martes, 9 de marzo de 2010

Elemental, mi querido Watson

Una de las primeras lecciones que debe aprender un jurista es la diferencia entre el derecho y la moral. Suelo ilustrar esta explicación con un ejemplo extraído del pasado. Recuerdo que cuando Barrionuevo –ex Ministro del Interior de Felipe González- iba a entrar en la cárcel le preguntaron a su mujer que qué le parecía aquello. Como es natural, la mujer dijo que su marido era una excelente persona. Hoy, curiosamente, sucede algo parecido con Garzón: se destaca su valentía, su defensa del Estado de Derecho en la lucha contra ETA, etc. Pero una de las principales diferencias que cabe trazar entre el derecho y la moral radica en que el derecho juzga acciones, no personas. No se juzgó en su día la calidad moral de Barrionuevo, sino las acciones delictivas que cometió en la lucha sucia contra el terrorismo. No se pone en cuestión la valentía de Garzón, se le juzga por dictar resoluciones injustas a sabiendas. A veces hay que recordar lo más elemental, mi querido Watson.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues eso, el Derecho y la moral operan en planos diferenciados. Es posible condenar con el Derecho a alguien moralmente bueno.

El Derecho y la moral van por caminos tangentes, no secantes.

Anónimo dijo...

Hombre, en realidad la intencion del articulo es correcta, pero creo que ambos ejemplos no son adecuados. Que sugieras que alguien es moralmente bueno, teniendo sobre su conciencia la responsabilidad de asesinatos, me suena raro. Por otro lado, que Garzon sea moralmente bueno por tomar decisiones en contra del PSOE (al hilo de lo anterior) por no ser ministro no es moralmente bueno (curiosamente parece que legal). Tampoco es moralmente bueno ignorar el pasado y no admintir que ambos bandos fueron igual de sanguinarios, y menos que le untaran en un caso, via dudosos cursos psicodelicos, para decidir en el favor del banco.
Creo que los ejemplos son erroneos. Y creo que lo que realmente has dicho es que esas personas son muy amables, simpaticas, con carinyo para los suyos o lo que sea, como imagino que Stalin seria bueno y tendria sentimientos para con los suyos.
En definitiva, lo que dices es elemental, pero los ejemplos estan errados, pues los delitos de los que se le acusa (y acusaron en el otro caso) van directamente, ni paralelos ni secantes, sino coincidentes, con el concepto de moral. Seguro que encuentras algun ejemplo mejor. Como por ejemplo, grabar escuchas ilegalmente puede ser moralmente aceptable para resolver un caso y saber la verdad, y ser en cambio ilegal. Pero no controlar la muerte de gente ni dejarse untar. Nada es tan elemental...

N. Flamel

Tomás de Domingo dijo...

¡Cuidado! Nada más lejos de mi intención que hacer pasar por buenos a Barrionuevo y a Garzón. Tan solo hago una elemental precisión conceptual. Naturalmente, quien comete delitos no suele ser un santo, pero lo importante es darse cuenta de que el derecho únicamente valora la acción delictiva y no realiza un juicio moral sobre la persona, que es exactamente lo que están haciendo estos palmeros de Garzón que aplauden su trayectoria en otros asuntos o destacan su valentía. Todo eso es jurídicamente irrelevante, pero pese a ello ahí están dando la matraca y confundiendo a parte de la opinión pública.

Disidencia dijo...

Precisamente de Garzón emanan iniciativas abracadabrantes como esta:

"Piden retirar del callejero la calle Alemania porque fue un país fascista que apoyó a Franco.

La noticia llega desde Alicante. La asociación izquierdista Alicante Vivo ha hecho público un primer listado de 93 que constituyen “denominaciones franquistas” a las que habría que renombrar. Parece que el Ayuntamiento descartará varios de ellos entre los que se encuentra la calle Italia o Portugal."