilidades. Es intolerable que nuestra justicia pueda ceder a las presiones de una potencia extranjera, sobre todo cuando se trata de hacer justicia a un ciudadano español. Lo mismo que aplaudo que “El Mundo” proporcione información que ayude a clarificar el 11-M, me parece digna de alabanza la atención que “El País” está prestando a las filtraciones de Wikileaks. Gracias, Julian.