Eso parece que ha declarado en una charla digital que ha mantenido en el periódico "El Mundo" este nefasto ministro de la primera etapa de Zapatero. No quiero resultar reiterativo, pero es evidente que si cada vez hay menos jóvenes y vivimos más años no hay más remedio que reformar el sistema de pensiones. Si vuelvo a traer a colación este tema se debe a que me parece importante subrayar que Caldera -portavoz del PSOE en el debate sobre la reforma de las pensiones- cita antes la inmigración que lo que debería ser la solución lógica a este gravísimo problema: potenciar la natalidad. Nada debería ser más progresista que favorecer la natalidad, porque sin niños no hay futuro, el tiempo en el que se solaza el progresista. En España se habla de la reforma laboral, de la reforma del sistema financiero, de la reforma del sistema de pensiones, pero se olvida que lo más importante, lo inaplazable, lo urgentísimo es la puesta en marcha de una política de fomento de la natalidad ligada a la protección de la familia. ¿Pero cómo va a apostar por ello un partido para el que la familia no comienza a partir de un hombre y una mujer que habitualmente unidos en matrimonio tienen hijos? Desde luego, soy un auténtico reaccionario. Hombre, mujer e hijos, vaya que sí, menudo carca.
miércoles, 26 de enero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
En la feria de la romería de San Antón
Hoy se celebraba en Elche la romería de San Antón que congrega a la gente más vulgar de esta ciudad vivero del hombre-masa (remito a mi post “Elche, vivero del hombre-masa”) y de otras poblaciones de los alrededores. Llegan, despliegan sus sillitas y neveras portátiles, encienden una fogata en cualquier lugar, y pasan el día comiendo, bebiendo, yendo a la feria y, si les apetece y lo tienen, bendiciendo el pajarito, la iguana o hasta una mosca doméstica, que uno ya no sabe dónde está el límite para bendecir (remito a mi post “Bendiciendo Harleys”).
Al ponerse el sol he salido a disfrutar del fresco y he barzoneado por la feria ambulante instalada para solaz de los romeros. Allí estaba yo sin estar, observando los puestos de churros, los de palomitas, los autos de choque, las tómbolas, los ponis para niños, las grandes atracciones mecánicas voladoras, y, cómo no, los rostros tristes de la gente, las procacidades de las gitanillas y los gritos de algunas parejas con sus hijos como red de tenis. Muchas atracciones estaban paradas sin que nadie se animara a subir. El premio seguro de la tómbola no seducía más que a unos pocos. Sólo los ponis y los autos de choque parecían tener algo de éxito. En una zona reservada para comer, las suculentas viandas veían como se esfumaban sus últimas posibilidades de aterrizar en el estómago de un romero barrigón. La gente pasaba por delante de todo con intención de gastar lo mínimo. Me preguntaba si realmente valía la pena movilizar todo aquello, especialmente si podía resultar rentable pasar horas con grúas y trabajadores para dejar lista una atracción que iba a funcionar un solo día. Me acerqué a un puesto de palomitas y le pregunté a la señora que atendía. La buena mujer me contestó que no, especialmente en un día frío como hoy, pero que qué iban a hacer, que se dedicaban a esto. Ya –pensé-, no es fácil vender los autos de choque, la caravana y reconvertirte laboralmente cuando tienes más de cincuenta años. Una estampa más de la crisis.
Al ponerse el sol he salido a disfrutar del fresco y he barzoneado por la feria ambulante instalada para solaz de los romeros. Allí estaba yo sin estar, observando los puestos de churros, los de palomitas, los autos de choque, las tómbolas, los ponis para niños, las grandes atracciones mecánicas voladoras, y, cómo no, los rostros tristes de la gente, las procacidades de las gitanillas y los gritos de algunas parejas con sus hijos como red de tenis. Muchas atracciones estaban paradas sin que nadie se animara a subir. El premio seguro de la tómbola no seducía más que a unos pocos. Sólo los ponis y los autos de choque parecían tener algo de éxito. En una zona reservada para comer, las suculentas viandas veían como se esfumaban sus últimas posibilidades de aterrizar en el estómago de un romero barrigón. La gente pasaba por delante de todo con intención de gastar lo mínimo. Me preguntaba si realmente valía la pena movilizar todo aquello, especialmente si podía resultar rentable pasar horas con grúas y trabajadores para dejar lista una atracción que iba a funcionar un solo día. Me acerqué a un puesto de palomitas y le pregunté a la señora que atendía. La buena mujer me contestó que no, especialmente en un día frío como hoy, pero que qué iban a hacer, que se dedicaban a esto. Ya –pensé-, no es fácil vender los autos de choque, la caravana y reconvertirte laboralmente cuando tienes más de cincuenta años. Una estampa más de la crisis.
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Sociedad
sábado, 22 de enero de 2011
Fuga de cerebros
Hace tiempo comenté en el blog que España ha atraído una inmigración de escasa o nula cualificación a la vez que no ha sido capaz de dar oportunidades dignas a sus jóvenes más preparados. Subrayo lo de dignas, porque aunque hay licenciados, ingenieros o médicos que pueden encontrar un empleo, algunos salarios no son de recibo. Es una lástima, qué digo lástima, es una auténtica tragedia que España no sepa retener a sus mejores cerebros. Una noticia que hoy publica El Mundo lo confirma: Alemania necesita jóvenes de alta cualificación para seguir creciendo económicamente y pretende reclutarlos de España y de otros países de la Unión Europea. Por lo menos todavía se valora la cualificación de los trabajadores españoles, pero desgraciadamente me temo que en un futuro próximo –fundamentalmente cuando Bolonia (la LOGSE de la educación superior) deje ver sus efectos en nuestros ingenieros- no seremos capaces ni de contar con esos jóvenes altamente cualificados. Resulta verdadermente descorazonador leer una noticia como la que les adjunto mediante un link. No soy de naturaleza pesimista, pero me cuesta ser optimista cuando analizo fríamente la situación de España.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2011/01/22/economia/1295702216.html
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Sociedad
miércoles, 19 de enero de 2011
Mamarrachada en el Senado
El espectáculo de los senadores subrayando su particularidad regional a través del uso de la lengua propia de su región mientras buena parte de la cámara recurre al traductor es todo un esperpento. Me pregunto qué tiene que ver que el Senado sea la cámara de representación territorial con el uso de lenguas distintas del español. ¿Acaso el uso del español como lengua común menoscaba la rica pluralidad de España? Realmente patético, y absolutamente indecente que se gaste dinero en esta mamarrachada con la situación que estamos viviendo. No obstante, adelante, que cada cual hable en la lengua que estime oportuno, pero sin traducción de ningún tipo. Allá ellos si no se entienden.
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Actualidad política
martes, 18 de enero de 2011
A favor de la ley "antitabaco"
La entrada en vigor de ley “antitabaco” ha provocado un debate interesante. El argumento decisivo de los contrarios a esta ley es su carácter marcadamente paternalista y, por consiguiente, absolutamente contrario a la libertad. En una tertulia televisiva, Mario Conde utilizó este argumento señalando que lo decisivo es evitar que en un local abierto al público nadie sea perjudicado por el humo en contra de su voluntad. Si el posible cliente es informado de que en un local se permite fumar, cuando entra y respira el humo lo hace voluntariamente y, por tanto, el legislador no debería interferir en esa decisión absolutamente personal, al igual que no interfiere en la decisión de cualquier persona de fumar al aire libre o en su casa. En apariencia el argumento es sólido, pero apenas se analiza la realidad social es perfectamente posible darse cuenta de su debilidad.
La apariencia de solidez viene dada porque parece innegable que la persona que no fuma goza de libertad para entrar o no entrar en el local en cuestión. Sucede, sin embargo, que cuando la ley otorga la posibilidad de que el dueño decida si se puede fumar o no la gran mayoría de los bares –lo hemos visto todos estos años- decide que sí se puede fumar, porque tienen la convicción de que esa decisión les resta menos clientes, debido a que los no fumadores, pese a que no les guste demasiado que se fume a su lado, seguirán entrando y consumiendo. Si se prohíbe fumar, en cambio, creen que podrá más el vicio que el deseo de consumir.
La ley antitabaco protege a los no fumadores que no hemos tenido más remedio que transigir pacientemente con una realidad social que desde el principio se amoldó al vicio, pese a que resultaba molesta y absolutamente insalubre. Es cierto que si no queríamos tomar un café en el bar de la Facultad apestado de humo de tabaco éramos muy libres de traernos el termo de café de casa y tomárnoslo al aire libre; tampoco nadie nos obligaba a ir a ver un partido de fútbol y tragarnos el humo del puro del vecino; por no decir que podíamos quedarnos en casa y prescindir de bares y restaurantes en los que el cigarrillo del de la mesa de al lado te amargaba la cena. Quienes no fumamos nos hemos visto siempre en la tesitura de tener que ceder nuestra salud y nuestra comodidad para realizar muchísimas actividades sociales. ¡Menuda libertad! El legislador ha acabado con esta farsa. Ya era hora.
La ley antitabaco protege a los no fumadores que no hemos tenido más remedio que transigir pacientemente con una realidad social que desde el principio se amoldó al vicio, pese a que resultaba molesta y absolutamente insalubre. Es cierto que si no queríamos tomar un café en el bar de la Facultad apestado de humo de tabaco éramos muy libres de traernos el termo de café de casa y tomárnoslo al aire libre; tampoco nadie nos obligaba a ir a ver un partido de fútbol y tragarnos el humo del puro del vecino; por no decir que podíamos quedarnos en casa y prescindir de bares y restaurantes en los que el cigarrillo del de la mesa de al lado te amargaba la cena. Quienes no fumamos nos hemos visto siempre en la tesitura de tener que ceder nuestra salud y nuestra comodidad para realizar muchísimas actividades sociales. ¡Menuda libertad! El legislador ha acabado con esta farsa. Ya era hora.
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Sociedad
sábado, 15 de enero de 2011
"El tiempo entre costuras"
En los últimos meses he escuchado una cuña publicitaria de radio en la que se recomendaba un libro, cosa insólita en estos tiempos en los que cada vez hay menos afición a la lectura. El libro en cuestión era “El tiempo entre costuras”, de María Dueñas, y casualmente lo estaba leyendo. Aunque tenga buenas críticas, no hay que engañarse pensando en que estamos ante la irrupción de una gran escritora y de una novela verdaderamente sobresaliente. Entretenida, bien ambientada, bien estructurada, y correctamente escrita. Lo cual no es poco. Los personajes, sin embargo, carecen de profundidad, incluido aquellos que no son de ficción, tales como Juan Beigbeder o Ramón Serrano Suñer. Quizá su mayor interés radique en que ofrece una pincelada sobre la vida en ciudades del protectorado español en Marruecos (Tetuán y Tánger) durante la Guerra Civil. Llama la atención lo extraordinariamente cosmopolitas que llegaron a ser algunas ciudades del norte de África bajo control europeo en la primera mitad del siglo XX.
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Libros
viernes, 14 de enero de 2011
¡Me han dado la hipoteca!
José Mota dio en el clavo con ese gag en el que un individuo sale feliz de un banco exclamando “¡Macho, que me han dao la hipoteca!”. Este genial humorista sintetiza en esa frase y en la alegría que la acompaña la realidad española de los últimos tiempos. Los españoles nos endeudábamos y éramos felices al hacerlo, aunque ello supusiera estar pagando durante los próximos treinta o cuarenta años de nuestra vida. En realidad no se pensaba en esos años, porque se estaba en la creencia de que nuestra casa siempre valdría más en el futuro y vendiéndola incluso ganaríamos dinero.
Ayer me vino a la cabeza ese gag al observar la alegría con la que gobierno y ciertos economistas recibían la noticia de la "colocación" -ojo a la palabra que se utiliza para camuflar la realidad- de 3.000 millones de euros de deuda pública por parte de España a un interés superior al 5%. Nos prestan dinero con el que afrontar gastos, lo cual es positivo porque de lo contrario iríamos directamente a la quiebra, pero no deberíamos ignorar que seguimos engordando la bola de nieve que compromete nuestro futuro próximo. Hay que empezar a crecer porque así no se puede seguir mucho más tiempo. Antes, Zapatero solía justificarse diciendo que estábamos ante una crisis internacional, lo cual era cierto. Sin embargo, estamos viendo que Alemania este pasado año ha crecido más del 3%, así que ya no hay excusas. Zapatero ha fracasado estrepitosamente, y si tuviera algo de dignidad dimitiría y convocaría elecciones. Evidentemente no lo hará, pero su final está a la vuelta de la esquina.
Me pregunto cómo afrontará el PP el reto que tiene ante sí una vez gane las elecciones. En buena medida dependerá de cómo quede el PSOE después de Zapatero, pues probablemente serán necesarios importantes pactos de Estado. Pienso que la gran derrota del PSOE que se avecina, unida a la debacle socialista en Cataluña, puede ser un momento muy oportuno para reorientar ese partido. No tengo, sin embargo, mucha esperanza en ello.
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Actualidad política
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