En los últimos meses he escuchado una cuña publicitaria de radio en la que se recomendaba un libro, cosa insólita en estos tiempos en los que cada vez hay menos afición a la lectura. El libro en cuestión era “El tiempo entre costuras”, de María Dueñas, y casualmente lo estaba leyendo. Aunque tenga buenas críticas, no hay que engañarse pensando en que estamos ante la irrupción de una gran escritora y de una novela verdaderamente sobresaliente. Entretenida, bien ambientada, bien estructurada, y correctamente escrita. Lo cual no es poco. Los personajes, sin embargo, carecen de profundidad, incluido aquellos que no son de ficción, tales como Juan Beigbeder o Ramón Serrano Suñer. Quizá su mayor interés radique en que ofrece una pincelada sobre la vida en ciudades del protectorado español en Marruecos (Tetuán y Tánger) durante la Guerra Civil. Llama la atención lo extraordinariamente cosmopolitas que llegaron a ser algunas ciudades del norte de África bajo control europeo en la primera mitad del siglo XX.
3 comentarios:
De la entrada me quedo con la última frase. ¿Dónde están las causas del deterioro de esas ciudades/sociedades? ¿Está íntimamente ligado a la incapacidad del estado islámico/mulsulmán de separar el estado de la religión, lo privado de lo público? Quizás en una interpretación necesariamente equivocada del corán (que desconozco y no tengo interés alguno en conocer). Acaso se puede hablar de fracaso de las sociedades islámicas y por ende de sus espacios de [pobre] convivencia.
Sin duda alguna la ultima frase es la reflexión de la entrada
¿Alguien conoce una ciudad bajo gobierno musulmán que sea auténticamente cosmopolita? ¿Quizá Dubai?
Dubai es un fastuoso y artificial emirato que emerge de las arenas del desierto y practica una tolerancia religiosa inédita para sus vecinos. Lo hace para atraer inversores, y lo veo bien.
Pero no la considero cosmopolita (etimolóticamente ¿ciudadano del mundo?) puesto que no bebe de ese espíritu libérrimo del que sí bebían los Tanger o Tetuán de la época colonial española.
Leer la frase final de lo expuesto por Tomás me ha traído a la mente un elemento para la reflexión.
Hace un año publicaron (para mi sorpresa) un artículo mío en una revista de tendencia política izquierdista y cierta tirada, que relataba como posible solución para Africa su recolonización. Naturalmente levantó ampollas, pero creo que tiene algunas tesis blindadas.
Por cierto Don Tomás, muchas gracias por actualizar. Como ya sabe, sus fieles lectores lo agradecemos.
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