Hace dos días, el informativo televisivo de Antena 3 que se emite a las 15:00 horas abrió con estas dos noticias: el juicio de Rubiales y, pásmense (o quizá no), el tocamiento sexual de Mapi León (futbolista) a una futbolista rival en un lance del juego. Impresionante. Este criterio periodístico de considerar que estas son noticias de gran trascendencia pública dan la imagen de que la sociedad española es puritana e inquisitorial. Sin embargo, no es verdad. La gente está harta de todo esto. No es de recibo la trascendencia que se le está dando a la estupidez cometida por Rubiales y convendría dejar estas noticias en un segundo plano.
jueves, 13 de febrero de 2025
miércoles, 29 de enero de 2025
Conocimiento y sabiduría
En uno de los capítulos más interesantes de su excelente libro El monje y el filósofo, Matthieu Ricard y su padre, Jean François Revel, distinguen entre conocimiento y sabiduría. La sabiduría implica una transformación interior orientada a la práctica de las virtudes que reconocen todas las grandes tradiciones espirituales. Para alcanzar dicha sabiduría transformadora el conocimiento teórico de la verdad no basta; la sabiduría requiere experimentar esa verdad, lo cual nos sitúa ante el problema de la “técnica espiritual”. Las hay tan diversas como los ejercicios de contemplación propios de la mística cristiana o las prácticas meditativas budistas, por poner sólo dos ejemplos. También en psicología parece que el psicoterapeuta orienta al paciente para que alcance por sí mismo un “insight”, es decir, un momento en que el paciente “ve” -pero no de forma teórica- algo que antes se le ocultaba y que constituye la palanca que le permite introducir cambios en su vida o superar un problema psicológico.
Tener un encuentro experiencial con la verdad es un asunto fascinante que requiere un esfuerzo de escucha, estudio y reflexión seguido de una práctica contemplativa constante y bien dirigida. Y ni siquiera así es suficiente: hay que ser humilde y reconocer que los "encuentros" más significativos son una concesión, una "gracia" que se recibe y no se conquista. Esos momentos son una vivencia interior comunicable, aunque quien la escuche no quedará precisamente impresionado. Al contrario, el relato de ese encuentro puede parecer incluso banal debido a que la situación es una verdad que se comprende fácilmente desde un plano intelectual, pero cuya hondura sólo percibe el protagonista de la vivencia interior. En ocasiones, el encuentro no se logra mediante una práctica constante que facilite la introspección. Al comienzo de su conocidísimo libro “El poder del ahora”, Eckhart Tolle cuenta que su vida era pura desdicha y que se hallaba al borde del suicidio. Una noche, cuando el sufrimiento era más intenso, un pensamiento llegó a su mente: “No puedo seguir viviendo conmigo mismo”. En ese preciso instante Tolle se dio cuenta de que la capacidad de observarse a sí mismo implicaba dos "yo": el “yo” doliente cuya vida era desdichada y el "yo" capaz de contemplar a la persona Tolle que a partir de ese momento se le representaba como un "personaje". Él comprendió que su "yo" más auténtico era la conciencia pura contemplativa, un “insight” profundamente liberador que le condujo a que su vida cambiara por completo. Desde entonces se ha convertido en un maestro espiritual con millones de seguidores en todo el mundo.
Yo no he vivido nada parecido a una experiencia de ese tipo,
pero sí he tenido algún encuentro experiencial con la verdad que me ha servido
para entender qué quieren significar quienes advierten de que no hay que confundir el conocimiento con la sabiduría. Me sucedió hace más de treinta años. Una mañana debía coger un autobús para irme
de viaje y ello me generaba cierta inquietud. Como todavía disponía de tiempo,
decidí realizar un sencillo ejercicio de atención a la respiración que comenzaba observando sin juzgar los
sonidos y los objetos que me rodeaban. En un determinado momento percibí
claramente cómo la quietud de cada uno de esos objetos contrastaba con mi
agitación interior. Me daba cuenta de que si hubiera desaparecido en ese mismo
instante los objetos hubieran seguido allí, inertes, totalmente ajenos a mí y a
cualquier tribulación. Es obvio, ¿verdad? Pese a lo ridículo que pueda parecer,
ese “insight” se me quedó grabado porque aprendí por experiencia directa que el
estado mental tiñe el mundo exterior, condiciona nuestra manera de percibirlo.
La situación que acabo de narrar se produjo en un momento de introspección, de contemplación. Lo subrayo porque, como apuntaba al principio, ese es el camino más seguro que conduce a la sabiduría. Es posible ir en busca del conocimiento e incluso de la verdad y tener éxito. Pero serán éxitos poco profundos, aunque resulten vistosos y redunden en el reconocimiento social. También la sabiduría se puede buscar, pero el camino es muy distinto: se trata de aproximarse a la verdad sutilmente, dejando que se exprese. Por ello, la arrogancia o la impaciencia son incompatibles con la sabiduría. Hay que ser muy cuidadosos cuando se trata de quitar el “velo” que cubre la verdad y acercarse a ella con humildad, con amor, porque se busca la verdad para lograr esa transformación que sólo puede ser fruto de la virtud, conscientes de nuestras evidentes limitaciones, aunque estando sumamente agradecidos precisamente por ser conscientes de esas limitaciones. Ahí está el “sólo sé que no sé nada” socrático que por encima de todo invita a la humildad y a la gratitud.
viernes, 29 de noviembre de 2024
El preocupante desinterés de los estudiantes universitarios hacia la política
En los últimos años de la vida de Franco la Universidad representó un foco de resistencia contra la dictadura. Los estudiantes estaban interesados en la política y motivados para movilizarse contra el régimen, como así hicieron muchos de ellos. Más de cuatro décadas después resulta desolador comprobar el desinterés de la mayoría de los estudiantes universitarios por la política, precisamente en un momento de máxima gravedad, puesto que hoy gobierna España alguien que cada día demuestra que no tiene escrúpulo alguno en aferrarse al poder, pese a todos los escándalos de corrupción que le señalan.
Les podrá parecer increíble, pero hay estudiantes que no
saben quién es Víctor de Aldama o Juan Lobato. No leen los periódicos, pese a
tener acceso a medios en la palma de la mano a través de su móvil. Ese
alejamiento de la política podría ser comprensible por el asco que da ver que
en nuestro país mandan demasiadas personas inmorales e incapaces. Sin embargo, esa
reacción debería ser posterior a conocer lo que está pasando. No tienen ni idea, ni les preocupa, porque, entre otras cosas, nadie les ha dicho que ser ciudadano entraña una responsabilidad
moral de la que ellos han dimitido.
lunes, 18 de noviembre de 2024
¿Quién se anima a fundar el Partido Regionalista de la Comunidad Valenciana?
La realidad de la política española muestra inequívocamente que los ciudadanos de comunidades autónomas que disponen de partidos políticos capaces de influir en la política nacional logran ventajas para sus regiones. Tienen capacidad de poner en práctica unos chantajes absolutamente miserables. Siempre he abogado por un sistema en el únicamente accedan al Congreso de los Diputados partidos con implantación nacional con el fin de evitar este espectáculo vergonzoso. Sin embargo, nunca hay que confundir los deseos con la realidad, y en política mucho menos. Recuerdo a Vicente González Lizondo, fundador de Unión Valenciana, partido que aspiraba a ser la Convergencia i Unió de nuestra comunidad. Hoy, afincado en Alicante, lo veo todavía más claro: urge un partido regionalista valenciano con implantación en las tres provincias. La denominación es importante. Quizá PCV, partido regionalista de la Comunidad Valenciana. Aunque desde Valencia no se entienda, conviene hablar de Comunidad Valenciana y no de Valencia o “valenciano” a secas, porque ello genera rechazo en Alicante.
domingo, 17 de noviembre de 2024
Los tres errores inhabilitantes de Mazón
En la comparecencia del viernes en las Cortes Valencianas, Mazón destacó sobre todo que la información que recibió la Generalitat de la Confederación Hidrográfica del Júcar no permitió calibrar la gravedad de la riada en la rambla del poyo. Dijo exactamente lo mismo que he escrito en las últimas entradas del blog, incluso se refirió al aviso de las 12:20. Su mensaje, por tanto, fue que la principal responsabilidad de que Emergencias de la Generalitat no avisara a tiempo a la población de una forma clara y directa corresponde a la Confederación y, en consecuencia, al Ministerio que dirige Teresa Ribera. Sin embargo, siendo cierto que la Confederación centró su atención en la presa de Forata y no en el barranco del poyo, hay tres errores de Mazón que resultan inhabilitantes.
En primer lugar, durante una alerta roja no estuvo en su
puesto en los momentos clave. Dijo algo absolutamente incomprensible: estaba informado de la
situación y por eso no canceló su agenda. Es una afirmación que dudo de que sea
cierta, pero, de serlo, no se entiende semejante torpeza política. Si la
Confederación no estaba ofreciendo la información adecuada, difícilmente podía
conocer la gravedad de la situación, lo cual no le exonera de su
responsabilidad; pero, si lo sabía, de inmediato debía haber cancelado su agenda
para personarse en el puesto de mando y seguir el funcionamiento del operativo
requiriendo cuanta información hubiera sido precisa, sobre todo de la
Confederación. Y qué decir del misterio que rodeó esa comida, primero privada y
luego “de trabajo”.
En segundo lugar, dedicó mucho tiempo de su intervención a
explicar que la catástrofe alcanzó unas dimensiones brutales, queriendo decir
con ello que no se podía estar preparado para las consecuencias de unas precipitaciones
que excedieron todas las previsiones. Cierto, y precisamente por ello no se
puede entender que no decretara la alerta 3 y se solicitara la emergencia
nacional para que el gobierno de la nación asumiera el mando.
En tercer lugar, ha quedado muy claro que la
consellera de Interior no tenía la preparación
adecuada ni, una vez nombrada, fue capaz de estudiar lo necesario para asumir sus responsabilidades con la diligencia exigible. Las dudas respecto al mensaje a enviar, su falta de iniciativa a la hora de requerir informaciones y su desconocimiento del sistema de alertas a móviles dejan patente su incompetencia. Mazón ha confiado la seguridad de los ciudadanos
a alguien sin la debida cualificación y debe responder por ello.
Los errores de Mazón le inhabilitan. Una pena, porque creo
que estaba gobernando bien. En la situación actual no sé si sería posible y deseable
su inmediata sustitución, pero carece de futuro político incluso si es capaz de
liderar la reconstrucción. Pienso que el PP no debería desviar la atención, sino
reconocer los errores cometidos y, si no fuerza su sustitución inmediata, ir
buscando alguien que lidere el partido en la Comunidad Valenciana. Es
lamentable que los cinco millones de valencianos no seamos capaces de contar
con políticos competentes.
domingo, 10 de noviembre de 2024
¿Qué hizo el Ayuntamiento de Paiporta tras el aviso de la Generalitat de las 12:20?
La ira y la pereza hacen que muchos exaltados busquen rápidamente un culpable -a ser posible un único culpable- de la catástrofe. La izquierda se ha lanzado a por Mazón, como era de esperar, y este se lo ha puesto fácil con su incapacidad para cancelar su agenda y centrarse en seguir la evolución de la emergencia. Hay que tratar de no dejarse arrastrar por bulos y campañas de descrédito y buscar datos significativos. A día de hoy sigo perplejo con el aviso dado por la Generalitat a las 12:20 del martes 29. Se trataba de una “Alerta hidrológica en rambla del poyo” destinada, pues, a los municipios ribereños, entre ellos Paiporta, con alcaldesa socialista. Si leen el aviso, insisto, no se habla en absoluto de lluvias, lógico, pues el aviso tenía su origen en información proporcionada por la Confederación Hidrográfica del Júcar, no por la AEMET, y se habla de "caudal".
Estoy intentando enterarme de qué medidas adoptó el Ayuntamiento de Paiporta para proteger a sus vecinos, ya que se pedía a los municipios ribereños que adoptaran medidas preventivas. De momento, he visto que pocos minutos más tarde el Ayuntamiento de Paiporta publicó un tuit en X a las 12:47 en el que se decía lo siguiente: “Aviso importante: riesgo de lluvia extrema! Debido a las intensas lluvias pronosticadas y para garantizar la seguridad, parques, polideportivo y cementerios permanecerán cerrados”. No salgo de mi asombro. El aviso de Emergencias era por riesgo de riada, al margen de por fuertes lluvias, del que ya venía advirtiendo la AEMET. Las medidas preventivas que adoptaron fueron cerrar parques, polideportivo, ¡y el cementerio! Este último es de traca: el lugar más concurrido del pueblo. Increíble. ¡No cerraron tiendas, no cerraron las calles adyacentes a la rambla, no dijeron que no cogieran el coche y se quedaran en sus casas! Me aventuro a pensar que quizá en el Ayuntamiento interpretaron que una "alerta hidrológica" es una alerta por lluvias y no por riesgo de desbordamientos. Y, claro, como no llovía...
A falta de mayor información, de momento, veo que la alcaldesa de Paiporta, que pasa por ser víctima de falta de información, no adoptó las medidas contundentes que podía y debía adoptar para proteger a sus vecinos. Pero, claro, es más fácil echarle la culpa a Mazón.
viernes, 8 de noviembre de 2024
Indagando en las responsabilidades de la catástrofe sin olvidar lo importante
Sigo leyendo y escuchando las versiones de los políticos que tratan desesperadamente de evitar que el marrón de la responsabilidad les alcance. Es evidente que Mazón no valoró bien la gravedad de la situación, porque debería haber estado presente físicamente y al frente del operativo de emergencias para pedir toda la ayuda necesaria. Ello no exonera al gobierno de la nación, ya que disponía de información proporcionada por un organismo que depende del Ministerio de Transición Ecológica, la Confederación Hidrográfica del Júcar, que para mí sigue siendo quien debe proporcionar la información decisiva para poner en marcha las alertas.
Se observa que los responsables políticos de la Generalitat,
Consellera de Interior y Presidente, carecieron de la iniciativa y los reflejos
necesarios que la situación requería, pero, aún así, he observado que la
Generalitat trasladó con toda claridad una información que debía haber servido
para que se adoptaran medidas en los municipios afectados por la gran riada de
la rambla del poyo. En concreto, he leído una alerta emitida el martes a las
12:20 que, como se puede ver en esta noticia -que incorpora la alerta- (https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2024/11/08/catorce-horas-anatomia-crisis-111482700.html), respondía a una información proporcionada por la Confederación
Hidrográfica del Júcar.
Esta alerta no llegó directamente a los móviles de los
ciudadanos, pero era visible para todo aquel que quisiera enterarse. Los alcaldes
de los municipios afectados la conocían: se les estaba advirtiendo de que ese
barranco era un peligro. Luego se puede ver que la Confederación fue informando
del descenso del caudal y señalando que el verdadero peligro estaba en el
embalse de Forata, pero la alerta en la rambla del poyo seguía activa.
Emergencias reaccionó tarde a la información de la Confederación emitida a las
18:43, pero los alcaldes por donde pasa la rambla del poyo no deberían haber
esperado a ver llegar la riada, porque en la propia alerta se les pide a las
12:20 “adoptar las medidas preventivas
pertinentes para evitar el acceso a las riberas de las personas”. Quizá
esté equivocado, pero yo vi a personas que iban en coche por las calles cuando
llegaba el agua. ¿Acaso la policía local del municipio no tuvo seis horas para
evitar esa situación? Me parece que no falló sólo la Generalitat como pretende
hacerse creer a los ciudadanos. Todos, también los ciudadanos, debemos asumir
nuestra responsabilidad cuando estamos en alerta y mantener una conducta
activa, informarnos, y actuar en consecuencia.
Ahora nos encontramos con que la izquierda -como siempre- se ha lanzado a ganar la batalla por el relato y la derecha intentará defenderse. Unos y otros se echarán la mierda encima. Es verdad que uno puede indagar en quién tiene razón, como yo mismo estoy intentando hacer, pero incluso si todos hubieran actuado con la máxima diligencia no hubiera sido posible evitar la catástrofe. Difícilmente no habría habido muertos y cuantiosos daños materiales. Ante tanto dolor y sufrimiento no debemos alegrarnos, porque ello denotaría una indecente falta de sensibilidad, pero estas catástrofes ayudan a ver perspectivas de la realidad que permanecen ocultas y a ejercitar virtudes imprescindibles para el crecimiento personal. Se dice que los jóvenes se están volcando en las tareas de ayuda y voluntariado. Es estupendo que muchos de ellos salgan del bucle de las redes sociales y la vida virtual en el que se hallan instalados y tomen contacto directo con la realidad para comprobar que la vida que conocían puede cambiar en cuestión de segundos. Por otra parte, todos los que no hemos sido directamente afectados nos equivocaríamos pensando que esto no va con nosotros. Esto le podría haber pasado a cualquiera y es una obligación moral ayudar en la medida de las posibilidades de cada cual.