Me cuenta mi padre una situación que vivió durante su luna de miel en París, en el año 56. En la capital francesa residía exiliado un tío abuelo mío, un importante político republicano que había decidido no regresar a España en tanto Franco no la diñara. Franco y él habían nacido el mismo año, así que era un reto a ver quién aguantaba más. Finalmente, Franco le sacó unos cinco años de ventaja y tengo a mi tío enterradito en París. Mientras estuvo allí, mis padres y otros parientes se beneficiaron de su hospitalidad. Al llegar a París les esperaba un coche oficial con banderitas y todo, y durante un mes disfrutaron de la ciudad del amor.
miércoles, 18 de julio de 2007
Celtíberos en el París del 56
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