Haríamos bien en recordar las ideas de Julián Marías sobre las lenguas de España. No puedo estar más de acuerdo con él, así que lo mejor será citarlo literalmente:
“La existencia de una lengua común y general, de una lengua propia de todos, hace que la existencia de las lenguas regionales no sea una dificultad, un estorbo, una incomunicación, una amenaza a la unidad; es un enriquecimiento, un repertorio de posibilidades humanas y literarias. Por esto es suicida presentar con exclusivismo las lenguas de las regiones. Mientras es justo reclamar su libertad, la licitud de su uso, su perfección, la posibilidad de su enseñanza, no lo es imponerlas más allá de su realidad, con una actitud muy parecida a la que se reprocha al Estado. Decía Ortega hace cosa de cuarenta años que no le molestaba la influencia de la Iglesia , sino el que tuviera una figura y unos privilegios superiores a su influencia real. Lo que le parecía mal no era la influencia sino la falsedad. Lo mismo habría que decir de las lenguas de España: su existencia, su uso, su cultivo son preciosos; su inflación, su proyección en hueco, su uso artificial o impuesto, contra la verdadera preferencia sincera, la evitación de la lengua general, todo eso son peligrosas falsedades”. (Julián Marías, La España Real , Madrid, Espasa Calpe, 1983, págs. 29-30).
1 comentario:
El texto de Marías es tan afilado y certero que emociona. Que manera tan pulcra de delimitar lo sano de lo abusivo. La riqueza plural de la tiranía excluyente.
Hay que difundir los textos de J.Marías para que arrasen con su claridad y limpieza intelectual tanto al separatismo excluyente como al centralismo separador.
Textos como este afianzan el sentimiento de la españolidad bien entendida. La única que conozco. Mil gracias Don Tomás.
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