domingo, 6 de febrero de 2011

¿Cuántos euros vale la democracia?

Hace pocas semanas, Paul Krugman, premio nobel de Economía, analizaba en un artículo publicado en “El País” la crisis económica que está viviendo la Unión Europea y la viabilidad del euro. Krugman destacaba algo que algunas personas –Margaret Thatcher, por citar a una de ellas- ya advirtieron en su momento: la introducción de una moneda única sólo podía tener éxito si, además de las condiciones macroeconómicas fijadas en el pacto de estabilidad, la Unión Europea unificaba aspectos esenciales de su política económica, especialmente su política fiscal. Krugman comparaba la Unión Europea con Estados Unidos diciendo que “Estados Unidos, como sabemos, tiene una unión monetaria que funciona, y sabemos por qué funciona: porque coincide con un país: un país con un Gobierno central grande, un idioma común y una cultura compartida. Europa no tiene ninguna de estas cosas, lo cual ha hecho que las perspectivas de una moneda única fueran inciertas desde el principio”. En resumen, al margen de soluciones poco razonables, aunque viables –resistir, reestruccturación de la deuda o solución a la argentina-, Krugman cree que la unión monetaria sólo puede tener éxito si se apuesta por dar un nuevo impulso europeísta que en la práctica nos aproximaría a un Estado europeo.

Un nuevo impulso europeísta, un europeísmo reavivado, como lo llama Krugman. Ese impulso es el que parece que quieren Merkel y Sarkozy con el llamado pacto de competitividad al que, cómo no, se ha sumado el pelele de nuestro presidente, que está ahí para asentir a lo que manden Francia y Alemania, faltaría más. Ese es el impulso que temía Thatcher. En su libro “Statecraft”, escrito en 2001, señaló que el euro requeriría en el futuro, para ser viable, que los organismos de la Unión Europea controlaran el presupuesto de los diferentes Estados, algo que estamos viendo que ya se está produciendo. Pero la advertencia más certera de Thatcher, claramente ligada a este proceso, es esta: “El establecimiento de esta vasta superestructura federal significa nada menos que la creación de un súper-estado europeo, que no es, no será y no puede ser democrático, porque no existe una opinión pública europea. Sin soberanía, para la cual es imprescindible el poder para emitir la moneda, la constitución no se puede cumplir y el mandato democrático pierde por completo su sentido” (extraigo la cita de http://www.libertaddigital.com/economia/thatcher-predijo-la-crisis-del-euro-en-2001-1276409361/ ).

Thatcher tenía razón. Estamos asistiendo impasibles a la sustitución de la democracia por la tecnocracia. El ejemplo más evidente lo acabamos de ver en nuestra España. Las medidas que Zapatero adoptó en mayo fueron una exigencia de los líderes de la Unión Europea y de Obama. En el futuro, conforme la Unión Europea vaya adquiriendo mayores competencias sobre nuestra política fiscal y económica, el margen de decisión de los políticos nacionales disminuirá. Alguno pensará que afortunadamente, algo comprensible cuando gobierna un Zapatero, pero no hay que olvidar que por este camino asistimos a la degradación irreversible de la democracia. Soy europeísta, también creo que la Unión Europea supone un extraordinario avance en muchos terrenos, pero creo firmemente que no es posible ni deseable avanzar hacia una unión en aquellos ámbitos que constituyen el núcleo de las decisiones políticas más relevantes, de aquellas que requieren un respaldo democrático. Por ello, aunque es muy cómodo viajar sin cambiar moneda, creo que con la unión monetaria se ha ido demasiado lejos. Sé que ahora mismo salir del euro sería catastrófico, pero quizá la superación de esta crisis se lleve por delante lo que queda, que no es mucho, de nuestra democracia. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio? No se preocupen, decidirán por nosotros…

9 comentarios:

Lanzar dijo...

Este artículo me ha dejado algo contrariado...

No comparto en absoluto las tesis de Krugman. Y no porque sean el pretexto oficial de los economistas progres, sino por lo insostenible (y si se me permite, hipócritas) de sus planteamientos.

Para mi sus tesis quedan totalmente invalidadas, y considero que deberían retirarle todo premio y honor, por haber escrito cosas como esta en 2002:

"New York Times:
Para combatir la recesión es necesario que la Fed responda con contundencia; hay que incrementar el gasto familiar para compensar la languideciente inversión empresarial. Y para hacerlo Alan Greenspan tiene que crear una burbuja inmobiliaria, con la que reemplazar la burbuja del Nasdaq."

Si quieren comprobar por sí mismos la inmundicia de Krugman y su falta de perspectiva podrán pinchar sobre mi nick.

Si él buscaba (allá por 2001) la recuperación con tipos de interés bajos y la única manera de que éstos la lograran era dando lugar a una burbuja... ¿cómo puede siquiera insinuar que no veía con buenos ojos la gestación de una burbuja en el ladrillo? ¿Acaso estaba defendiendo aquello que según él mismo Greenspan no podía hacer: bajar tipos y relanzar la economía sin generar otra burbuja? No, nada de eso. Lo que sucedió fue lo que la navaja de Okham sugeriría que sucedió: Krugman aplaudió la expansión descontrolada del crédito que terminó generando la crisis presente y ahora está mintiendo con dolo.

Como sabe Don Tomás, me inclino de forma decidida hacia la tecnocracia frente a la tiranía de la turbamulta. Si bien no hay que confundir tecnocracia con dirigismo. Me entristece profundamente que las mentes que han de regir nuestros destinos hacia buen puerto no surjan de la piel de toro, sino del eje franco-alemán. Lo cual supone, sin ningún género de dudas, un atentado a nuestra soberanía nacional plasmada en el dirigismo y la injerencia. Un mal necesario viendo al inútil de la Moncloa y a la sociedad civil esclerotizada que lo sostiene.

Por otro lado, desde una persepctiva algo más económica, considero que la salida a la crisis pasa necesariamente por el retorno al patrón monetario del oro y a una profunda reforma bancaria, que abandone de una vez por todas la reserva fraccionaria.

Óscar Hdez Mañas dijo...

Hola
Aunque no está relacionado con el tema de la entrada, sí me gustaría conocer su opinión acerca de la llamada ley Sinde y su aprobación en el senado. Ofrezco este enlace con una opinión que me parece moderada, aunque la persona que la expone no es jurista, sí he leído en otras partes críticas similares y en todas ellas se destaca como la ley ningunea a los jueces en lo relacionado con la decisión de cierres de páginas web.
Le pido un poco de luz sobre el tema.

Alvaro, antiguo alumno... dijo...

Quisiera señalar en primer lugar que para Ortega si existía una opinión pública europea, si existía una sociedad europea que además era preexistente a los estados nación y que por lo tanto la unidad europea no era ninguna utopía era una realidad y la utopía era pensar que los estados nacionales europeos podian vivir de manera independiente unos de otros, así lo expresa en "Meditación de Europa". Además en el prologo para franceses de la Rebelión de las masas propone algun tipo de organización supraestatal para Europa, si tenemos en cuenta que el prologo para franceses es del año 1937 el pensamiento de Ortega es un claro precedente de la actual U.E. No en vano él se defenía como el decano de la idea de Europa

Se equivoca Krugman por tanto en eso de que Europa tiene el problema de la falta de una cultura común. Ahora bien, lo que propone que no es otra cosa que conseguir una política economica común es acorde con el pensamiento orteguiano porque no podemos vivir de una manera independiente y más cuando tenemos una moneda común.

No estoy de acuerdo por tanto con el profesor Tomas de Domingo porque la cuestión esencial es que resulta imposible tener políticas económicas diferentes, es inviable y lo estamos comprobando. En relación a la falta de democracia creo que hay que tener en cuenta que la U.E es producto de los gobiernos y si los ciudadanos no se han implicado es porque no han querido porque posibilidades han tenido en las muchas elecciones, como dice Savater "la gente entre gran hermano y el fútbol no tiene tiempo de leer la constitución europea". Si es cierto que se tendría que dar más veces la palabra a los ciudadanos y que quizá Habermas tenga razón y tengamos que crear una Euroapa de dos velocidades una con mayor unidad política y otra fuera formada por los paises euroescepticos que quieren vivir de forma más independiente y que la decisiónd de formar parte de una o la otra tengan que decidirla los ciudadanos a través de referendum.

Yo me quedo con la Europa menos utopica, la unida políticamente.

Tomás de Domingo dijo...

Álvaro, sólo un apunte sobre Ortega. El hecho de que escriba un "prólogo para franceses" o un "epílogo para ingleses" le debería poner en la pista de que para Ortega no existe una opinión pública europea, sino sociedades nacionales estrechamente relacionadas por su implantación (este concepto es fundamental) en Europa. Le recomiento la lectura de "La estructura social", de Julián Marías (el principal discípulo de Ortega), concretamente el punto 3 (regiones, naciones, Europa) del primer capítulo. Un saludo y bienvenido al blog.

Tomás de Domingo dijo...

Por cierto, Álvaro, en tanto la forma de generar riqueza en los distintos Estados de la Unión Europea sea diferente -y es difícil que deje de serlo-, la política económica no podrá ser la misma. Habrá cuestiones que se pueden y deben armonizar, pero otras no. Entre las que yo no hubiera armonizado se halla la moneda.

Álvaro antiguo alumno. dijo...

Muchisimas gracias por la lectura de Julian Marías recomendada, en la actualidad me encuentro haciendo un trabajo sobre Ortega por lo que le agradezco la información. Pero me siento obligado a seguir discutiendo sobre la cuestión, pues para Ortega si existía una opinión pública europea, le cito de forma textual del libro "Meditación de Europa" de Ortega: "Ahora bien, es incuestionable que todos los pueblos de Occidente han vivido siempre sumergidos en un ámbito-Europa- donde existió siempre una opinión pública europea. Y si ésta existía no podía menos de existir también un poder público europeo que sin cesar ha ejercitado su presión sobre cada pueblo. En este sentido, que es el auténtico y riguroso, una cierta forma de Estado europeo ha existido siempre y no hay pueblo que no haya sentido su presión, a veces terrible". Sólo que ese Estado supernacional o ultranacional ha tenido figuras muy distintas de las que ha adoptado el Estado nacional. Pero conste que éste, si lo contemplamos en su desarrollo desde la Edad Media, también se ha manifestado, a su vez, con fisonomías muy diferentes y, a veces, difíciles de identificar..." ( Ed Revista de Occidente 1960, pag 84. También en el libro Europa)Son palabras textuales de Ortega. El propio ortega afirma en este libro que si existe una opinión pública europea.
En cualquier caso, le agradezco sus comentarios y espero su respuesta que siempre me va a poder ayudar. Me dispongo ya mismo a buscar las lecturas de Julian Marías recomendadas.

Muchas gracias!

Alvaro dijo...

Quisiera aclarar mi anterior comentario, el texto citado de Ortega pertenece a la conferencia " De Europa meditatio quaedam", dicha conferencia aparece recogida en el libro "Meditación de Europa" ( revista de occidente 1960) junto con otros textos afines del autor y también en el libro Europa y la idea de nación junto con otros textos de Ortega distintos del anterior libro.

Como sabemos en la actualidad acaban de publicarse las obras completas de Ortega donde podemos encontrar de nuevo este texto.

Hecha la aclaración, reiterar que es el propio Ortega el que afirma la existencia de una opinión pública europea, no son mis interpretaciones.

Lamento que en medios como libertad digital, que me parecen muy interesante aparte de necesarios no se preste atención a verdaderos pensadores liberales como Ortega y si ensalcen a personas como Margaret Thatcher cuyas políticas económicas por cierto son el origen del mal llamado "neoliberalismo" que ya sabemos a donde nos ha llevado.

Celebro de todos modos que existan blogs como este para discutir sobre Ortega, blog del que por cierto, a pesar de que el profesor Tomas de Domingo me daba la bienvenida en sus comentarios,soy lector desde hace tiempo.

Un saludo, y de nuevo gracias.

Tomás de Domingo dijo...

Ortega afirma literalmente que existe una opinión pública Europea. De acuerdo, pero ¿qué cree que entiende él por "opinión pública europea"? ¿Acaso cree Ortega que puede existir una "opinión pública europea" con las mismas características que las opiniones públicas nacionales? A mi juicio es evidente que no, y a ello me refiero cuando afirmo que para Ortega no existe una opinión pública europea, es decir, no existe una opinión pública europea que cumpla las características de la opinión pública propia de cada una de las naciones de Europa, que es por cierto la verdaderamente importante por lo que afecta a los temas políticos. Quizá el ejemplo más claro de que para Ortega la opinión pública es asunto marcadamente nacional se halle en el "Epílogo para ingleses", y, sobre todo, en "En torno al pacifismo", ambos incluidos en La Rebelión de las Masas. En este último escrito Ortega se queja amargamente del error que supone opinar de los asuntos de otra nación –está pensando en España- sin conocerla a fondo: “Sostengo que la ingerencias de la opinión pública de unos países en la vida de los otros es hoy un factor impertinente, venenoso y generador de pasiones bélicas, porque esa opinión no está aún regida por una técnica adecuada al cambio de distancia entre los pueblos. Tendrá el inglés o el americano todo el derecho que quiera a opinar sobre lo que ha pasado y debe pasar en España, pero ese derecho es una iniuria si no acepta una obligación correspondiente: la de estar bien informado sobre la realidad de la guerra civil española”. Y lo mismo podría haber dicho refiriéndose a franceses o portugueses. Es importante a la hora de interpretar a un autor no dejarse confundir por una frase y valorarla en el contexto de toda su obra, al igual que es importante saber jerarquizar adecuadamente sus escritos.

el pesado del antiguo alumno.. dijo...

Me siento obligado a responder de nuevo, pues mi antiguo profesor escribe ahora afirmando que si existe una opinión pública europea, pero que él afirmaba antes que la misma no existía porque al fin y al cabo la opinión pública europea de Ortega es distinta a la de los estados nacionales.
Una cosa es que sea distinta y otra que no exista, por más que repaso lo que escribí no encuentro una linea en la que dijera que ambas fueran iguales.
Lo que pretendí señalar en su momento es que frente a lo que señalaba la señora Thatcher para Ortega si existe una sociedad europea, lo repite una y otra vez en la conferencia ya citada. Si bien debemos señalar que para la señora Thatcher ni existe la sociedad europea ni existe la sociedad, recordemos su grito de guerra:There’s no such thing as society.
Precisamente porque si existe una sociedad europea Ortega a diferencia de los euroescépticos como Thatcher estaba a favor de crear un “Estado general europeo” que evidentemente no será igual a los estados naciones europeos, como tampoco es igual la opinión publica europea a la de los distintos Estados. Debo añadir aquí, que por lo tanto Ortega en ningún momento se manifestó a favor de disolver los estados nación como pretenden los nacionalistas ( vascos, catalanes, flamencos) con su horrible Europa de los pueblos.
Precisamente en crear ese Estado general europeo nos encontramos todavía, y coincido plenamente con Don Tomas de Domingo en que debemos hacerlo de forma democrática ( pero hay que diferenciar entre no tener en cuenta al ciudadano y que éste prefiera mantenerse al margen y no ejercer sus deberes)
Le pregunto finalmente, ¿no cree que con una política económica común, una política exterior común , una política de inmigración común, los nacionalismos separatistas periféricos se desvanecen? ¿Qué sentido tiene quererse separar para luego integrarse en una U.E en el que sus políticas más importantes serán las mismas que tenían antes con España o Bélgica? El único motivo sería crear un Estado homogéneo ( con una sola lengua, por ejemplo) y la U.E si es consciente de su pasado no puede permitir que se creen tales Estados, no vendrían mal que se dejara claro, más aún cuando con la creación de Kosovo vamos en sentido contrario.
Me lanza un dardo al final de su comentario invitándome a no hacer citas descontextualizadas, permítame que con todo el respeto se lo devuelva, ¿ no cree que centrándonos solo en el prologo para franceses o el epílogo para ingleses y obviando lo dicho por Ortega en su conferencia “ De Europa Meditatio Quaedam” estamos cayendo precisamente en eso? Podríamos incluso llegar a afirmar que para Ortega no existe una opinión pública europea!
Cambiando de tema, como le he comentado sigo con atención todo lo que escribe pero yo lo hacía en la universidad con sus artículos en el diario Las Provincias, ahora los intento buscar y no hay manera, ¿me podría decir como localizarlos? En el caso de que ahora escriba para otro medio por favor háganoslo saber también por el blog, recuerdo artículos sobre el estatuto de autonomía catalán que ahora me interesa revisar.
Me despido ya no sin antes pedirle una reflexión sobre lo que está sucediendo en el mundo árabe (mientras escribo estas líneas la prensa habla de 200 muertos en Libia tras una brutal represión), por cierto una política exterior común no nos vendría mal para este tema, ¿o España sola podrá influir para que se consoliden Estados democráticos y no tiranías islamistas como la de Irán?
A la espera de su respuesta, y siempre desde el respeto y el aprecio de un antiguo alumno.
Álvaro.