Un mensaje claro puede ser la clave del éxito en muchas facetas de la vida, pero en política resulta indispensable. En 1982 todo el mundo entendió qué significaba el “Por el cambio” del PSOE. Este fin de semana el PP ha vuelto a defraudar con su enésimo intento de remontar el vuelo y encontrarse a sí mismo como partido de oposición. Es verdaderamente desalentador que el titular que Rajoy ha ofrecido hoy lunes a los periódicos sea esto del nuevo patriotismo. La primera reacción es “¿qué quiere decir eso?”. Nadie lo entiende a la primera, y eso es malo. Pero el verdadero problema que tiene este hombre a estas alturas es su falta de credibilidad. Sus decisiones de la pasada legislatura en materia estatutaria, junto al actual proceso estatutario de Castilla-La Mancha han permitido a Rosa Díez afirmar a los cuatro vientos que UPyD es el único partido que tiene un mismo discurso en toda España. Es verdad y por eso muchos le vamos a dar una oportunidad. Porque aunque Feijoo apele al voto útil y diga que votar UPyD es votar socialismo y nacionalismo, la gente intuye que es más útil apostar decididamente por un partido como el de Rosa Díez que confiar en el nuevo patriotismo de un tipo como Feijoo. No hay más que ver cómo se discriminó el castellano en Galicia mientras gobernaba el PP para darse cuenta de la utilidad que tiene votar al PP.
lunes, 26 de enero de 2009
viernes, 23 de enero de 2009
Ante la crisis, liberalismo y comunitarismo
Ante esta gran crisis se produce un fenómeno curioso. Por una parte, en lugar de pensar que la solución es refundar el capitalismo, tesis que implícitamente parece querernos decir que el Estado debe recuperar un papel protagonista, es fundamental reformar estructuralmente nuestra sociedad para volver a beneficiarnos del liberalismo y de la economía de mercado. Pero mientras el individualismo liberal es el único sistema económico capaz de generar bienestar, las respuestas a las tragedias sociales que genera la crisis requiere una visión organicista o comunitarista de la sociedad en la que la compasión y la solidaridad orienten la acción de los poderes públicos y de los ciudadanos. Así, mientras acometemos esas reformas estructurales que apuntaba, es fundamental organizar tareas de apoyo mutuo para mitigar el sufrimiento de tanta gente que se está viendo afectada por la crisis. Una vez más nos debemos dar cuenta de que en nuestro mundo las disyuntivas son frecuentemente disyuntivas falsas. No se trata de elegir entre liberalismo y comunitarismo, sino de articularlos adecuadamente.
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Sociedad
viernes, 16 de enero de 2009
"Cumbres borrascosas" y el pesado elefante de Saramago
Estas Navidades, a pesar de la gripe que nos atacó con dureza, pude disfrutar de la lectura con “Cumbres Borrascosas” de Emily Brontë. Sencillamente impresionante cómo esta autora es capaz de crear esa atmósfera donde la antipatía, el odio, la venganza, el amor, el resentimiento y tantas otras pasiones se expresan con una intensidad inaudita. Una gran novela que con razón hay que considerar un clásico.
También comencé a leer “El viaje del elefante”, la última novela de José Saramago, que mi mujer me había regalado con toda su ilusión. Ella sabe que me gusta este escritor, al menos “Todos los nombres”, “La caverna” y “Ensayo sobre la ceguera”, que son las tres que he leído, me parecen excelentes. Por eso quería comprar esta nueva novela en la que esperaba a un gran Saramago, especialmente porque hacía poco tiempo que estuvo al borde de la muerte y esas experiencias indudablemente deben marcar. Pues bien, mi decepción está siendo mayúscula. A trancas y barrancas voy por la página 190. Insufrible, de verdad. La calidad literaria de Saramago está ahí, pero no hallo en esta novela más que agudas, irónicas y atinadas observaciones sobre el comportamiento de los personajes que participan en el traslado de un elefante desde Lisboa a Viena. Claramente insuficiente. Ni punto de comparación con las novelas que he citado anteriormente. No me gusta dejar los libros inacabados. Sólo he sido incapaz de acabar “La prueba del laberinto” de Sánchez Dragó, y “Memorias de África” de Isak Dinesen. Insufrible el primero, e insoportablemente pesadas las 30 primeras páginas del segundo. El libro de Saramago es tan pesado como su elefante.
También comencé a leer “El viaje del elefante”, la última novela de José Saramago, que mi mujer me había regalado con toda su ilusión. Ella sabe que me gusta este escritor, al menos “Todos los nombres”, “La caverna” y “Ensayo sobre la ceguera”, que son las tres que he leído, me parecen excelentes. Por eso quería comprar esta nueva novela en la que esperaba a un gran Saramago, especialmente porque hacía poco tiempo que estuvo al borde de la muerte y esas experiencias indudablemente deben marcar. Pues bien, mi decepción está siendo mayúscula. A trancas y barrancas voy por la página 190. Insufrible, de verdad. La calidad literaria de Saramago está ahí, pero no hallo en esta novela más que agudas, irónicas y atinadas observaciones sobre el comportamiento de los personajes que participan en el traslado de un elefante desde Lisboa a Viena. Claramente insuficiente. Ni punto de comparación con las novelas que he citado anteriormente. No me gusta dejar los libros inacabados. Sólo he sido incapaz de acabar “La prueba del laberinto” de Sánchez Dragó, y “Memorias de África” de Isak Dinesen. Insufrible el primero, e insoportablemente pesadas las 30 primeras páginas del segundo. El libro de Saramago es tan pesado como su elefante.
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Libros
jueves, 8 de enero de 2009
...y el remedio a la crisis es preparar oposiciones de secundaria
Es verdaderamente desalentador comprobar los estragos que está causando la crisis. Pienso en el sufrimiento de tanta gente y me pongo malo. Y peor es ver cómo en lugar de extraer enseñanzas y rectificar el rumbo se permanece y persevera en el error. Hoy me comentaba un compañero que tiene un amigo que trabajaba de jefe de planta en una importante empresa auxiliar del calzado y acaba de ser despedido. Se trata de una persona con un nivel de formación alto por lo que uno pensaría que o bien podría encontrar otro empleo, o quizá podría optar por crear su propia empresa. Sin embargo, ya ha empezado a preparar oposiciones de secundaria. Hace poco conocí de primera mano un caso idéntico. Un vecino de alta formación se quedó en el paro y preparó oposiciones de secundaria. No aprobó, pero su alta nota le permitió entrar como interino, lo cual allana el camino para futuras convocatorias. Escucho estas historias y no puedo evitar pensar que así no vamos a ningún lado.
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Sociedad
lunes, 29 de diciembre de 2008
Ante el conflicto palestino-israelí
Como suele ser habitual, ante las hostilidades abiertas entre Hamas e Israel en España lo políticamente correcto es condenar enérgicamente la desproporcionada respuesta que Israel ha dado a la ruptura del alto el fuego por parte de Hamas. La cuestión es complicada porque ciertamente la respuesta a una agresión exige la proporcionalidad, pero también parece razonable adoptar medidas que eviten que la agresión se reproduzca y perpetue, lo cual a su vez exige también actuar con mesura. Nadie ignora que Hamas utiliza las víctimas civiles causadas por los ataques israelíes para mostrar al mundo la maldad hebrea, y también para clamar por la unidad de acción islámica frente a Israel. Difícil alcanzar una solución, pero por lo menos seamos conscientes de la grave responsabilidad de los terroristas de Hamas por no cesar en sus ataques a Israel. Naturalmente que es penoso que mueran inocentes, pero la única solución pasa por garantizar absolutamente el derecho de Israel a existir y a vivir en paz, exigiendo a su vez a Israel que se retire de los territorios ocupados y permita la creación del Estado palestino. A mi juicio, el principal problema para que esto sea posible radica en que hay palestinos que sueñan con la posibilidad de derrotar a Israel en una gran guerra santa que involucre a todos los musulmanes. En España sin embargo sale más rentable simplificar la cuestión y meterse con Israel.
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Actualidad política
sábado, 27 de diciembre de 2008
Sentencias ignoradas, ciudadanos desamparados
Estamos llegando a una situación en la que conocer lo fallado por el Tribunal Supremo en una sentencia firme nos deja indiferentes ante la casi absoluta certeza de que lo decidido no se aplicará si el poder político así lo quiere. Semejante situación es desconcertante y descorazonadora. Fíjense que acabamos de saber que el Tribunal Supremo ha estimado en una reciente sentencia que la Generalitat de Catalunya incumple la ley de política lingüística. En consecuencia, el Tribunal obliga a la Generalitat a ofrecer a los padres la posibilidad real de educar a sus hijos en castellano. Pues bien, estoy convencido de que la gran mayoría de los ciudadanos que hayan leído esta noticia saben que nada va a cambiar en Cataluña por mucho que lo diga el Tribunal Supremo. Les pondré otro ejemplo que hace tiempo comenté en el blog. El Tribunal Supremo ordena en sentencia firme deshacer las obras de “rehabilitación” del teatro romano de Sagunto. Pues bien, como es evidente, la Generalitat Valenciana está incumpliendo la sentencia sin que nadie se escandalice. Sin embargo, cuando las sentencias firmes de los tribunales son impunemente ignoradas es patente que no vivimos en un sano y vigoroso Estado de Derecho.
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Actualidad política
miércoles, 24 de diciembre de 2008
El comunicado de la familia Uría
Me ha resultado vergonzoso el comunicado de la viuda y los hijos de Uría, el empresario asesinado por ETA hace pocas semanas. Vienen a lamentar que ser nacionalista vasco no sea suficiente para poder vivir en libertad en “Euskalherría”. En coherencia con ello, no sorprende que interpreten el asesinato de su padre y marido como “echar piedras contra el propio tejado” (sic). Aunque a nadie puede sorprender la miseria y ruindad moral del nacionalismo vasco a estas alturas, este comunicado viene a confirmar que la connivencia con ETA sigue vigente entre los nacionalistas aunque alguno de los suyos llegue a convertirse en víctima de ETA (se pone cara seria y se le sustituye en la partidita de cartas). El comunicado de esta familia es enfermizo. Todo él destila una perfecta comprensión del fin que persiguen los terroristas, el mismo que el que perseguía su víctima, pues no en vano la familia se esfuerza en subrayar que era un nacionalista vasco. La expresión de “echar piedras contra el propio tejado” lo dice todo. Las piedras, se entiende, hay que echarlas a la casa del vecino. No hay que confundirse y privar de libertad a los miembros del pueblo que se pretende liberar. Se critica el medio, el instrumento, no tanto porque se condene la violencia, sino porque se utiliza contra un hijo del pueblo vasco, y se admite sin ambages el fin último de lograr la soberanía del pueblo vasco. Parece claro que la familia Uría no quiere renunciar a la partidita de cartas en el pueblo y condenan por la via de lo políticamente correcto en el País Vasco. Si no fuera porque no se puede dejar tirada en manos de esta gentuza a los vascos de bien de buena gana les daba yo la independencia. Eso sí, total, sin medias tintas.
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